Implicancias de un enfoque organizacional burocrático en la labor del trabajador social
Enviado por Catalina Giadalah • 19 de Junio de 2018 • Ensayo • 1.414 Palabras (6 Páginas) • 156 Visitas
Pontificia Universidad Católica de Chile
Facultad de Ciencias Sociales
Escuela de Trabajo Social
Trabajo Social y Organizaciones
Profesora: Magdalena Calderón
Ayudantes: Pía Pizarro y Daniela Peña[pic 1]
Implicancias de un enfoque organizacional burocrático en la labor del trabajador social
Catalina Ulloa Giadalah
8 de mayo de 2018
En Chile, a partir de la década de los noventa, comienza el camino hacia la modernización de los servicios públicos con iniciativas que procuraban mejorar la eficiencia y eficacia en las instituciones. Considerando que en un contexto post-dictadura la prioridad política era la restauración de la democracia, la modernización de servicios públicos respondía a pagar la deuda social producida por el régimen, los cual implicaba producir mayores grados de bienestar social (Tello, 2011). Se crean así muchos de las instituciones/organizaciones públicas que existen hoy en día: SEGPRES, SERMAN, MIDEPLAN (actual Ministerio de Desarrollo Social), entre otros. (Ramírez, 2001). Como consecuencia de lo anterior, también ocurre la modernización en la prestación de servicios sociales asociados estas instituciones públicas.
En relación con el proceso mencionado anteriormente, Guillén (1993) señala que “los modernos servicios de carácter social, particularmente en el sector público, se están configurando bajo formas que responden al modelo de la burocracia moderna” (pág. 185). Ahora bien ¿cuáles son las implicancias de un enfoque organizacional basado en la burocracia en la labor que desempeña el trabajador social en los servicios sociales? Como respuesta a esta interrogante, en el presente ensayo se sostendrá que el enfoque burocrático, si bien ha significado un aporte en los procesos de modernización de servicios, en la práctica puede representar un obstaculizador para la intervención del trabajador social en estos contextos.
Antes que todo, es necesario precisar teóricamente a qué se refiere el enfoque burocrático en las organizaciones. Coloquialmente, la burocracia se ha malentendido como exceso de papeleo, ineficiencia, exceso de reglamentos; en términos generales, como un “defecto” del sistema. Sin embargo, el concepto de burocracia para Max Weber representa todo lo contrario. Para el sociólogo la burocracia es la organización eficiente por excelencia (Chiavenato, 2007).
Siguiendo los postulados de Weber, Chiavenato (2007) señala que esta forma de organización humana “se basa en la racionalidad, es decir, en la adecuación de los medios a los objetivos (fines) pretendidos, con la finalidad de garantizar la máxima eficiencia posible en el alcance de esos objetivos” (pág. 222). En la práctica, “la burocracia se caracteriza por tareas operativas rutinarias que se logran mediante la especialización, reglas y regulaciones formalizadas, trabajos agrupados en departamentos por función, autoridad centralizada, extensiones de control angostas, y toma de decisiones que sigue la cadena de mando” (Robbins & Jugde, 2009, pág. 527).
Ya esclarecido el enfoque teórico en cuestión, es posible señalar que, en primer lugar, esta tendencia racionalizadora significó en el contexto de profesionalización del Trabajo Social, la sustitución progresiva de las antiguas prácticas asistenciales por modernas ideas que apuntaban a la eficiencia en la prestación de servicios sociales. Lo anterior, se manifiesto en hechos como:
- Desplazamiento de la finalidad de mantenimiento o subsistencia del necesitado por las de prevención, rehabilitación o promoción. 2) Profesionalización del personal y tecnificación de medios en general, sustituyendo los modos tradicionales de atención a los pobres, en virtud de criterios de eficacia. 3) Normalización y reglamentación de los contenidos y de las ayudas o prestaciones, así como de los procedimientos correspondientes. 4) Planificación de actividades (Guillén, 1993, pág. 186).
Por lo tanto, se observa que, en la búsqueda por dar validez técnica a la disciplina más a allá del asistencialismo, lo cual se inicio como parte del proceso de Reconceptualización (Alayón, 1984), la implementación de enfoques burocráticos de administración le permitió al Trabajo Social en los servicios sociales profesionalizar más su quehacer a través de herramientas burocráticas, es decir, a través de acciones racionales eficientes en cuanto los fines perseguidos.
Sin embargo, como segundo punto a desarrollar, es posible afirmar que la definición Weberiana se basa en las consecuencias previstas del modelo, en el “deber ser”, más no profundiza en las posibles disfunciones de la administración burocrática (lo cual permite comprender de donde proviene la noción coloquial del término).
Dentro de los posibles imprevistos, Merton (1952) detectó: internalización de las normas, exceso de formalismo y papelería, resistencia a los cambios, despersonalización de las relaciones, categorización de las relaciones, súper conformidad, exhibición de señales de autoridad, y dificultades con los clientes. En esta misma línea, reafirmando la idea de que Weber constituye un modelo ideal, Gouldner (1954) plantea que existen grados de burocratización en las organizaciones. El autor lo señala como un continuo, que va desde exceso de burocratización hasta ausencia de burocratización. En este sentido, Guillén (1993) plantea que es importante cuestionarse si “esta situación del Trabajo Social en un medio burocratizado también lo ha burocratizado hasta el extremo de modificarlo, si ha afectado a su naturaleza misma en lo que atañe a sus fines, a sus modos de prestación, a su ética” (pág. 189).
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