Ser Trabajador Social
Enviado por ingrid.tomass • 9 de Julio de 2011 • 3.936 Palabras (16 Páginas) • 4.224 Visitas
Cualidades y condiciones para ser Trabajador social.
Al comenzar no tenemos que plantearnos una pregunta ¿Qué es más importante para ser un buen trabajador social, las cualidades personales o las condiciones intelectuales y las capacidades técnicas?
¿Que hay que hacer para llegar ha ser un autentico trabajador social?
-A diferencia de otras profesiones, los trabajadores sociales, tiene que contar con características especiales para desarrollar, la profesión; porque la profesión se desarrolla con personas y tiene como propósito el impulso de la vida humana. - Otro punto relevante es, que no solo basta con tener conocimientos teóricos, sino que tener cualidades para poder llegar a les personas.
- En los múltiples campos que se relacionan con las personas, no existen métodos, ni técnicas para poder llegar ha ellos. Si no, que predomina el factor humano, es el instrumento de los instrumentos.
Resumiendo en breve los factores que predominan, son las tares propias de un trabajador social, y las cualidades humanas de este; y no los conocimientos y el dominio de técnica.
Estilo personal capaz se sustentar los principios y valores de la profesión.
Como cualquier otra profesión esta tiene principios y valores.
Lo que se destaca es que un trabajador social tiene que tener un estilo personal para desarrollar esta profesión. Y con esto, considerar a cada persona como alguien y no como algo, de manera de tal que exprese afecto cariño y calor humana con las personas. En resumen los valores principios hay que llevarlos a la practica.
Los principios y valores, son pautas y guías de acción. Estos principios y valores son una guía, y que dan el sentido, al profesional; y la aptitud profesional, nos prepara para intervenir con eficacia y eficiencia.
Sensibilidad social y sentido de solidaridad.
Primero que todo debemos tener como trabajadores sociales la cualidad de tener sensibilidad social esta es la capacidad de reconocer y responder a todas las necesidades de de una u otras personas. Tener la capacidad de empatía para las personas con quien estamos trabajando. Esta aptitud es incluso más primordial que los conocimientos teóricos y el manejo que tengamos de estos, la sensibilidad y el sentido de solidaridad son el autentico motivo para preocuparnos de otros.
En la sociedad que vivimos actualmente gana el más fuerte, prima el yo, yo, yo y luego viene el resto, no cabe el espacio para preocuparnos de los otros, en esta sociedad Clauss Offe califica el trabajo de un trabajador social como una persona que solo lo mueven los intereses económicos más que la sensibilidad social. Lo que uno sienta se sustituye por lo que uno tiene que hacer.
La sensibilidad nos obliga a dar lo mejor que tengamos como personas, en este mundo las relaciones están enajenadas. Ya que la sensibilidad y la solidaridad nos hacen estar al 100% con nuestro sujeto de atención, En cambio, entrar en el juego del tecnicismo hace perder la sensibilidad. En la década de los 80 se introduce la informática en el trabajo social, dado todos estos cambios nos reducen a ser computadores que caminan pero cabe hacernos una pregunta ¿un computador es capaz de ponerse en el lugar de otra persona? Estos computadores solo sirven para introducir información, en cambio con las personas debemos tener un relación reciproca de ayuda.
Convicción y confianza en que la gente puede liberar sus potencialidades para realizarse como persona y resolver sus problemas.
Esta es igual de importante ya que como trabajadores sociales debemos tener la seguridad que en cualquier situación que se encuentre nuestro sujeto de atención tiene la capacidad de liberar su potencial, hacerles caer en cuenta que ellos pueden ser agentes de su propio cambio y salir de su situación, si no existe esa relación de confianza nuestra labor pierde sentido en lo esencial. Debemos trabajar con la gente, no para la gente, darle condiciones para que ellos mismos intenten resolverlos, creárselas. Cuando las personas están inmersas en un mundo de desesperanza no encuentran razones para cambiar su situación. Hay quien dice que es mejor enseñar a pescar que entregar los pescados, ayudarlos a encontrar razones porque vivir. El paternalismo es suponer que ellos no pueden comprometerse en los asuntos que corresponden a su desarrollo personal, desde un principio debemos confiar en nuestro sujeto de atención, estimular la participación e iniciativa debemos de tener arrojo, asumir las consecuencias y la desilusión, darlo todo por nuestros valores. En ocasiones tendremos que ser escépticos y ver realmente el potencial del ser humano y no sus deficiencias.
Habilidad para Motivar y Animar
Los programas de trabajo social, dependen de la motivación e interés de las personas, para ser activos en el proceso de acción social, destinado a cambiar su situación. El proceso catalizador, es un proceso motivador que actúa sobre los comportamientos, actitudes y modos de ser. Motivar no es dirigir, y menos aun manipular; al contrario es potenciar a otros, es ayudar a realizar sus potencialidades. Solo es animador, el que anima, y el que es capaz de dinamizar, la vida personal, grupal y social. Para lograr esto, el trabajador social debe ser capaz de trasmitir un entusiasmo comunicativo, y con una buena dosis de optimismo contagioso. El entusiasmo, es el principal factor motivacional del que dispone el trabajador social. Un profesional del trabajo social, no puede concebirse carente de entusiasmo, y de capacidad para poder transmitirlo. Tiene que ser capaz de suscitar iniciativas y de sugerir soluciones a los problemas que se presentan.
Don de Gentes
Tener don de gentes, no significa tener un estilo de relación; esto consiste en halagar a todo el mundo como táctica de trabajo. Ganar la confianza de las personas, no implica ningún tipo de acción, demagógica, cuando se apoya en la lealtad, claridad y sentido de servicio, se trata simplemente de establecer relaciones de simpatía y confianza con las personas. Esta cualidad, esta caracterizada por un proceder espontáneo y tolerante, por la amabilidad y simpatía hacia otras personas, buen humor y capacidad para saber escuchar en forma sensitiva
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