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Administración y competitividad estratégicas

Por medio de las acciones las empresas tratan de alcanzar la competitividad estratégica y obtener utilidades superiores al promedio. Logran el primero de estos objetivos cuando desarrollan una estrategia que crea valor y saben como aplicarla. Las utilidades superiores al promedio permiten a la empresa satisfacer, al mismo tiempo, a todas las partes interesadas.

En el siglo XXI, la naturaleza fundamental de la competencia ha cambiado. Por ello, los administradores que toman las decisiones estratégicas deberán adoptar otra actitud mental, de carácter global. Las empresas tienen que aprender a competir en entornos sumamente turbulentos y caóticos que generan mucho desorden e incertidumbre. La globalización de las industrias y sus mercados y los importantes y veloces cambios tecnológicos son dos de los factores principales que influyen en el panorama de la competencia en el siglo XXI.

Existen dos modelos de lo que debe hacer una empresa para obtener utilidades superiores al promedio. El modelo de la I/O sugiere que el entorno eterno es el principal determinante de las estrategias de la empresa. Esta obtiene utilidades superiores al promedio cuando encuentra una industria atractiva y aplica debidamente la estrategia que dictan las características de la misma.

El modelo de los recursos supone que cada empresa es un conjunto de recursos y capacidades exclusivos que determina su estrategia. La empresa obtiene utilidades superiores al promedio cuando emplea sus recursos y capacidades valiosos, raros, caros de imitar e insustituibles(es decir, las competencias centrales) como fuente de su o sus ventajas competitivas

La empresa establece el objetivo de su estrategia y su misión estratégica a la luz de la información que obtiene del ambiente interno y externo, así como del conocimiento que extrae de su estudio. El objetivo de la estrategia debe indicar como la empresa aprovechará sus recursos, capacidades y competencias centrales para alcanzar los resultados deseados. La misión estratégica es el objetivo de la estrategia aplicado. La empresa utiliza la misión para determinar cuales son los clientes y los mercados del producto que pretende cubrir mediante sus recursos, capacidades y competencias.

Las partes interesadas son las personas que pueden afectar los resultados estratégicos de la empresa y que, a su vez, se ven afectados por ellos. Como la empresa depende del apoyo ininterrumpido de las partes interesadas (accionistas, clientes, proveedores, comunidades que albergan a la compañía, etc.) estas tienen voz y voto en el desempeño de la organización. Cuando una empresa obtiene utilidades superiores a las del promedio puede satisfacer debidamente los intereses de todas las partes. No obstante, cuando solo tiene utilidades en promedio, sus estrategias deben manejar cautelosamente a todos los grupos de partes interesadas para conservar su

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