Inteligencia Emocional
Enviado por carlosmoreno88 • 11 de Noviembre de 2011 • 614 Palabras (3 Páginas) • 530 Visitas
CAPITULO I. LA INTELIGENCIA MALOGRADA
Sección 1
El autor, J.A. Marina, comienza este capítulo intentado captar nuestra atención. Nos plantea la siguiente pregunta: ¿Por qué una persona muy inteligente malogra su vida por un comportamiento muy estúpido? Y lo ilustra con varios ejemplos: el de un afamado y respetado juez americano que acaba acosando a su amante cuando esta le deja, y el de un alumno suyo con alto coeficiente de inteligencia que acaba en chirona tras crear una banda de maleantes. “¿Era tan inteligente este alumno como decían sus tests de inteligencia? Contestar esta pregunta me va a llevar el resto del libro”, dice Marina.
Tras esta llamada de atención pasa a definir lo que el entiende por inteligencia: “Llamo inteligencia a la capacidad de un sujeto para dirigir su comportamiento, utilizando la información captada, aprendida, elaborada y producida por él mismo”.
Y a partir de la definición es fácil entender los fracasos de la inteligencia, esta puede fracasar: “porque no dirija, no capte, no aprenda o no sepa utilizar lo que aprende”.
Parece que es algo novedoso, y que “llama la atención”, decir que la inteligencia es una “capacidad de dirección”. Aquí el autor comienza a guiarnos hacia su “cartografía de la inteligencia” y a complementar lo que tradicionalmente se ha asociado, y por tanto evaluado, a la inteligencia: percibir, relacionar, aprender, argumentar (capacidades cognitivas básicas). Acaba reafirmándose en esto con afirmaciones tales como: “la culminación de la inteligencia, su éxito, está en dirigir bien la conducta”. Si la inteligencia no consigue realizar bien su función estamos ante inteligencias dañadas (el problema está al principio: patologías mentales, traumas, etc.) o inteligencias fracasadas (el problema está al final: sin deficiencias de origen equivocaron su camino).
Este párrafo es una excelente conclusión para el final de la sección 1: “Si queremos ser fieles a la realidad, hemos de admitir que nuestra inteligencia tiene dos pisos, es una inteligencia dúplex. Una cosa es la capacidad intelectual -el piso bajo- y otra el uso que hacemos de esa capacidad -el piso de arriba-. Una persona muy inteligente puede usar su inteligencia estúpidamente. Esta es la esencia del fracaso, la gran paradoja de la inteligencia, que, como todas las paradojas, produce una especie de mareo. La discrepancia entre “ser” inteligente y “comportarse” inteligentemente nos revela que entre ambos niveles hay un hiato(nota: hiato=separación), donde actúa un campo de fuerzas mal descrito, y esto abre un interesante y urgente campo de investigación”.
Sección 2
La conclusión de la sección anterior abre las puertas a una cartografía de la inteligencia:
* En el nivel inferior sitúa a la inteligencia estructural
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