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EL CASO DE LOS NIÑOS HIPERACTIVOS

March 1, 2012 by Revista Opción

Filed under Destacadas, Opinion

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Por: Blanca Yadira Rivera Vázquez -Paidopsicologa-

Lalo es un niño de ojos grandes y vivarachos como todo su cuerpo, bueno, dicen los adultos que es mucho más que eso, porque corre sin cesar y pareciera que todo su cuerpo tiene hormiguitas por dentro, cuando estamos en clases no puede estar sentado sin moverse, pareciera que sus manos o sus pies se mandan solos, además se aburre rapidísimo de los ejercicios que nos ponen hacer y casi nunca logra terminarlos y la maestra se molesta, ¡a nosotros nos da mucha risa! De hecho nos divertimos juntos, pero a veces me molesta que no quiera quedarse en paz! Como cuando yo estoy trabajando en mis lecciones, a Lalo le cuesta mucho trabajo esperar su turno y mucho más concentrarse en algo, a veces creo que nada le gusta o divierte, con frecuencia le tenemos que gritar o repetir las cosas tantas veces pero ¡no está sordo! Solo que todo le llama la atención.

Lalo es un niño con algunas características del Trastorno Por déficit de Atención con hiperactividad, este suele evidenciarse en etapas escolares, ya que la mayoría de las veces es difícil identificarlo en casa, no es sino hasta que personas ajenas a la familia comienzan a referir que el niño es inquieto más de lo común que en otros niños.

Existen diversas teorías que hablan sobre el origen de este trastorno, lo que sí sabemos es que es un fenómeno físico que aunque no puede ser curado si puede ser tratado y controlado. Se diagnostica a través del trabajo multidisciplinario es decir junto con los papás, maestros, médicos y psicólogos ya que no existe un instrumento que como tal lo identifique.

Este se presenta tanto en niños como en niñas antes de los 7 años, está presente en todas las esferas de la vida como escuela, casa etc. Y puede predominar la falta de atención o la hiperactividad; el ritmo o la intensidad depende de cada niño, suele ser hereditario en un 50% y junto con el suelen ir otros trastornos como problemas de aprendizaje, de la conducta, etc. Además existen otros factores que pueden intervenir y complicar aún más la situación del niño en su ambiente social, escolar y afectivo.

Lalo desde los dos años, hace las mil y una travesuras; lo peor es que no puedo ni imaginarme lo que es capaz de hacer. Su padre, que sabe hacerse obedecer, me cree demasiado tolerante. Mi suegra me dice que no lo educo bien, mi madre lo consciente

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