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UNA CARTA ABIERTA AL PAPA FRANCISCO: UNA ASAMBLEA POR LA VIDA EN LA TIERRA

Brasilia-DF, 16 de septiembre 2013

Querido Papa Francisco,

Nosotros, los cristianos firmantes, así como las personas de otras religiones y personas de buena voluntad, frente a esta Carta Abierta a Usted, con una petición muy especial. Quisiéramos llamar al evento mundial, tales como la Asamblea, en defensa de la vida en la Tierra. Hoy la vida está herido de muerte: por el hambre (900 millones de personas en todo el mundo) por la sed (1200 millones de personas de que no tienen agua limpia para beber todos los días, y 2.400 millones carecen de saneamiento básico), por la guerra, por la destrucción del medio ambiente (la suelo, agua, biodiversidad, aire) y, sobre todo, la humanidad y todas las formas de vida están amenazados por los cambios climáticos sorprendentes. Como dice el Documento de Aparecida, que estamos viviendo no sólo una época de cambios, sino un cambio de época (DAP 44). La sociedad depredadora y consumista, como en la actualidad tiene ningún futuro para la humanidad en su conjunto.

Al crear el mundo, Dios le dio la tierra a los hombres y mujeres por nosotros "para cultivar y para guardarla" (Gn 2,15). Después del diluvio, cuando Noé salió del arca con su familia y toda la cola los animales estaban allí, Dios hizo con la  alianza primaria, diciendo: "Por mi parte, voy a establecerse un pacto con vosotros, y con vuestros descendientes, con todos los criatura que está contigo estar, con las aves, los animales domésticos y salvajes. En suma, con todos los animales de la cola Tierra salir del arca con vosotros "(Génesis 9: 9-10). Mismo Apóstol Pablo nos dice que "la creación misma espera la liberación de la esclavitud de corrupción, a la libertad que es la gloria de los hijos de Dios" (Rom 8, 21). Por lo tanto, Dios ama a todo lo que Dios ha creado y nos ha mandado cuidar de esta creación divina. Los pueblos originarios y tradicionales y, últimamente, los científicos han advertido de que todas las formas de vida sobre la faz de la Tierra están en peligro. Sin embargo, no existe una respuesta por parte del mundo político y económico que es igual al reto de este momento histórico. Como usted, usted mismo ha dicho, no podemos aceptar pasivamente la globalización de la indiferencia.

Usted tiene la autoridad moral y espiritual con toda la humanidad que llamar a esta urgente el debate y las acciones necesarias, incluso con más urgencia. Le petición como medio de contribuir a la eficacia de sus gestos, que nos llaman a cuidar y proteger la vida en peligro. Usted expreso estos gestos en el camino a Lampedusa, durante el Encuentro Mundial de la Juventud en Brasil, en su visita a los inmigrantes en Italia y en el ayuno contra la guerra. Si llama de una Asamblea para defender la vida en toda su plenitud, escuchar no sólo a los especialistas, sino también a los pueblos originarios afectados por la destrucción de su medio ambiente, a los afectados por, desde y hacia los refugiados, el cambio climático, a las víctimas de el hambre y la sed. Sin duda, una gran parte de la humanidad hará caso con prontitud a esta llamada.

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