Jhon A. Hall, G. Jhon Ikenberry: El Estado

Jhon A. Hall, G. Jhon Ikenberry: El Estado.

Básicamente el abordaje del texto se centra en unos puntos básicos: el Estado y su interacción con otras fuentes de poder (poder ideológico y poder militar) y la relación entre los Estados y el capitalismo.

La definición básica de Estado: el Estado es un conjunto de instituciones, el cual controla los medios de violencia y coerción (esto es el monopolio del ejercicio de la violencia: el hecho de poseer un ejército es la principal característica); el Estado también se encuentra dentro de un territorio delimitado (la sociedad que está enmarcada dentro de las fronteras de la nación) y éste también monopoliza las normas (el hecho, por ejemplo de poseerse una constitución como regla principal y sus derivados). Cabe aclarar que no todas las sociedades han estado controladas por un Estado.

Cuando se hace referencia de la interacción del Estado con otras fuentes de poder, lo hace básicamente con el poder ideológico y militar (ideológico cuando toma el control de una ideología, por ejemplo,  lo que plantea el liberalismo y lo toma como eje de gobierno; y militar cuando toma bajo su mando el control de los ejércitos y la policía). Pero el autor argumenta que hay un poder mucho más complicado de territorializar o tener bajo su control, el cual es el poder económico, de ahí que su relación con el capitalismo (como ejemplo de poder económico a lo largo del libro) haya sido el más complejo de controlar y articular por mucho tiempo por parte del Estado.

Concepciones clásicas del Estado

Existen tres concepciones básicas del Estado que trabajan los autores a lo largo del texto:

Liberalismo

Para el liberalismo el eje de todo está en el individuo, en él reside el valor moral y este es un ser autónomo en todos los sentidos. El Estado para los liberales debe ser mínimo, es decir, servir apenas para brindar seguridad (mantener la paz y administrar la justicia), de forma que tampoco caiga en excesos de poder. El Estado no debe entrometerse en las decisiones de los individuos (es más, tiene que garantizar la libertad humana) ni tampoco interferir en la economía.

Marxismo

Para el marxismo el Estado tiene una connotación muy negativa.  En este modelo, existen dos nociones básicas para entender el marxismo en general: la noción de clase. Las clases en las relaciones de producción capitalistas son dos básicamente: la burguesía (clase dominante) y el proletariado (clase dominada). El Estado es un aparato que sirve exclusivamente para los intereses de la clase dominante, entre ellos mantener los intereses del capital (a los burgueses también se les denomina capitalistas), y eso trae consecuencias para el proletariado: explotación. Por tanto, para la noción marxista es necesario, por medio de la lucha de clases (es decir, existirá un momento donde la clase dominada le quitará el poder a la clase dominante), cuando el proletariado consiga el poder, por medio de un proceso que abarca la construcción del socialismo, cuando se llegue al comunismo, el Estado estará extinto. En otros términos, el marxismo aboga por la extinción del Estado al ser éste un mero instrumento de la clase dominante. Cuando se acaben las clases, cosa que ocurrirá cuando llegue el comunismo, no será necesario que exista el Estado, así que será destruido. Cabe decir que Marx no formuló ninguna teoría sobre el Estado como tal, todo esto se recoge recopilando información de muchos de sus escritos; fueron autores marxistas posteriores como Lenin quienes construyeron teorías del estado marxistas, no obstante difieren mucho a lo que postulaba Marx, al punto que en la práctica se construyeron fueron Estados fuertes controlados por un partido único.

Realismo

Esta es la teoría que más se acerca a un papel activo y principal de Estado. El papel del Estado se concentra principalmente en mantener el orden en cualquier sentido. El permitir la paz en las relaciones sociales dentro de las sociedades^[1]. No obstante, en el ámbito internacional el Estado está en constante anarquía, es decir, no existe una autoridad por encima de los Estados, hecho que hace que exista un escenario peligroso de que exista la guerra con otros Estados por cualquier motivo. Esta es la principal característica de este modelo: su papel en las relaciones internacionales. Existen tres tesis básicas para comprender esta teoría: 1) Como ya he dicho, el sistema internacional anárquico; 2) las relaciones entre Estados son competitivas; 3) siempre los Estados buscarán incrementar su poder y el bienestar material de sus habitantes. Como consecuencias de estos postulados, se busca entonces un equilibrio en el poder entre todos los Estados de forma de buscar y mantener la seguridad internacional. Una de las formas para medir el poder de un Estado es a través de su riqueza (el capitalismo, por tanto es importante, ya que entre una economía más próspera es señal de poder), también su fuerza militar.

Un desarrollo teórico reciente

Muchos teóricos se han interesado por estudiar la autonomía del Estado, en este caso se trata de medir su fortaleza y capacidad a través de su poder. Hay dos tipos de poder estatal: despótica e infraestructural. Despótica es cuando el Estado actúa a libertad de decisión, sin importar leyes ni normas establecidas. Infraestructural cuando el Estado tiene la capacidad de penetrar en la sociedad y organizar las relaciones sociales dentro de ésta; esté tipo infraestructural es la forma en que se mide la verdadera fortaleza del Estado, las formas de despotismo ya no son permitidas. Una definición del poder se acentúa sobre la potenciación, que es resultado de cuando dos cuerpos autónomos cooperan, de forma que entre los dos pueden incrementar su poder, elemento aplicable también a los Estados. Para lograr tal poder es necesario el uso de la inteligencia, destreza y conocimiento de los actores políticos que lo controlan.

Los Orígenes del Estado

Las teorías más factibles admiten que el Estado no ha existido desde siempre. Su origen puede ubicarse aproximadamente en el año 3000 a.C. en Mesopotamia. El cómo fue que resultó el Estado de todas formas tiene un origen muy dudoso, no existe un acuerdo general sobre los procesos sociales implicados en la formación del Estado. De todas formas se puede determinar que el origen del Estado no es natural, es decir no se generó de forma independiente del ser humano; al contrario, lo que hay que ver es cómo los humanos repentinamente fueron atrapados por este tipo de organizaciones coercitivas permanentes.

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