Justificación de una moral

Moral: sistema de exigencias recíprocas que están expresadas en un tipo de oraciones de deber.

La obligación expresada en estas oraciones se basa en los sentimientos de indignación y culpa, que surgen por presión social.

Y el sistema tiene que ser considerado por los miembros de la comunidad como justificado, porque ello es lo que genera la creencia en las personas de que tienen que comportarse necesariamente de esa manera.

Cada sistema definido así tiene un concepto de buena persona: aquella que se comporta de la manera que es exigida recíprocamente por los miembros de la sociedad moral.

Sociedad moral: conjunto de personas que aceptan estas normas, es decir están dispuestas a los sentimientos correspondientes y consideran las normas como justificadas.

JUSTIFICACIÓN DE UNA MORAL

1) POR AUTORIDAD: moral religiosa.

2) RECÍPROCA:

Tugendhat alude a la figura del CONTRACTUALISMO: se parte de lo que cada individuo considera como exigencias válidas hacia los demás.

Siendo así, probablemente los demás también van a hacer esas exigencias a su respecto.

Los demás no van a someterse a esas exigencias si uno mismo no se somete también a ellas.

Se parte de una situación ficticia, un estado de naturaleza prenormativo, para poder decidir si todos han querido esas normas morales de su propio arbitrio (autónomamente), con la única condición de que se tenga que aceptar que los otros las tienen que querer igualmente.

Crítica: ¿Se reduce entonces toda moral y altruismo* al egoísmo?

Respuesta de Tugendhat: un altruismo normativamente exigido (esto es, que sea moralmente obligatorio) tiene que estar justificado por razones egoístas, pero ello no excluye la existencia de un altruismo espontáneo (esto es, no moralmente exigido).

(* Altruismo: Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio)

Formación de conciencia en el contractualismo: el objeto del acuerdo en la constitución de una comunidad moral autónoma no es sólo observar las normas sino igualmente sostenerlas por medio de las emociones morales de resentimiento y culpa y una correspondiente idea de buena persona.

No sólo exigimos uno del otro actuar de esta manera sino también participar en la indignación cuando alguien no actúa así.

Y si alguien reacciona emocionalmente cuando otros violan las normas, no parece fácil no tener una emoción correspondiente cuando él mismo las está violando.

Una persona que quiere pertenecer a la sociedad moral por lo menos tiene que pretender tener estos sentimientos.

Una persona que actúa de acuerdo con las normas es considerada como buena, es aprobada y apreciada, y así el sistema normativo genera por sí mismo una nueva motivación que no había antes, la

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