LA CONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD SOCIAL

SÍNTESIS ANALÍTICA

LA CONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD SOCIAL

John Searle

 Hechos como el dinero, el matrimonio, la propiedad, las instituciones resultan ser hechos meramente objetivos, pero estos existen por el simple hecho de creer que existen. Y eso sobre estos hechos objetivos, pero convencionales que se ocupa el texto “la construcción de la realidad social” de J. Searle, en el cual trata de poner de relieve como nuestro proceder diario y nuestra cognición cultural presentan cierta dificultad metafísica realmente portentosa. El autor examina la naturaleza de las estructuras de nuestra que realidad que se han establecido así por mero acuerdo humano y como consecuencia de esto, la naturaleza de la realidad objetiva.

Para esto, Searle comienza introduciendo conceptos como el de las reglas constitutivas y la diferenciación entre los hechos institucionales y los hechos brutos, en ese sentido, son llamados hechos institucionales todos aquellos hechos que dependen del acuerdo humano (todas las creaciones humanas) por ejemplo: los gobiernos, las universidades, el lenguaje, el dinero, entre otros. Por otro lado, son llamados hechos brutos aquellos que al contario de los institucionales no dependen del acuerdo humano, es decir, todos aquello elementos de la naturaleza tanto físicos y químicos como los orgánicos e inorgánicos como lo son una montaña, un árbol, los fenómenos físicos y los elementos químicos, por ejemplo: todos los átomos de hidrógeno tienen  un electrón en su órbita.

En ese sentido, la creación de hechos institucionales resulta ser la base de la construcción de la realidad social, pero a causa de esto surge el siguiente  interrogante; ¿Cómo es posible la realidad socialmente construida? Y la respuesta es dada en cuanto a que gran parte de nuestra visión del mundo esta condicionada o en cierta dependencia a  nuestro concepto de objetividad y de la distinción entre lo objetivo y subjetivo.

Pero para poder comprender lo anterior es necesario entender también  dos sentidos que son importantes  para darle una buena interpretación a la realidad social; ellos son el sentido epistémico y el sentido ontológico. Por su parte el sentido epistémico hace mera referencia a lo que atañe al conocimiento por supuesto, pero este sentido puede ser tanto objetivo como subjetivo; el sentido epistémico objetivo se refiere a esos hechos verdaderos o falsos, que se dan por separado a las actitudes o los sentimiento, por ejemplo: existe el dia y la noche.  y el sentido epistémico subjetivo hacer referencia a aquellos juicios, es decir, a los valores, las visiones del mundo y a las distintas opiniones (de cada persona), por ejemplo: la noche es más bonita que el dia.

Por otro lado, el sentido ontológico se refiere al ser, este puede ser tanto objetivo como subjetivo; lo objetivo por su parte resultan ser los hechos brutos, pues estos se dan independientemente del observador, por lo que decir que el monte Everest tiene  nieve y hielo cerca de la cúspide es algo objetivo porque la existencia de  dichos elementos mencionados anteriormente se da por separado a la percepción o juicio de quien esta afirmando tal cuestión. Pero bien, los subjetivo va a depender de la existencia del ser. Este se refiere a esos eventos que el hombre puede sentir (un dolor) y que  a su vez son ocasionados y personificados por el mismo (una mesa), aquí hay algo muy importante y es que ese rasgo a la vez es ontológicamente objetivo, pues posee propiedades intrínsecas (la composición química de la madera) asimismo es epistémicamente objetivo porque como sociedad y culturalmente hemos llegado al consenso de que es una mesa.

Luego de lo anterior y según la postura de Searle, se necesitan de tres elementos más para la creación de hechos sociales o institucionales y son: la asignación de función; la intencionalidad colectiva y las reglas constitutivas.

Ahora bien, el primer elemento que se hace necesario mencionar y observar en la capacidad de los agentes  responsables para la creación de los hechos sociales es la asignación de función, la cual puede ser tanto agentiva como no agentiva. La función agentiva se da de manera intencional, además, esta puede considerarse tanto concreta como simbólicas por el hecho que permite establecer el uso para el que se ha creado cualquier herramienta o sencillamente para darle un diseño a dicha herramienta. La función no agentiva por su parte es un proceso causal natural que se produce de manera impropia a nuestros propósitos. Se le asigna la función agentiva a esos objetos que se crearon con un diseño y un material en especial para poder satisfacer una necesidad (tenemos el ejemplo del destornillador, el cual debe tener una forma que permita apretar o aflojar un tornillo) y al valor que se le da a algo (el dinero y el lenguaje). a la función no agentiva se le asigna el hecho de que el corazón bombee la sangre resulta ser algo independiente a nuestra intencionalidad.

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