LA EDUCACIÓN EN COLOMBIA

LA EDUCACIÓN EN COLOMBIA

Desde el inicio de mi carrera en la Universidad Pedagógica Nacional tanto en el componente pedagógico como en biológico (de hecho en todos los componentes) hemos tratado de establecer la pertinencia de la educación y en general del sistema educativo para la sociedad colombiana, y si de alguna manera se ha podido decir que en este momento la enseñanza no es la adecuada, ni es solucionadora de problemas reales cabe decir que a pesar de las diferentes reflexiones, ideas, propuestas y demás charlas que las problemáticas mencionadas antes han generado, tanto para los maestros en ejercicio como para nosotros (maestros en formación) ha sido verdaderamente difícil pensar la educación de una manera diferente a la que vivimos.

La educación se define como “un proceso de formación permanente, personal cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes” (Ministerio de Educación Nacional) y aunque así lo establece la Constitución Política Colombiana es evidente que la praxis de la misma no responde a tales afirmaciones, ya que la educación se ha limitado procesos de adquision de conceptos técnicos, “útiles” para la productividad y el beneficio económico de una sociedad cualquiera.

Así mismo, se puede decir que para nadie es un secreto que la educación presenta diferentes falencias, comenzando por “las fallas que poseen los planes curriculares de los colegios, los bajos niveles de exigencia, el fomento de la mediocridad y la falta de presupuesto e inversión del estado” (Herraz, R. s,f)

Sin embargo no es lógico pensar que lo mencionado anteriormente es un problema actual, ya que como lo pudimos observar durante el desarrollo del seminario, cada situación, problema, dificultad y oportunidad (entre muchas más) que se presentan son el resultado de diferentes procesos políticos, económicos, sociales y educativos que han ocurrido en nuestro País, y se podría decir que en el mundo (adaptaciones a culturas, pensamientos, procesos, etc. De otros lugares del mundo); situaciones que aunque sabemos no deberían ser de esta manera, diariamente las seguimos reproduciendo, ejemplo de esto pueden ser algunos maestros de la Universidad, que a pesar de pertenecer a la “educadora de educadores” y de supuestamente tratar por medio de las clases implementar una pedagogía diferente y de proveernos de miradas distintas, adoptan posiciones egocentristas, radicales y poco flexibles frente a las particularidades tanto de los estudiantes como durante el desarrollo de las clases cada día.

Entonces, es necesario preguntarnos de que manera desde nuestra formación podríamos pensar en una educación pertinente, que brinde soluciones e impulse el desarrollo de la identidad individual y colectiva, y a su vez podríamos pensarnos como maestros diferentes, que explotemos

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