LA EDUCACIÓN PÚBLICA VS. LA EDUCACIÓN PRIVADA

LA EDUCACIÓN PÚBLICA VS. LA EDUCACIÓN PRIVADA

Tomando la opinión de un autor tenemos que: "Donde hay buena educación no hay distinción de clases" (Kung FuTse Confucio). Partiendo de esto muchos padres se plantean una serie de inquietudes cuando sus hijos llegan a la edad escolar, debido a que se enfrentan con el reto de seleccionar si los inscriben en la escuela pública o la privada en busca de esa educación de calidad; ¿dónde se recibe una mejor educación?, ¿se encuentra la escuela pública y la privada en el mismo nivel de calidad educativa?, ¿existen diferencias en el promedio de los estudiantes que egresan de los colegios públicos respecto a los que egresan de los privados?, ¿el personal que labora en instituciones públicas tiene el mismo nivel de compromiso y responsabilidad que el de las instituciones privadas?. Se encuentran estas entre las inquietudes por saber cuál de ellas es la mejor opción para sus hijos.

Lamentablemente existe un estereotipo que dice “la escuela privada es mejor que la pública”. Es difícil encontrar personas que con certeza piensen que la educación pública es capaz de dar tan buenos resultados como la educación privada.

Cada año escolar, los resultados obtenidos en el bachillerato parecen corroborar la superioridad de la educación privada: la nota promedio de bachillerato de quienes egresan de instituciones privadas es mucho mejor que la de quienes egresan de instituciones públicas.

Existen aspectos que contribuyen a que los colegios privadas tengan cierta ventaja sobre muchos de nuestros colegios públicos: infraestructura, equipamiento, jornada diaria más amplia, mayor involucramiento de las familias y, claro, en la selección del alumnado. Además, el nivel socioeconómico y el grado educativo de sus hogares es una de las variables que más se relacionan con el rendimiento académico.

Nuestra educación privada suelen ser costosa, algunas muy costosas. Por consiguiente, atienden primordialmente a aquellos estudiantes provenientes de las familias de mayores ingresos del país. Suelen ser parte también de las familias de una mayor escala educativa y que se ubican, por lo general, en las zonas urbanas y mejores ubicadas del país. Las escuelas cuyos alumnos provengan de los sectores mejor acaudalados de la sociedad tendrán, sin reparo, una ventaja de partida.

Además, las escuelas privadas generalmente siguen no solo una rigurosa política de admisión, sino un sistema muy estricto sobre quién puede proseguir sus estudios en la institución: sobre todo en los últimos años de bachillerato, se busca retener primordialmente a los alumnos que tienen una alta posibilidad de afrontar con éxito las pruebas académicas. Al resto –los que fracasan y reprueban– no se les suele permitir repetir el año allí y se les suele invitar a salir de la escuela.

Las escuelas públicas, por el contrario, se encuentran

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