LA ESCUELA DE LA REVOLUCIÓN DIGITAL
Enviado por VIOLETAIRUPE • 19 de Diciembre de 2017 • Ensayo • 1.403 Palabras (6 Páginas) • 285 Visitas
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LA ESCUELA DE LA REVOLUCIÓN DIGITAL
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Introducción
La escuela no es una institución ajena al mundo, muy por el contrario, está atravesada por él, le pertenece y la necesita.
Maschelein y Simmons aseguran que “La escuela es una invención histórica y, por tanto, puede desaparecer. Pero eso también significa que puede reinventarse” (p.4). Por su lado Inés Dussel nos propone “pensar en torno (al) carácter precario, inestable, siempre por hacerse, y también siempre a punto de ser destruida” (p.1) de la institución escolar. Se podría hacer una analogía con una figura de masa que se moldea y puede ser corregida, mejorada o modificada según la necesidad de expresión del artista. Con un poco de calor y humedad de sus manos podría seguir realizando cambios.
Entonces se puede considerar que la virtud de la escuela es su precariedad histórica, la que tuvo, la que tiene hoy y la que tendrá, gracias a que la historia, con sus crisis, y la sociedad, en su evolución, la atraviesan.
La sociedad se ha ido transformando a una velocidad sin precedentes y, como explica Sadin, la revolución digital de los años 80 ha logrado, en su desarrollo, la “interconexión integral que vincula virtualmente todo ser, cosa y lugar” (p.28) que estaría culminando con la llegada de los Smartphone en tan sólo un par de décadas y emergiendo una nueva condición humana, la Antrobología. Entonces esta condición humana llega con los “nuevos” alumnos y los “nuevos” docentes, provocando desequilibrios en la escuela construida en la modernidad y que necesita reinventarse nuevamente, buscar el nuevo equilibrio que le permitirá convertirse en la escuela del siglo XXI.
¿Qué escuela necesitan las naciones?
La RAE en su primera acepción define precario como “de poca estabilidad o duración”, tomar este concepto es considerar que la escuela no es un institución fija y estable, sino dinámica e inestable, una construcción material e histórica que funciona como un ensamblaje provisorio de personas, herramientas, tradiciones, saberes, tecnologías, modos de relacionarse, que son atravesadas por el momento histórico vivido. Podemos darnos cuenta de eso si miramos la escuela del siglo XIX en nuestro continente cuyo objetivo era la americanización, la unificación del idioma, la homogeneización de clases y la construcción de ciudadanía, para sostener las naciones. Hoy esas naciones están significativamente construidas, son soberanas territorialmente, necesitan controlar la “soberanía de la técnica” (Sadin, p.86) para lo cual la escuela debe formar ciudadanos del mundo, de este y del que viene; sin que podamos avizorar los nuevos modos de vivir de la sociedad dentro de un par de décadas. Ese mundo futuro como nunca tan incierto, inmerso ya no en un medio natural sino en un “medio técnico” (Jacques Ellul, 1977, citado por Sadin, p.43), un mundo administrado digitalmente sobrepasando fronteras geográficas, culturales, idiomáticas, hasta superando el fenómeno de la globalización.
En nuestro país surgen carreras como Ingeniería Biomédica, Ingeniería en Agrobiotecnología, Bioingeniería para el ámbito hospitalario, Licenciatura en Gestión Operativa en Construcciones Inteligentes, Ingeniería en Transporte, Ingeniería en Alimentos, Ingeniería en ecología, Ingeniería Zootecnista, Bioinformática. Nuestros egresados ya pueden elegirlas, carreras que hasta hace diez años aún no las suponíamos posibles. Las ciencias de lo biológico asumen el cambio del medio natural al medio técnico, éste conteniendo a aquél.
¿Nueva concepción del cuerpo?
Dussel citando a Michel Serres (Pulgarcita,2013) plantea que “hoy el modo de estar y vincularse con el mundo exige una actividad y una disposición siempre atenta del cuerpo” (p.10); ese cuerpo que hoy es un “acoplamiento humano-maquínico” (Sadin, p.30) y que nos permite alcanzar lo humanamente inalcanzable a través de esta “complementariedad cognitiva” (Sadin, p.47) que significan los robots, la conectividad, la Big Data, la miniaturización, prótesis “biónicas” y como coronación la incorporación de chips electrónicos en tejido humano. ¿La escuela reconoce esta nueva condición humana?
Las generaciones nacidas en la revolución digital, en la hiperconectividad, en la matematización de la vida, no encuentran en la escuela de la modernidad el espacio que su nueva condición necesita. A decir de Dussel, tomando el concepto de cronotopo de Lemke (2004), “el cronotopo del aula es disfuncional y está cada vez más lejano de los cronotopos de la vida posmoderna” (p.16), el tiempo y espacio escolar ya no se limitan a un aula con silla, pupitre, pizarrón y docente al frente. La administración robotizada, la ubicuidad de la información y del aprendizaje otorga una nueva jerarquía del saber, donde los docentes pierden poder tal como lo conocían, la autoridad adquiere nuevos significados y presencias, será de un orden diferente al construido hasta ayer.
Rol de los docentes en esta reinvención de la escuela
“No hay que reinventar la pedagogía, sino a nosotros mismos, los profesores”. expresó el Dr. Cristóbal Cobo, Director del Centro de Estudios de la Fundación Ceibal e investigador del Instituto de Internet de la U. de Oxford en el marco de Edutec 2017, “Hay que enfocarse en las interacciones y no tanto en las herramientas” agregó. El docente es una pieza del engranaje escolar que, si saliera de su estructura moderna, en la que fue alumno, la que otorga una falsa seguridad teniendo el poder que le da el saber moderno, podría traer el mundo actual al aula, hacerlo profano, reorganizar el tiempo libre y el espacio. Organizar una nueva gramática, diseñar un nuevo engranaje donde intervenga la tecnología, el diseño, la creatividad, el hacer; establecer una nueva precariedad al producir movimientos que abran nuevas posibilidades.
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