LA GEOGRAFÍA ECONÓMICA FEMINISTA

Morales Hernández Leslie Daniela.

LA GEOGRAFÍA ECONÓMICA FEMINISTA.

La geografía económica feminista tiene varias raíces. Nació con la llegada de ideas feministas a los sistemas de Estados Unidos y algunos países europeos, lo cual tuvo como consecuencia el establecimiento del género como una dimensión para las ciencias sociales.

En segundo lugar, la geografía económica feminista tiene sus raíces en la economía feminista y la noción de hacer visibles las economías invisibles. En tanto, economistas feministas indicaron que el trabajo asalariado constituye sólo una parte de toda la actividad económica. En este contexto, la economía feminista hace hincapié en que las actividades económicas no remuneradas también forman parte de la economía, así, estos trabajos son necesarios para la reproducción del sistema capitalista más en general, y no sólo la reproducción de los hogares.

Como tercer punto, se tiene la geografía urbana, donde se analizaron las geografías de las áreas de producción y reproducción, el tema central es la distinción entre lo público y lo privado: asociar a la mujer con lo privado en un mundo dominado por la economía monetaria.

Entonces, la preocupación de la geografía económica feminista va más allá de hacer visibles a las mujeres en la economía, sino también se enfoca en describir y criticar las diferencias entre hombres y mujeres en la economía. Pero también hay dos cuestiones más, por un lado, se plantea estudiar cómo las relaciones de género y sus geografías particulares repercuten en la economía y son aprovechadas, por otro lado, propone analizar cómo la estructuración espacial de una sociedad influye en las relaciones de género y esto en cuanto a actividades y procesos económicos.

Un punto clave es la construcción social de las mujeres como una fuente de mano de obra barata, en este contexto, lo importante es comprender que las razones que se daban para justificar los salarios más bajos de las mujeres variaban de región a región. Durante la reestructuración social de la industria manufacturera las diferencias regionales y de género tuvieron un papel doble, por un lado, se han usado diferencias existentes en los mercados de trabajo en las estrategias para reducir el costo de la mano de obra, y por otro lado, nuevas diferenciaciones para poder explotar nuevas reservas de mano de obra.

Por otro lado, se analiza por qué los hombres y las mujeres ocupan diferentes puestos de trabajo en el mercado laboral, en diferentes condiciones y para diferentes percepciones salariales, y también por qué las mujeres se comprometen con la mayoría de las tareas domésticas y de cuidado de personas dependientes. El hecho de que las relaciones de género y sus geografías sean marcadores de las desigualdades entre las posibilidades y trayectorias económicas se hizo más evidente con la transformación de las economías de los países ricos en economías de servicios. Ya que, en las economías de servicios, la creación de valor se basa en interacciones y relaciones entre los clientes y los proveedores.

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