LA IMPORTANCIA DE LA DEFENSA PERSONAL EN LA AVIACIÓN Y NUESTRAS VIDAS
Enviado por Ana Maria Urbano Lopez • 19 de Abril de 2019 • Ensayo • 1.781 Palabras (8 Páginas) • 145 Visitas
LA IMPORTANCIA DE LA DEFENSA PERSONAL EN LA AVIACIÓN Y NUESTRAS VIDAS
La defensa personal son un conjunto de habilidades que una persona realiza para repeler (prevenir o rechazar) un ataque contra ella, para salvaguardar su integridad física o sus bienes. También se considera o se denomina como autoprotección o seguridad personal, de igual manera, apunta a la prevención de una situación que puede poner en riesgo la vida (que es lo primordial). Este conjunto de habilidades se caracteriza por sus movimientos eficaces para conseguir el objetivo de evitar al mayor posible la agresión de un atacante.
¿Cuál es la función de la defensa personal en los vuelos comerciales?
La defensa personal se empezó a implementar desde lo sucedido el 11 de Septiembre del 2001, donde el grupo terrorista Al-Qaeda secuestra el vuelo #11 de American Airlines y posteriormente, hacen colisionar la aeronave con la torre norte “World Trade Center”, en Nueva York. Partiendo de tal ataque terrorista, la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), que es la entidad encargada de vigilar y velar por la seguridad de la aviación a nivel internacional, se vio en la necesidad de mejorar la seguridad en las actividades aeronáuticas, tanto en aeropuertos como en las aeronaves.
Desde mi opinión, pienso que fue una gran determinación de parte de la OACI de implementar este módulo en la preparación de los futuros pilotos y auxiliares de vuelo, ya que, más que brindar un gran servicio y comodidad a los pasajeros, nos enfocamos más en velar por sus vidas, para que tengan un vuelo seguro con toda la confianza y tranquilidad. Es claro que esta preparación en defensa personal es de suma importancia, porque la tripulación está para algo más que “servir un tinto” o para “ser los sirvientes de los pasajeros”, siempre primará la seguridad de cada uno de los que estarán a bordo en cada vuelo, de nada sirve un vuelo con todos los lujos y todas las comodidades si no se llega sano y salvo a casa.
Quiero citar un caso de un vuelo, dónde por poco ocurre una tragedia parecida al de las torres gemelas de EE.UU; se trata de un 7 de Abril de 1994, en un avión DC-10, dónde un empleado de la aerolínea Federal Express viajaba como pasajero (Auburn Calloway) y llevaba unos martillos y arpones, su idea fue secuestrar el avión y hacerlo colisionar, el sujeto agredió gravemente con sus armas a 4 tripulantes, quienes lograron controlar al sujeto y prevenir un accidente trágico. Se dice que se condecoró a los tripulantes que consiguieron neutralizar la situación, pero que lamentablemente no pudieron volver a volar por las graves agresiones proporcionadas por parte del atacante. Y sí, no hubo muertos, pero siento que los tripulantes se sentían impotentes en el momento que se les estaba agrediendo, y sumándole el desespero que sentían de que la aeronave finalmente colisionara provocando más tragedia, y lo peor del caso, la muerte.
Pienso que desde que se haya presentado el primer “atentado” donde se vea la intención de dañar la integridad física de una persona, tuvo que haberse implementado la enseñanza de defensa personal, porque puede que unos casos no terminen trágicamente, pero lastimosamente otros si, sin embargo, ninguna persona tiene porque pasar una situación donde se vea comprometida su vida sólo porque otro inculto o “loco” le dio la gana de desatar toda su ira con otra persona y como nadie sabe lo que le esperará en el día, es mejor estar preparados para lo que sea.
La defensa personal no es sólo útil en la aviación, si no en la vida cotidiana, cada día, se podría decir que se está expuesto a cualquier eventualidad, estamos en un mundo desalmado, donde no hay ni la más mínima cordura y respeto por los demás, donde ya no importa la vida de las personas y literalmente se asesina a otro por “cualquier peso” y nadie está exento que una persona X quiera atacar por robar tus bienes o por simplemente un conflicto que se presente, y es ahí donde te dices a ti mismo: ¿es él o soy yo? y el instinto siempre te dirá que te defiendas, o en el peor de los casos, te paralizas del miedo sin poder hacer nada. Y aquí es donde la defensa personal juega un papel importante y es el de manejar tus emociones, porque depende del manejo de las emociones, así mismo se reacciona cuando algo se presente y obviamente, esto te ayuda a sentirte seguro de sí mismo, ya no dominará el miedo que paraliza y se sabrá que hacer.
La persona puede defenderse de un ataque violento usando palos, gas pimienta, armas blancas, como puede ser un cuchillo; o armas de fuego, como es el caso de un revólver; o utilizar su propio cuerpo, para lo cual existen una serie de técnicas para hacer los golpes más certeros y los movimientos de evasión más eficientes, pero al momento de defenderse hay que tener en cuenta un aspecto muy importante: el aspecto legal. La ley protege (acepta) la defensa personal y exime de cualquier responsabilidad cuando la defensa ha sido desarrollada de manera correcta y que los medios que se usó en contra del ataque estén acordes a lo establecido. Esta ley se denomina legítima defensa, y básicamente es exculpar o la reducción de la sanción por una conducta generalmente ilegal o prohibida. Se basa en el derecho natural que tiene una persona de protegerse, cuando no sea posible recurrir a la intervención del gobierno. La víctima en este caso se encuentra sin protección ante el agresor, y ataca a su vez, para evitar el daño personal.
Aunque la defensa no solo se basa en responder con agresión al atacante, se dice que lo primero que se debería hacer, es tratar de tranquilizar la situación mediante el dialogo, y en otros casos se puede gritar o correr, porque como lo dije anteriormente, la seguridad de la integridad física es siempre la mayor prioridad pero cuando se torna en otro plano, toca afrontar la situación con decisión. Pero no se debe olvidar que siempre la ley estará evaluando este tipo de situaciones y en pocas palabras hay que “medir” nuestras respuestas defensivas y ofensivas.
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