LA MOVILIDAD EN BOGOTÁ, UN PROBLEMA DE NUNCA ACABAR

LA MOVILIDAD EN BOGOTÁ, UN PROBLEMA DE NUNCA ACABAR

Este ensayo trata el tema central de la movilidad en Bogotá, que es un caos. En un primer momento enunciará el problema y sus tres principales razones, para luego desarrollar cada uno de estos aspectos y establecer las conclusiones con respecto al problema.

La movilidad en Bogotá es un caos. En primer lugar, el Transmilenio es muy lleno y las rutas son insuficientes. Además, la inseguridad no permite que uno se desplace en bicicleta porque se la pueden robar. Por si fuera poco, los servicios de taxi o Uber son muy caros porque los conductores deben recuperar e invertir en gasolina, que es muy cara.

Todos los bogotanos sabemos que esto es así. Muchas veces se nos dificulta llegar al trabajo o a nuestros hogares, porque los buses van muy llenos y hay que esperar mucho tiempo a que pasen vacíos. También es difícil subirse al Transmilenio porque en las horas pico los buses están muy llenos. Los taxis y Uber en las horas pico cobran más de su tarifa habitual y es difícil acceder al servicio por la gran demanda que tienen.

Reyes (2017) dice que “para mejorar la movilidad en Bogotá, sería necesario reconstruir la ciudad. Las vías son insuficientes, los espacios urbanos no dan para que se dé una movilidad adecuada y los existentes han colapsado hace más de diez años”. Esta percepción del experto nos da una mirada muy acertada sobre esta problemática.

A no ser que no estemos en hora pico sino en hora valle, donde todo fluye más fácilmente. Los buses de Transmilenio van desocupados, más aún si uno va de portal a portal. Los taxis y servicios especiales se consiguen más fácil y a precios más accesibles. Por otro lado, en horas hábiles los ladrones no están tanto al asecho y se puede uno desplazar con más tranquilidad y rapidez en su bicicleta.

Sin embargo, el problema reaparece cuando entramos en la hora pico. Este problema no ha tenido solución a la fecha, sino apenas pañitos de agua tibia como el pico y placa y soluciones sociales como llevar al vecino y hacer rutas informales por personas que viven cerca o trabajan cerca. Por eso, la movilidad en Bogotá sigue siendo un caos.

En primer lugar, el Transmilenio es muy lleno y las rutas son insuficientes. Esto se debe a una mala planeación por parte de quienes lo administran. Hay corrupción, intereses personales que no permiten que el sistema como tal mejore, que se pueda tener descongestión, seguridad y el número adecuado para las rutas y que todo funcione mejor.

La mayoría de usuarios de TM experimentan esta situación y por eso muchas veces se han dado huelgas y paros exigiendo un mejor servicio. Sin embargo, estos movimientos aún no han generado el respectivo cambio que se espera para que el sistema preste un óptimo servicio.

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