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LA NUEVA APERTURA ELECTORAL Y FIN DEL SISTEMA (1982-1988)


Enviado por   •  7 de Octubre de 2011  •  2.065 Palabras (9 Páginas)  •  924 Visitas

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Como pudimos observar anteriormente, la historia democrática de México se vio enmarcada con una puerta encauzada a la modificación del sistema electoral en el año de 1977. Sin embargo, en plena “apertura democrática”, aparecían nuevas exigencias; todo esto en medio no sólo de una crisis política que despojaba de toda legitimidad al gobierno; sino también estaba el deterioro económico por el que México estaba pasando, una economía petrolizada, la dolarización, la descapitalización, el endeudamiento del país, la inflación por los cielos y la inminente debilidad del cuerpo político conformaban el panorama desalentador que provocaba en los mexicanos un empobrecimiento económico devastador en aquella época. Esto sin lugar a dudas contribuyó al ambiente de desconfianza que se vivía durante el mandato de López Portillo, además de la premisa que puso de cabeza al país durante su informe de gobierno y que es descrita por James D. Cockcroft (1998), “con voz temblorosa y los ojos llenos de lágrimas, el presidente despertó a todos los miembros del Congreso con el anuncio de que iba a expropiar los bancos privados de la nación” (p.327). Con lo que evidentemente dejaría a su sucesor Miguel De La Madrid Hurtado, un México inestable en todos los aspectos.

Sin embargo la particularidad que tendría De La Madrid fue que a diferencia de López Portillo, su llegada a la silla presidencial estaría digamos un poco “más concurrida”, ya que el proceso electoral del que resultó victorioso tuvo como contrincantes a seis candidatos de partidos de la oposición, dibujando una atmósfera política plural. Transformando el mapa político del país, como consecuencia de la imposibilidad del gobierno por reprimir a los grupos opositores obviamente excluidos de las disputas electorales, creando la vía institucional de hacerlos parte del sistema democrático otorgándoles la categorización de partidos formales y por lo tanto legítimos. La mayoría de estos grupos aceptó participar en el nuevo proyecto democratizador propiciado por la reforma política; donde coincidían tanto izquierdas como derechas. A pesar de la pluralidad de partidos, el Partido Acción Nacional (PAN) fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna, se había convertido en el partido de oposición más fuerte. Este partido centró su lucha social principalmente en la defensa del voto, generando hincapié principalmente en las elecciones locales reforzando de esta manera su número de simpatizantes. Ya que de acuerdo con Gustavo López Montiel (2005), “al inicio se concibió a sí mismo como un partido no electorero destinado a crear fundamentalmente conciencia cívica entre los ciudadanos. Su creciente participación en elecciones y su mayor influencia en el electorado lo llevaron a dividirse en dos grupos” (p.107). Ya que por un lado estaban aquellos que se apegaban a la idea inicial de la creación del PAN y por otro el otro se encontraban los que veían al partido como una oportunidad para acceder al poder. Por lo que la mayor parte de la influencia generada a nivel nacional panista fue principalmente impulsada por grupos de empresarios que utilizaron el estandarte blanquiazul para tener un impacto en la toma de decisiones y que esto desembocara en la obtención del poder.

Tras el distinto contexto político los problemas para el gobierno de Miguel De La Madrid persistirían en lo económico y en 1983 los efectos de la crisis tuvieron mayor intensidad. Tal y como lo menciona Cockcroft (1998), “las tasas de interés extranjeras seguían siendo elevadas, los precios de la comida y los alquileres se dispararon, los ingresos por el petróleo mexicano declinaban periódicamente y el crecimiento del PIB anual resultó negativo” (p.331). Esto a su vez generó malestar en las esferas populares ya que los salarios se contraían cada vez más provocando huelgas por parte de los obreros en algunas regiones del país. Por lo que las acciones tomadas por parte del gobierno fueron principalmente la reducción del gasto público, reflejándose en menos apoyo a la educación y a la población en general, por lo que los mexicanos empezaron a votar en contra del PRI. Creando el efecto principalmente en las clases medias, mismas que se refugiaron en el PAN. De esta manera miles de ciudadanos se fueron sumando a la causa panista: “Que los votos cuenten y se cuenten”, objetivo que propició la participación y movilización de masas con el objetivo común de la defensa de la legalidad. Lo anterior se reflejó en varios Estados de la República como en Puebla y Chihuahua. Ya que en noviembre de 1983, el candidato panista Ricardo Villa Escalera fue víctima de una competencia inequitativa engendrada por el propio Estado, que tomaba medidas en contra de los candidatos opositores. Esto a su vez generó la desconfianza de los ciudadanos no sólo en su sistema electoral sino en la credibilidad del tricolor, iniciando el quiebre del partido único por excelencia. Sin embargo, por su parte el PAN decide entrarle a la lucha donde se da un acontecimiento insólito; ya que por primera vez se unen todas las fuerzas de la oposición a pesar de las diferencias ideológicas pero con el sólo objeto de combatir las irregularidades y corrupciones del PRI. Otro de los conflictos fue el de Piedras Negras, Coahuila; que consistió en que para finales de 1984 el PAN reclamaba el triunfo que se le había otorgado al PRI, ocasionando que la inconformidad los llevara a manifestarse; estas protestas persistieron, manteniendo la peculiaridad de exhibir literalmente “el cadáver de la democracia” ante los ojos de la impunidad; haciendo una denuncia pública a las caducas medidas electorales. Sin embargo, los conflictos seguían apareciendo y el problema del equilibrio electoral seguía siendo la controversia; propiciando que tras el conflicto situado en Chihuahua sectores de vital importancia para el país se unieran a esta lucha, permitiendo el retorno de la Iglesia Católica a la vida política de México; alineándose con el PAN y evidenciando públicamente la impugnación que se estaba cometiendo. Haciendo que el conflicto tuviera repercusiones no solo a nivel nacional, sino internacional. Por lo que la Iglesia Católica juega un papel de valiosa importancia como causa de la creciente búsqueda de la democratización de la sociedad mexicana, permeando de esta forma su incursión. Pero el PRI, no se quedó con las manos cruzadas

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