"LA PRISIÓN EN SUS FORMAS ACTUALES, ES EL CENTRO DE REINSERCIÓN QUE MENOS PUEDE REINSERTAR" *
Enviado por 5160764 • 4 de Septiembre de 2013 • 1.081 Palabras (5 Páginas) • 878 Visitas
“LA PRISIÓN EN SUS FORMAS ACTUALES, ES EL CENTRO DE REINSERCIÓN QUE MENOS PUEDE REINSERTAR” *
“El castigo tiene por función reducir las desviaciones. Debe, por lo tanto, ser esencialmente correctivo” (Michel Foucault)
El castigo penal ha sufrido numerosas modificaciones, su estructura, su ideología, la praxis que aplica hoy constantemente persigue el intento de corregir conductas desviadas, conductas que rompen el marco legítimo de la norma y que por consiguiente se bautizan en desadaptaciones sociales. Estas modificaciones no fueron gratuitas, han sido el producto de numerosas revoluciones teóricas y prácticas. Con estas se ha pretendido romper el paradigma de la barbarie, la sangre y la tortura con un hilo que cose tentativas de humanizar y velar por los derechos en la reclusión penal. Esta reacción ha caminado desde la modernidad, naciendo de las visiones éticas y morales propias de esta época que se consolidaron al término de la segunda guerra mundial. Mas cabe afirmar que fue una preocupación latente que palpitaba anteriormente, pero que comenzó a pragmatizarse en los tiempos ilustres de la época moderna.
Este liviano prefacio es el plato de entrada a una reflexión que busca escudriñar someramente la trasformación histórica por el camino del derecho humano y la dignificación de la reclusión penal. Busca determinar su pujo ideológico, fundamentado en la reinserción social, una mirada que se localizó en la intención de “castigar el delito sin destruir al autor y, aun mas, que la verdadera penitencia fuera la regeneración del delincuente” (Hernández, Miguel, 1992, pag10), de esta manera inquiriremos críticamente si coexistimos contemporáneamente con estos razonamientos. En esencia para lograr esta reflexión debemos detenernos superficialmente en una breve reseña histórica referente a la reclusión social, un pequeño prologo que direccionara el camino reflexivo de este escrito.
El presidio propiamente dicho nace según Gudín Rodríguez con la preocupación de eliminar el crimen utilizando el castigo, castigos punitivos que iban desde la mutilación de miembros hasta la muerte humillante y dolorosa. En su libro Vigilar Y Castigar Michel Foucault (1988), nos da un ejemplo conciso de la brutalidad con la que se ejercía el castigo, nos presenta el sumario de Damiens, que por cometer parricidio es castigado feroz mente. A este le fue amputada la mano con la cual cometió el crimen, se le echo aceite hirviendo antes de que se la amputara, luego fue desmabrado por ataduras ligadas a sus miembros que fueron tiradas por caballos, y al final sus restos fueron consumidos en fuego hasta quedar en cenizas. Foucault muestra notoriamente como se ejercía el castigo en la antigüedad, no solo en el oscurantismo y el renacimiento, también en épocas pasadas. En este recorrido histórico “Se entiende entonces que los recluidos no generan ningún beneficio y por el contrario eran parásitos que debían ser alimentados”. Por tanto, se buscaban otras soluciones tales como la esclavitud, el maltrato físico, la mutilación o la muerte” (Gudín, Faustino, Pag 1).
Es en la modernidad donde el sujeto criminal pasa de ser brutalmente ejecutado a una instancia de reclusión, este cambio no se engendró de inmediato, fue progresivo y paulatino. “La pena privativa de libertad pertenece a los tiempos modernos, es una idea de mediados del siglo XVI y comienzos del siglo XVII” (Gudín, Faustino, Pag 8). Esta época edifica las bases de las concepciones modernas; teóricos, filósofos, juristas intervinieron la noción penal y expulsaron de sus mentes finas críticas contra los sistemas penitenciarios.
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