LA REDONDA: arte y vida cotidiana

LA REDONDA: arte y vida cotidiana.

Siendo dimanante de la ciudad de Santa Fe, me pareció oportuno proponer e interrogarme sobre qué ocurrió con “La Redonda”, y tratar de explicar cómo se logra el avance en el arte y la ciencia de dicho lugar, gracias a la producción tecnológica.

En los primeros años del siglo xx, la compañía francesa de ferrocarriles de Santa Fe emprende un programa de nuevas obras para modernizar sus instalaciones y mejorar sus servicios. Dentro de este complejo se destacaban los talleres y un gran salón con forma de hemiciclo al que los vecinos denominaron “La Redonda”. Este lugar albergaba 40 fosas de reparaciones para las locomotoras.

Durante el año 1990, esta playa ferroviaria dejó de funcionar y sus instalaciones fueron abandonadas, dejando a los vecinos y ciudadanos de la ciudad preocupados por un espacio público en desuso.

En marzo de 2010, el proyecto de recuperación estuvo a cargo de la Dirección Provincial de Arquitectura e Ingeniería y la Gestión del Espacio Cultural, dando comienzo a un nuevo lugar de recreación, arte y vida cotidiana.

La tecnología como medio de transformación.

Podemos ver claramente en este caso, cómo la tecnología es un proceso, una capacidad de transformación de algo ya existente para construir algo nuevo y darle otra función que nos beneficie, brindando diversión o simplemente distrayéndonos. Esa capacidad se trata de un saber que proviene directamente del campo de las ciencias.

Por otro lado, sabemos que no fue un trabajo solitario, sino que colectivo. Mejor conocido con el concepto de “tecnologías integradas”, es decir conjunción de ideas y funciones diversas como también la unión de distintos campos de la ciencia y lograr llevar a cabo un espacio para todos aquellos que estén dispuestos a compartir disciplinas, la vida urbana y nuestra cultura. Hermes Binner enfatizó: “habrá poesía, baile, ciencia y arte. La Redonda es diversidad y desafío. La convivencia de vivir juntos, iguales y distintos. Es la recuperación de la memoria, los rieles para crecer, las locomotoras de energía para pensar y la libertad para apropiarse del lugar”.

El arte y La Redonda.

Si nos basamos en el arte, pensamos que es una pintura, una canción o un museo. Sin embargo, el arte está presente en lo cotidiano y lo más cercano a nosotros. En este caso, hago proyección a la arquitectura implementada en La Redonda, donde se hace visible el alcance de la imaginación tras convertir un taller de locomotoras en un espacio apto para toda la población en conjunto con la ciencia y el arte. Es el uso de la libertad de convertir algo inexistente e instalarlo frente a nosotros.

Desde la arquitectura y con excepcional capacidad transformadora de la obra pública, se reconstruyó un extenso sector obsoleto tomando como componentes estructurales de esta intervención, instalaciones ferroviarias e industriales con enorme valor patrimonial.

¿Cómo actúa la Ciencia en este caso?

Refiriéndonos a cómo actúa la ciencia, podemos decir que no solo obtenemos beneficios sino también desastres de ella. Por ejemplo, la contaminación del suelo por el derrame accidental de sustancias durante el funcionamiento de trenes y locomotoras. Pero no sólo culpemos a las maquinas, es decir, si volvemos al principio de la historia nos damos cuenta de que, al construirse el lugar, se vieron afectadas 40 hectáreas. Una vez recuperado el lugar, podemos decir que se frenó esta contaminación. Actualmente el Parque Federal cuenta con un gran espacio verde antes inexistente.

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