LA VIDA DE UNA MUJER BAJO EL MACHISMO DE LOS AÑOS 30

LA VIDA DE UNA MUJER BAJO EL MACHISMO DE LOS AÑOS 30

(El Árbol, María Luisa Bombal)

La lectura del cuento El árbol del año 1939, de la escritora chilena María Luisa Bombal, caracterizada principalmente por escribir sobre personajes femeninos y su mundo interno, centrándose en los detalles, muestra la difícil convivencia del género femenino en la década de los años 30, época complicada para una mujer ante la mirada del hombre, donde se frecuentaba la humillación y descalificación hacia su condición, narración que se entrega el señalado cuento.

En el presente ensayo se expone como tesis, la difícil convivencia del género femenino en la década de los años 30.

Al terminar la Primera Guerra Mundial, cuando los hombres empezaron a retornar a sus casas en Europa, se encontraron con una inesperada sorpresa. Sus mujeres y muchas otras ya no estaban tan dispuestas, como antes del conflicto bélico, a las tareas hogareñas ni a las labores de beneficencia. Durante los cuatro años de guerra, ellas habían desempeñado muy bien los papeles antes privativos de los hombres y ya no querían retroceder. (Salvo, 2019, pág. 1)

Brígida, no tuvo una niñez afectiva por parte de su padre (Bombal, 1939, pág. 1), con el pasar de los años se casó con Luis, quien era amigo de su padre, pensando en lo que sentía por él, que podría ser afecto de pareja y obtener felicidad, lo que no ocurrió, ya que Luis, la dejaba gran tiempo sola, por lo que Brígida a través de la música recordaba episodios de su niñez y dentro de su soledad observaba un árbol que para ella era como un símbolo de libertad y al ser quitado Brígida abandona la casa por darse cuenta que al estar ahí sólo le traía tristeza y sufrimiento y algo que no comprendía era por qué nunca deseo tener hijos, recordando la risa de Luis en un tono fingido.

La afectividad es la necesidad que tenemos los seres humanos de establecer lazos con otras personas. Una afectividad positiva es la primera garantía de estabilidad emocional y seguridad que necesitan los niños, tanto en uno mismo como en los demás, y para que un niño la desarrolle es determinante la actitud de los padres, que deben mostrar una buena determinación para colaborar en la educación afectiva de sus hijos.

Las personas necesitan que desde niños se le entregue afectividad por parte de la familia, amigos y entorno, pequeños gestos que hacen crecer la autoestima de las personas.

Al ser Brígida la sexta de las hermanas, el padre no demostraba interés en enseñarle y no hacía un esfuerzo en entregar educación. “Si no quiere estudiar, que no estudie. Si le gusta pasarse en la cocina, oyendo cuentos de ánimas, allá ella. Si le gustan las muñecas a los dieciséis años, que juegue” (Bombal, 1939, pág. 1)

Era evidente que el padre no demostraba afecto hacia Brígida, prestando su atención en sus hermanas, que para él eran su satisfacción porque le entregaban lo que él quería ver en una hija, sabían música, estudiaban y sus maridos las llevaban a todas partes, lo que no ocurría con Brígida.

Brígida se casó con Luis porque a su lado no se sentía culpable de ser tal cual era: tonta, juguetona y perezosa, reconoce que nunca estuvo enamora de él, por lo que un día se marchó, tuvo una vida de maltratos psicológicos y sometimientos al machismo de su padre y posterior al de Luis, tuvo una niñez carente de afecto, viendo en sus hermanas que obligatoriamente tuvieron que aprender música y sus estudios, para luego casarse con hombres de la preferencia de su padre.

Brígida clamaba por el amor de Luis, sin recibir una respuesta de él, quien la ignoraba, se avergonzaba de ella, de su ignorancia. Inconscientemente él se apartaba de ella para dormir, y ella inconscientemente durante la noche entera, perseguía el hombro de su marido, buscaba su aliento, trataba de vivir bajo su aliento, como una planta encerrada y sedienta que alarga sus ramas en busca de un clima propicio. (Bombal, 1939, pág. 2)

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