LEGALIZACIÓN DE LA MARIHUANA EN COLOMBIA
Enviado por adouration • 30 de Marzo de 2022 • Apuntes • 1.923 Palabras (8 Páginas) • 239 Visitas
LEGALIZACIÓN DE LA MARIHUANA EN COLOMBIA
GABRIELA MARTINEZ RAMOS
11*B
ECONOMÍA POLÍTICA
INSTITUTO ALEXANDER VON HUMBOLDT
LIC. HEBERT MENDOZA BARRAZA
BARRANQUILLA
MARZO DE 2022
ÍNDICE
- INTRODUCCIÓN.
- LEGALIZACIÓN DE LA MARIHUANA EN COLOMBIA.
- ¿PROBLEMÁTICA SOCIAL O UN HÁBITO DIDÁCTICO?
- CONCLUSIÓN.
- BIBLIOGRAFÍA.
INTRODUCCIÓN
Existe en la actualidad una controversia masiva en torno a la utilización de la marihuana ya sea de forma medicinal o por consumo recreativo, el cual surge con frecuencia en los medios de comunicación, pensando en una solución al tema del narcotráfico y otros problemas relacionados con su consumo. En Colombia, el consumo privado e incluso la producción de pequeñas cantidades de determinadas plantas, cuyos principios activos tienen la consideración de drogas ilegales, siempre que sea claramente para el propio autoconsumo, no constituye una práctica penalizada por ninguna ley; en otras palabras, es ilegal para consumo comercial pero es permitido en la utilización de ciertos medicamentos. Cuando se habla de “legalización” se debe ser escrupuloso con el término; no es lo mismo legalizar que despenalizar, no es lo mismo despenalizar el consumo del cannabis y tampoco es lo mismo despenalizar el consumo privado que el público. Despenalizar el consumo privado es un hecho en nuestro país.
Además, se defiende la necesidad de analizar con rigor, desde un punto de vista científico, los hipotéticos beneficios que produciría la legalización. Por supuesto, desde una perspectiva de salud pública, es difícil encontrarlos. Considero que la lógica que se ha seguido con el tabaco, aumentando las restricciones al consumo de tabaco, es el límite a seguir para cualquier sustancia adictiva.
LEGALIZACIÓN DE LA MARIHUANA EN COLOMBIA
“...Colombia es conocida por sus problemas de narcotráfico en el pasado. En un intento por abordar el problema, el gobierno despenalizó el uso personal de todas las drogas, incluida la marihuana, y el cultivo de hasta 20 plantas en el hogar. Sin embargo, el decreto de 2018 del presidente Iván Duque endureció las leyes sobre drogas una vez más…”
En Colombia, hablar sobre la legalización de la marihuana para uso privado y recreativo representa un tabú enorme y un tema bastante polémico, ya que el asunto no es para nada sencillo. Aunque la Corte Constitucional se ha pronunciado en diversas ocasiones a favor de la dosis mínima, los numerosos intentos del Congreso para regular el porte de la misma no han tenido éxito alguno. En 1994, el gobierno de Colombia despenalizó la posesión y el uso personal de marihuana. Esto se sumó a otras drogas «más duras», como la cocaína. En ese momento, la decisión recibió una oposición importante, especialmente de los Estados Unidos, que lo vieron como un intento de socavar la «guerra contra las drogas».
En Noviembre de 2011, el ex-presidente Juan Manuel Santos se declaró a favor de la legalización de ciertas drogas suaves (como la marihuana) en una entrevista a un periódico británico, siempre y cuando exista consenso internacional al respecto. El tema, por supuesto, resonó lo suficiente para tener un lugar en la Cumbre de las Américas realizada en Cartagena en el mes de abril del año 2012, en donde Estados Unidos cedió ante los reclamos de muchos gobiernos latinoamericanos para debatir sobre la legalización con un enfoque más liberal.
A este nuevo contexto del debate sobre la legalización de estupefacientes, específicamente la marihuana, hay que agregarle el hecho de que estadísticamente es la droga de mayor consumo a nivel global según la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), que estableció que para el año 2009 alrededor del 2,8 al 4,5% de la población mundial había tenido contacto con la marihuana al menos una vez en sus vidas, lo que representa entre 125 a 203 millones de personas. También es la sustancia ilícita de mayor consumo en Colombia, ya que en 2008 se estimó que el 8% de la población la había consumido alguna vez en la vida, mientras que un representativo 2% la consumía al menos una vez por año, según cifras ofrecidas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Cabe resaltar que según estas mismas fuentes el consumo de sustancias ilícitas viene creciendo masivamente en el panorama nacional e internacional, lo que reafirma los cuestionamientos con respecto al modelo contemporáneo que ha venido utilizándose como parte de la lucha por la regulación hacia el consumo de esta droga.
En 2012, la ley establece claramente que cualquier persona atrapada con 20 gramos de marihuana o menos no sería procesada, pero podría ser derivada para recibir tratamiento, dependiendo de la «influencia de la droga» que tuviera en el momento de la detención. Sin embargo, este solo sería el caso si la marihuana se encontrara en una residencia privada; el uso público seguía siendo ilegal, independientemente de la cantidad.
En diciembre del año 2020, la plenaria de la cámara de representantes hundió de manera contundente un proyecto de carácter legislativo que buscaba la modificación del artículo 49 de la constitución que prohíbe el porte y consumo de estupefacientes en el territorio colombiano, cuya idea era generar una excepción para el consumo adulto de la marihuana.
Sin embargo, no es el único proyecto reciente que se ha predispuesto ante esta problemática. El Senador de la República, Gustavo Bolívar, propuso entregarle facultades a entidades del estado con la intención de que puedan hacerse cargo de las actividades legales de la marihuana; la disposición de este proyecto es lograr que el estado regule la importación, exportación, plantación, cultivo, fabricación, distribución, transporte y comercialización de la misma, así como de los productos que la contengan para uso lúdico, incluyendo la creación del Instituto Colombiano para la Regulación del Cannabis (ICORECA) que funcionará como órgano rector, y hasta de entregar permisos a establecimientos para su dispersión. Este modelo es similar al utilizado en Países Bajos, donde funcionan sitios llamados “Coffee Shops” en donde los consumidores pueden encontrar cannabis de calidad y lejos de la ilegalidad.
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