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LIBIA: UNA REALIDAD INCÓMODA


Enviado por   •  17 de Enero de 2018  •  Ensayo  •  2.489 Palabras (10 Páginas)  •  121 Visitas

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LIBIA: UNA REALIDAD INCÓMODA

     Antes de la toma del poder por parte de Muamar Gadafi en 1969, año en el que derrocó al Rey Idris I, quien había permanecido en el poder desde 1952, Libia era considerada la nación más pobre del mundo. Durante los 42 años que duró el régimen de Gadafi, Libia fue considerada la nación más próspera del conteniente africano, superando en calidad de vida a países como Rusia o Brasil.

     Durante los años en que gobernó Gadafi, la educación pasó a ser gratuita, la alfabetización pasó del 5 al 83 por ciento.

     El gobierno daba electricidad gratuita, además de dar bonos de enfermedad a los pacientes para que pudieran ir a buscar asistencia médica que no podían encontrar en Libia a otro país. También, subsidiaba la compra de un vehículo nuevo con el 50 por ciento de su valor.

     Además, como para Gadafi la vivienda era considerada un derecho universal, cada pareja recién casada recibía un bono equivalente a 50 mil dólares americanos.

     Se le regalaba tierra, casa, animales y equipo el equipo necesario a los nuevos agricultores.

     También el agua era gratuita y la gasolina era tan barata que el galón solo costaba  14 centavos de dólar.

     El país ubicado en el cuerno de África, fue por mucho tiempo una nación próspera y con una excelente calidad de vida. Algunos llamaban a Gadafi “El Mesías”

“La otra cara de la moneda”

     Pero nada era tan perfecto como parece en el caso libio. Gadafi, a vista de la comunidad internacional, era considerado un líder déspota y autoritario. La ONU denunció las varias violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen de Gadafi.

     Desapariciones forzadas, arrestos, bombardeos a manifestantes y una serie de actos cometidos que hasta ahora han permanecido impunes, han sido la cara oculta de la moneda en el caso libio.

     “Resulta difícil determinar la cifra exacta de personas que se hallan encarceladas por motivos políticos, ya que las autoridades llevan años negándose sistemáticamente a proporcionar a Amnistía Internacional y a otras organizaciones información detallada sobre su número, las circunstancias de su detención y reclusión y su situación jurídica. Según un cálculo aproximado ofrecido por ex presos, entre 100 y 200 personas seguían recluidas a finales de febrero, teniendo en cuenta que 110 personas quedaron en libertad el 16 de febrero de 2011 y otras 25 cuatro días después”. (Amnistía Internacional, 2011)

     Todo acto en contra de la llamada “revolución”, era considerado una hostilidad y por ende se pagaba con cárcel (y a veces con la muerte).

     Después de años de represión, torturas y muertes, la situación había llegado a un punto decisivo en el año 2011.

     El detonante de las protestas, fue el arresto de opositores al régimen, entre ellos un abogado que representaba a las familias de un número estimado de 1,200 presos asesinados en una prisión de Trípoli, en 1996.

     El gobierno respondió con arrestos y ataques a los supuestos manifestantes pacíficos, lo que llevó a que la ONU condenara dicha acción.

El consejo de seguridad ha utilizado el uso de la fuerza, incluyendo la aplicación de la zona de exclusión aérea para proteger a los civiles y a las zonas civiles de bombardeos por parte del régimen. (Susan Rice, 2011)

     El levantamiento se convertiría rápidamente en un conflicto armado cuando fuerzas de oposición obtuvieron el control de grandes cantidades de armamento militar abandonado al este por el gobierno de Libia.

     Con el crecimiento de las hostilidades entre ambos bandos, la ONU terminaría por dar una resolución que permitiría la intervención del país por parte de fuerzas de la OTAN.

     Todos estos hechos terminarían con la ejecución de Gadafi el 20 de octubre de 2011, año en que fue capturado y sacrificado junto con su hijo.

     A día de hoy, la situación en Libia no ha hecho más que empeorar. Crisis de refugiados hacia Europa, sistemáticas violaciones a los derechos humanos y dos “gobiernos” disputándose el poder, no han hecho más que degradar aún más la complicada crisis que vive actualmente la nación libia.

VOLVIENDO A PRÁCTICAS QUE CREÍAMOS EXTINTAS

     En días recientes, ha saltado una noticia que ha dejado atónita a toda la prensa internacional y grupos defensores de derechos humanos. Se trataba de supuestas subastas de inmigrantes africanos en donde se les vendía como a mercancía a quien quisiera comprarlos.

     Sí, como se acaba de leer; en Libia venden personas a un precio promedio de 1200 libras libias, lo que equivaldría a 400 dólares americanos.

     Libia, al ser el país africano que está más cerca del continente europeo, se ha convertido en un punto de inmigración desde donde los migrantes provenientes de países de África occidental intentan llegar a tierras europeas por mar. Muchas de las veces, los inmigrantes terminan ahogados en medio del mediterráneo o deportados.

La situación requiere un masivo esfuerzo común, que actualmente no es posible con el enfoque fragmentado con el que se aborda esta crisis. (ACNUR, 2015)

     La travesía de un inmigrante no es nada fácil. Primero, tienen que reunir el dinero necesario para poder llegar hasta Libia, después, le pagan a un traficante de personas para que los lleve hacia su destino en Europa. Muchas de las veces, los inmigrantes son estafados, les roban su dinero o los retienen sin su consentimiento. Justo ahí comienza el origen del problema.

     Un equipo de la CNN, recibió un video en donde se podía constatar la venta de inmigrantes nigerinos por valores entre 400 y 600 dólares americanos. Todo esto dependía del peso, estatura y fuerza del individuo.

     Meses de trabajo después, el equipo de periodistas hizo un viaje hasta Libia para constatar con sus propios ojos las supuestas ventas de inmigrantes en algunos puntos del país.

     Los contactos de los periodistas, les dieron la información de que estas supuestas ventas se realizaban algunas veces al mes. Justo cuando el equipo viajaba a la ciudad de Trípoli, les informaron de que se iba a llevar a cabo una venta en algún punto de la ciudad que no quisieron nombrar por seguridad del contacto anónimo.

     Antes de llegar, el equipo periodístico ocultó algunas cámaras dentro de su ropa para poder grabar los hechos y poder presentarlos como prueba para que el gobierno libio iniciara una investigación.

     Entraron al lugar, e inmediatamente los individuos que estaban llevando a cabo la subasta intentaron tapar sus rostros. Cualquiera pensaría que al ver a un grupo de desconocidos llegar al lugar, estos darían por cancelada la subasta y se marcharían, pero no fue así. Ante la mirada del grupo, los encargados de la subasta vendieron a más de 10 inmigrantes nigerinos, como ellos mismos lo confirmarían después de que el equipo les realizara algunas preguntas.

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