LOS PELIGROS DEL MUNDO Y LAS CIENCIAS
Enviado por yram1621 • 6 de Marzo de 2014 • 1.732 Palabras (7 Páginas) • 306 Visitas
Los peligros del mundo y las ciencias
Pablo González Casanova
En la actualidad vivimos en un mundo injusto y peligroso, donde el control de riesgos nos está llevando a riesgos descontrolados, como dice el dicho queremos tapar un pozo haciendo otro más grande, y así sucesivamente. El grupo de poder no ha encontrado soluciones acertadas, efectivas y sobre todo favorables para la mayoría de la población, donde no se perjudique su bienestar social y económico.
La opción racional que orienta a las ciencias sociales hegemónicas se está convirtiendo, paradójicamente, en opción irracional. La disminución de riesgos y la optimización de utilidades de las megaempresas y complejos hegemónicos parecen asociarse a la maximización de riesgos y de pérdidas en el conjunto de que forman parte. Cada vez observamos la apertura de nuevas empresas y grandes comercios que emplean mano de obra barata necesitada y hambrienta, y junto con ella la disminución de áreas verdes.
La relación de causa a efecto entre los intereses y valores de las grandes corporaciones y los graves peligros y problemas del mundo es generalmente descalificada por el pensar científico, ya que son los principales encargados de hacernos saber el impacto ambiental y económico que nuestro actuar tiene. Sin embargo, la negación o descalificación, consciente o inconsciente, de la relación de causa a efecto aparece incluso en los análisis, modelaciones y formalizaciones de los sistemas complejos, a quienes parece no importarles tales efectos, ya que primero están sus intereses personales que el bienestar común de su pueblo.
Casti define y formaliza el concepto de sistema complejo como dos o más sistemas complejos interactivos entre sí y en su propio interior. Un solo sistema complejo empobrece y hasta anula la dinámica de sistemas no lineales e interactivos. Su pensamiento sobre las características generales de la complejidad alcanza una profundidad de que pocos se percatan.
La ruptura entre las investigaciones específicas y las concepciones generales es todavía más impresionante cuando sus autores trabajan en investigaciones sobre sistemas complejos interactivos como los sistemas auto-inmunológicos. En ese tipo de sistemas claramente aparecen los anticuerpos negativos y positivos que luchan entre sí, en que los anticuerpos negativos no sólo ganan las batallas destruyendo directamente a los positivos, sino confundiendo al sistema encargado de la defensa del organismo y haciéndole perder su capacidad de identificar a amigos y enemigos. El sistema defensivo del organismo pierde al dar la bienvenida a sus atacantes y al destruir a sus defensores. Como se dice, al enemigo háztelo amigo, así funciona, poco a poco nos vamos autodestruyendo sin razonar a conciencia los pro y los contras de un sistema.
Es uno quien juega a la guerra o quien hace la guerra, así tenga asociados o subordinados. El que juega, o el que manda, mueve a los luchadores virtuales y hasta a los soldados no convencionales, así como a los enemigos espiados, seducidos, sometidos o cooptados. El pueblo es quien debería tener el poder, ejercerlo no solamente cuando se van elegir representantes, ejercerlo en todo momento, cuando se realiza una toma de protesta se dice “que el pueblo te lo demande” y sin embargo dónde quedan nuestras demandas, en realidad no hacemos uso de nuestra fuerza como ciudadanos pensantes, nos dejamos intimidar por un sistema que no vela nuestros intereses, un sistema corrompido y avaro.
Hegel cuando dijo que toda cosa natural es mortal y efímera. El sistema no piensa en su propia muerte o la pospone a un futuro milenario sin historia. Desconoce, descalifica, debilita, confunde, enajena a su opositor, todo para lograr sus objetivos, enriquecerse no solo de dinero, de poder y volverse como una cadena de favores donde los participantes son ellos mismos.
La afirmación de Fukuyama de que vivimos el fin de la historia fue recibida como bálsamo divino. Quien juega con los jugadores estimula el desconocimiento y la descalificación de la evolución pasada y actual de las luchas sistémicas y antisistémicas. No sabe ni quiere saber cuál es y será la historia del sistema dominante o del emergente. Pero ya lo sabemos, todos predecimos el futuro de nuestro país, lo tenemos ubicado respecto a las naciones dominantes y aceptamos su caída, ya que no hacemos nada por levantarlo, por reconstruirlo, preferimos ser espectadores que participantes, es más cómodo.
Hoy mismo, en sus modelos de conflicto y consenso, el sistema en estado terminal impone la negociación para la rendición, y en el mundo realmente existente aumenta sus exigencias y extiende el campo de lo no negociable. Lo no negociable crece y prolifera no sólo en la periferias, sino en el centro del mundo, encabezado por Estados Unidos y la Unión Europea, de tal manera que nos rebota cada acción y decisión tomada por nuestro vecino del norte, estamos inmersos en un juego de ajedrez donde nosotros somos los peones.
Hoy el sistema dominado por la lógica del capital –una lógica de disminución de riesgos e incremento de utilidades para las corporaciones, tanto en la economía como en la guerra– enfrenta conflictos internos y externos con medidas de retroalimentación negativa o positiva. El capitalismo promete la esperanza del progreso económico individual de acuerdo a las posibilidades de cada quien.
Sin embargo, el capitalismo hace más poderoso al poderoso, y más desvalido al
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