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La Catarsis


Enviado por   •  28 de Enero de 2013  •  Ensayo  •  2.911 Palabras (12 Páginas)  •  464 Visitas

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Catarsis

Son las 11:50 horas del viernes recibo la llamada a mi celular de un teléfono desconocido- sí bueno bueno bueno- del otra lado la voz de un hombre me dice- un momento le va hablar su esposa- mi cerebro comenzó a hacer los procesos mentales propios de un neurótico, mi esposa se pone al teléfonos y lo que oigo es- me acabo de caer de la escalera me siento muy mal voy a urgencias al hospital 1° de Octubre del ISSSTE- Raúl me va a llevar al hospital- Cabe aclarar que Raúl es el albañil que estaba realizando labores propias de su profesión en la casa que construye mi cuñada en la cual también se terminó de construir el consultorio de mi esposa, por tanto le pregunte- ¿y Raúl por qué?- PORQUE NO ME PUEDO MOVER, nos vemos en el hospital en urgencias- en ese momento mis procesos mentales propios de un neurótico cambiaron a las de un temeroso, mis piernas se comenzaron a mover por sí solas al igual que mi parpado derecho, y gotas de sudor comenzaron a escurrir por mis axilas -Y por qué no te vas a la clínica del ISSSTE que está a 10 minutos de ahí- le dije,-Ok, le digo a Raúl que me lleve para allá- A los 10 minutos me llama para decirme que en la clínica de Ecatepec, en cuanto vieron el estado en el que iba no la dejaron entrar y le dijeron que ahí no había urgencias médicas y que se fuera al hospital, en esta última llamada me pide que haga dos llamadas una nuestra hija Gloria y la otra al compadre Nacho, le llamé a Nacho le platiqué el problema y le solicité su ayuda, a lo que el compadre solícito se prestó, posteriormente le llamé a Gloria y le avisé que su mamá se había caído de las escaleras que aparentemente estaba bien ya que Lila se estaba comunicando por teléfono, que la llevaban al hospital 1° de octubre al área de urgencias y que Nacho la llevaba.

Por mi parte abordé el metro en la estación viveros y me bajaría hasta la estación 18 de marzo y de ahí tomaría un taxi que me llevara la hospital, el trayecto lo recorrería en aproximadamente 45 minutos, ya dentro del vagón en la soledad de la ciudad, mi mente comenzaba a debrayar, la afectación de alguna de sus extremidades, las graves heridas y posibles cicatrices o la temida lesión cerebral que causaría un terrible desenlace, yo luchaba por no pensar en eso pero el trayecto era largo y mi imaginación volaba y volaba, yo la volvía a aterrizar y pensaba en momentos felices, hasta que un trotatrovador contemporáneo subió al vagón y se reventó 3 agradables rolas de Bunbury , yo por mi parte le entregué 10 pesitos por la agradable distracción, bajando del Metro el sistema simpático y parasimpático hicieron su labor y la vejiga la tenía hasta el tope, así que pedí permiso en el primer changarrito con baño que vi, subí al taxi y una vez llegando al hospital y ya dentro de urgencias no veía cara conocida, después de 2 minutos le llamé a Lila, quien me contesta diciéndome que ya está dentro de urgencias y que Nacho se fue a estacionar el carro, que entregara mis datos en la recepción para que la atendieran. Todos los que conocen el servicio del ISSSTE saben de lo que voy a hablar. Me presentó en la ventanilla de recepción entablo comunicación con la servidora pública, me pide último talón de pago y carnet vigente, yo prevenido me había echado el último talón de pago al saco, ahí mismo por casualidad el doctor de urgencias que estaba atendiendo a mi esposa se acerca para preguntar si ya habían registrado a mi esposa como derechohabiente, lo que aprovecho para preguntarle por la situación nosológica de Lila, a lo que el doctor contesta con una oración fluida y por demás llena de sustantivos, verbos y adjetivos –Está bien.- Pasumadre, en ese momento, a los que ya me conocen saben que no me gustan los hospitales, velorios o misas, no por el olor, ni por lo que pueda o no pueda ver, o por la tradición o el rito, nada de lo anterior, no los soporto porque me entra una angustia y un miedo cabrón, y todos sabemos lo que le pasa a un ser con miedo y encerrado, pues eso me pasa a mi, así que pues me comencé a mover de un lado a otro tratándome de colar para ver a mi esposa, mi sentido de alerta se trasforma, mi cara y movimientos son los de un granadero en manifestación estudiantil. Le solicito al vigilante de la puerta me deje entrar con mi esposa, a lo que recibo una negativa, minutos después, volvería a tratar de entrar y en ese momento mi esposa se asoma a la entrada y me espeta con lagrimas en los ojos y con fuertes contusiones en la cara y el cuerpo, chipotes con sangre en la frente, ojo, mejilla y hombro- Me mandaron a rayos X, nadie me atiende y faltan 10 personas antes que yo- el vigilante habrá visto mi mirada y la situación de ella y me deja pasar, abrazo a mi esposa suprimo la emoción y nos dirigimos a rayos X, en rayos X efectivamente estaba hasta el queque, pero nadie visiblemente afectado como mi esposa, estaba el niño con uniforme de futbol que se sobaba la espinilla o aquel que mantenía un dedo con su otra mano, o el policía que había recibido una patada en el tórax por un estudiante en la manifestación de la UACM o los que estaban ahí por que tenían cita con anterioridad y así por el estilo, me acerque al que atendía la recepción y le dije que mi esposa necesitaba la atención urgente, lo que me contesta me deja estupefacto- No la puedo pasar antes porque los otros derechohabientes se molestan y la bronca es contra mi- Putis, donde encuentro a tu superior para hablar con él y solicitar el servicio- Está en aquella oficina y es la jefa Gaby- me dirijo a la oficina y la jefa Gaby no estaba, hablo con su secretaria, le explico la situación, me pide calma y comprensión y que iría a buscar a la jefa Gaby, desde luego la jefa Gaby nunca apareció, pero como me fui a quejar, el de rayos X se adelantó e hizo pasar a mi esposa, so ser víctima de las laceraciones verbales de las demás personas que esperaban, y que nadie hizo ni un guiño, ya dentro, el radiólogo le sacó una radiografía de más, con las radiografías en la mano y sosteniendo a mi esposa para ayudarla a caminar nos dirigimos a el área de urgencia por la parte de atrás, en el trayecto una de las policías que vigilan nos detiene y nos sugiere que para esos raspones y golpes lo mejor es untarse y tomarse un té de cancerinilla, le agradecimos el gesto y fui a acompañar a mi esposa para que tomara asiento, mientras yo buscaría al doctor que la debería atender, el doctor no estaba, se preparaba para salir ya que había terminado su turno, y aunque le faltaban cerca de 10 minutos para terminar se salió del consultorio para irse enfriando y no le fuera a pasar algo o darle el aire de sopetón, así que exigí la atención y me canalizan con otra doctora del siguiente turno, la doctora del siguiente turno se levanta del consultorio, la alcanzó y le digo que a que hora atiende a mi esposa, y ella me contesta-

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