La Corrupción: Los Casos De Monterrey Y Hermosillo
Enviado por Jumaro2 • 20 de Octubre de 2014 • 2.506 Palabras (11 Páginas) • 308 Visitas
Universidad de Sonora
Maestría en Administración
Materia: Administración Pública
Facilitador: Francisco Javier Bello Quiroga
Alumno: Julián Manuel Rosales Valenzuela
Expediente: 200200204
Ensayo: Mi Percepción de la Corrupción
Hermosillo, Sonora, México 09 de Mayo de 2013
Mi Percepción de la Corrupción.
Al decir corrupción, podemos referirnos a dos cosas: puede hacer referencia a una mala conducta relacionada comúnmente a una relación de poder y también puede referirse a la degradación de algo. Con esto podemos llegar a la conclusión de que la corrupción es un mal que hay que erradicar, ya que una mala conducta se entiende como una conducta que afecta a uno o varios individuos o incluso atenta contra comunidades y sociedades enteras, y eso no puede traducirse en beneficios legítimos para una nación.
Desde un punto de vista práctico, podemos identificar distintos tipos de corrupción, la corrupción política, la policial, la deportiva, la empresarial, pero de manera general se puede englobar todo este comportamiento como una corrupción social, debido a que es de la sociedad misma de donde emana y se nutren todos los organismos políticos, sociales y empresariales.
Según Transparencia Internacional, México ocupa el lugar 98, junto con Burkina Faso y Egipto, dentro del “Ranking de países según su índice de percepción de corrupción” del 2010, dentro de una lista de 178 países. Lo anterior nos sirve como antecedente y para ubicarnos en un contexto global y poder percibir o imaginar, como será la vida en otros países en relación a las experiencias personales relacionadas a actos de corrupción vividos en la vida diaria del lector de este texto.
Actualmente, es muy fácil mencionar casos de corrupción, pero al mismo tiempo son difíciles de percibir que tipo de actividades no han sido tocadas por dicho mal. Instituciones respetadas como la Iglesia o el Ejército han sido vinculados a actos de corrupción, ni que decir de la clase política, que día con día se ve envuelta en actos corruptos, algunos bajo el amparo de la misma Ley, que permite acciones inmorales y sin ninguna ética, como el despojo sobre la propiedad privada o el derroche de los bienes nacionales.
Al reconocer todo mal debe de hacerse una retrospección, con el fin de llegar a sus orígenes, ya que si no conoces de donde se origina es casi imposible encontrar la solución correcta a dicho mal. En México, esta actividad (la retrospección) parece ser una actividad inútil, de la cual solo pueden obtenerse divagaciones y populosas “cacerías de brujas”.
Buscar el origen de esta corrupción generalizada que actualmente se percibe, se ha convertido en algo que al parecer no es papel de la sociedad, dejándosele dicha acción al Estado, el cual solamente se ha dedicado a tratar de mantener el monopolio de la violencia, provocando, de forma contraproducente, más violencia. La sociedad solo se pregunta ¿Quién va a arreglar esto?
Desgraciadamente nadie quiere reconocer la respuesta.
La Corrupción Social y el Caso de Monterrey.
Recuerdo hace muchos años, que la gente platicaba de Monterrey describiéndolo como un lugar extraño dentro del país. Ciudad vibrante, moderna, que se caracterizaba por su calidad de vida, así como por su espíritu empresarial y emprendedor, cuna de una institución de enseñanza superior sumamente respetada, base de grandes conglomerados empresariales y destino de todo estudiante y empresario con deseos de superación y éxito. Una ciudad que nada tenía que ver con las ciudades del sur y centro del país, que se caracterizaban por su industria extractiva y primaria, destinada al autoconsumo y a la exportación de materias primas a ciudades más industrializadas.
Monterrey fue percibida durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari como la ciudad ejemplo, el ejemplo de cómo se debían hacer las cosas, el ejemplo de cómo captar divisas, el ejemplo de cómo propiciar el nacimiento de nuevas empresas. Lo que no se percibió fue el costo que estaba pagando dicho crecimiento económico sobre la base social. Mucho de los negocios fueron fortalecidos a base de poder político, así como muchos políticos fueron fortalecidos con dinero privado, había empezado la formula con que el México del siglo XXI tendría que vivir.
La sociedad de Monterrey empezó a recibir los beneficios producto de la difuminación de las líneas de lo legal y lo moralmente aceptable a cambio de lo políticamente correcto. Empresarios vinculados al crimen organizado, de manos limpias pero con dinero sucio, fueron recibidos con los brazos abiertos, los políticos vinculados a grupos de delincuencia organizada fueron recibidos también como parte del trato y el debilitamiento de la estructura social fue solo un mal necesario que se podía soportar.
Hay que recordar que el modelo neoliberal se basa en que se deben reducir al mínimo la intervención estatal tanto en materia económica como social, defendiendo el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país. De pronto, lo social debió ser ajeno a lo político, convirtiéndose el Estado en mero soldado de terracota, en un bombero que solo apagaría incendios que pudieran significar un perjuicio a las bases económicas, más no a las sociales. Se pudo pensar en un Fobraproa, pero no en un pacto social que atendiera las peticiones de los movimientos sociales (algunos de éstos armados), siendo el más famoso el del EZLN.
Monterrey ha caído en manos de su propia creación, una sociedad alienada, ajena a lo que puede ser confundida con lo que algún día fue. Ya no es esa ciudad moderna basada en el esfuerzo empresarial, se convirtió en la ciudad con más casas de apuestas del país, la ciudad donde asesinos podían lucrar impunemente, donde se pueden comprar voluntades al mismo tiempo que se rentan apoyos, ya seas un político en campaña o un delincuente con deseos de desestabilizar la ciudad bloqueando calles y avenidas importantes de la zona metropolitana.
De repente Monterrey se convirtió en la ciudad de los cadáveres colgando de los puentes, de las balaceras impunes a personas inocentes, la ciudad que perdió su Barrio Viejo debido a las extorciones y atentados contra negocios, donde un grupo de personas puede rociar de gasolina una casa de apuestas e incendiarla con personas dentro, donde puedes ser muerto a manos de las fuerzas del Estado y el mismo Estado trataría de inculparte falsamente sembrándote
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