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La Democracia En México- Pablo Gonzalez Cassanova


Enviado por   •  7 de Junio de 2015  •  5.311 Palabras (22 Páginas)  •  477 Visitas

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LA DEMOCRACIA EN MÉXICO

Pablo González Casanova, analiza las estructuras económicas, políticas y sociales, las cuáles, a través de las estadísticas que arroja cada una de estas estructuras durante los gobiernos del México post-revolucionario, nos arroja el panorama de como se ha ido desarrollando el país desde 1910 hasta 1964.

En el presente ensayo, realizaré la síntesis y tesis principal de los primeros cinco capítulos del libro, los cuáles servirán de apoyo durante el desarrollo del programa académico de la materia Análisis Social.

CAPÍTULO I “LA ESTRUCTURA DEL GOBIERNO”

En este capítulo, el autor analiza como es la constitución del poder en México al finalizar la revolución mexicana. Encontrando que, a pesar de que nuestro modelo de gobierno es tomado por las ideas de la revolución francesa y del congreso constituyente de Filadelfia, en la práctica, dista mucho de apegarse al objetivo primordial de dichas ideas, que es crear un sistema democrático de pesos y contrapesos, que garantice el equilibrio del poder en el país.

En 1929 se forma el partido que ha gobernado durante la época en la que se centra el autor. Éste partido no ha perdido nunca una elección, y a pesar de que existen partidos de oposición, sus dirigentes saben que en la jornada electoral su derrota es inminente. Y sólo en algunos casos podrán acceder a escaños en la cámara de diputados o presidentes municipales.

Por otro lado, aparecen en la escena política las asociaciones que representan a los trabajadores de cada una de las áreas de la industria en México, me refiero a los sindicatos.

Esta figura ha sido fundamental para que el partido del gobierno se legitime ante los trabajadores y continúe siendo el que ejerce el poder en el país, debido a que los dirigentes de los sindicatos más importantes en México, obtienen como concesión del partido en cuestión, varias curules tanto de diputados como de senadores.

Sin embargo, un indicador de la dependencia del sindicalismo mexicano con respecto del presidente en turno, son las huelgas que se desarrollan en cada periodo presidencial.

Si la política presidencialista es obrerista y popular, hay un mayor número de huelgas y huelguistas, debido a que los dirigentes de los sindicatos y los trabajadores se sienten protegidos por la fuerza presidencial. Caso contrario, cuando la política presidencial es menos radical o de alianza más abierta con el sector patronal.

El autor nos maneja las estadísticas en cuanto al número de huelgas de cada uno de los presidentes hasta 1964 donde destaca tres huelgas representativas que marcaron la sucesión presidencial (1933, 1944 y 1958).

En este contexto, encontramos el surgimiento de una fuerza latente que es pieza clave en el desarrollo de la vida política mexicana.

Otro ejemplo del control que ejercía la figura presidencial en México es el control que el Ejecutivo ejercía dentro del congreso legislativo.

En 1940 entra un mínimo de porcentaje de oposición que apenas representa el 5% del total de integrantes del poder legislativo. En los años anteriores no había oposición alguna, por lo que la política gubernamental del presidente en turno no tenía mayor problema de implementarse en el país. De cualquier forma, el cortar 18 años de nula oposición en el congreso, no significo mayor problema, ya que representaba un porcentaje mínimo, haciendo imposible objetar alguna decisión presidencial. Claro ejemplo de ello son los proyectos que presentaba el ejecutivo ante el legislativo, los cuáles eran aprobados por unanimidad de votos, y en los casos que no había unanimidad, la oposición nunca excedía del 5% antes mencionado.

Durante cada sexenio presidencial, las diferencias entre la cámara heredada y la cámara renovada eran mínimas. El presidente en turno tenía el control tanto de los diputados elegidos en el sexenio anterior, como de los diputados elegidos en su propio gobierno.

Es así como observamos que el sistema de equilibrio de poderes no existe en México debido a q hay un marcado favoritismo en torno al Ejecutivo, por lo que el autor de este libro hace una pregunta por demás acertada: ¿Cuál es la función del Legislativo? La respuesta es simplemente sancionar actos del Ejecutivo, la cual es también meramente simbólica.

Con respecto al poder Judicial entorno a la figura presidencial, encontramos que el indicador más importante para analizar qué tanto es influenciado el poder ejecutivo en el desempeño de sus funciones lo encontramos en las ejecutorias de la Suprema Corte de Justicia en las que el Presidente de la República aparece como autoridad responsable.

Durante 1917 y hasta 1960 encontramos un total de 3700 ejecutorias, de las cuales el 34% corresponde a amparos o suspensiones concedidas al quejoso, y el resto corresponde a amparos negados, demandas sobreseídas y a otro tipo de fallos.

Con estas estadísticas, el autor llega a la conclusión de que, si bien la Suprema Corte de Justicia obra con cierta independencia con respecto del Poder Ejecutivo y corresponde, en algunas ocasiones, un freno a los actos del presidente o de sus colaboradores para así darle esperanza a los grupos y personas que puedan utilizar este recurso para salvaguardar sus derechos, esto no ocupa un problema para el Ejecutivo quien además de legitimarse y tener mayor estabilidad, sigue siendo la máxima autoridad en el país.

Finalmente, el autor hace referencia al poder que ejerce la Federación sobre los Estados, a pesar de que la Constitución Política los considera entidades libres y soberanas.

El gobierno Federal, puede sustituir, mediante diversos recursos político-jurídicos a los gobernadores de los estados, así como a los diputados y demás autoridades locales a través de la legislatura federal.

Además, los gobernadores son sometidos a un sistema de control militar, que consiste en que un comandante militar, designado por el gobierno federal, cumple funciones políticas fundamentales para el mantenimiento del poder central.

Pero, la forma de control por excelencia del gobierno federal frente a los estados, se encuentra en el sector financiero. La asignación de la aportación federal a cada estado depende de cuán avanzado esté cada uno y de los recursos que éste pueda ofrecer a la nación. Y ésta aportación puede cambiar hasta en un 100% de un año a otro, por lo que implica severas limitaciones al desarrollo sostenido de la entidad.

Todas éstos métodos de control del gobierno federal, hacen que los instrumentos políticos ideados para lograr un sistema de contra pesos y balanzas no funcionen en la realidad del México contemporáneo.

Y si el panorama está así para los Estados, que en teoría deberían ser “libres y soberanos”,

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