La Economía Feminista, un modelo para erradicar la desigualdad en la sociedad

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La Economía Feminista, un modelo para erradicar la desigualdad en la sociedad.

“La economía feminista es una corriente de pensamiento heterodoxo preocupada por visibilizar las dimensiones de género de la dinámica económica y sus implicancias para la vida” (Enríquez, 2015).

Actualmente el papel protagónico de la mujer en la sociedad tiene un gran auge, con el objetivo de crear una igualdad. Pero a pesar de los esfuerzos ejercidos en su mayoría por las mujeres, aún existe un margen de oposición de los que creen que los papeles que toman las mujeres es meramente un capricho.

Sin embargo una gran parte de las mujeres han sido precursoras de un modelo de “Economía Feminista”, según la Doctora en Economía Cristina Carrasco “Es otra visión de la sociedad y de la economía” (Carrasco, 2013), ya que “La economía oficial solo tiene en cuenta el mercado, la producción de mercado, los servicios públicos y el sistema financiero; además no tiene en cuenta todo lo que hay por debajo, lo que está sosteniendo ese mercado que es toda la economía del cuidado y la economía ecológica” (Carrasco, 2013).

Con la finalidad de acabar con las ideas un modelo tan decadente, surge el modelo de economía feminista, que poco a poco ha contribuido a la visibilización y denuncia de las desigualdades de género, así como la generación de una fuerte crítica de la economía ortodoxa conectada con el capitalismo.

También esta economía ha construido una visión alternativa de la economía, siempre conectada con el desarrollo y la globalización siempre de la mano con la generación de mejores alternativas al sistema económico dominante desde el ecologismo.

Un análisis por parte de la economía feminista demostró que las crisis económicas traen efectos negativos en la sociedad como la “destrucción del empleo, la perforación el piso de lo socialmente (in)aceptable en términos de pobreza y traen consigo redistribuciones regresivas del ingreso y la riqueza difíciles de revertir” (Valeria Esquivel, 2016).         Cabe señalar  que estos efectos no son neutrales y que los impactos de las crisis no solo afectan a la economía visible, sino que tienen una gran afectación principalmente en la economía del cuido.

El empoderamiento de la mujer con el objetivo de lograr una sociedad igualitaria, ha sobrepasado de cierta forma el modelo económico en el que está inmerso la sociedad actual.

A como ha destacado la doctora en Economía Cristina Carrasco “Que las cosas jamás llegan por añadidura” (Carrasco, 2013), con ello se interpreta que el cambio en la sociedad con la economía feminista ha sido desde el principio con un pensamiento democrático, por ello se evidencia grandes avances.

De lo que concluye que la economía feminista propone la sostenibilidad de la vida en el centro, “no sólo en el sentido de las tareas reproductivas, sino en que debemos pensar qué vidas queremos y qué nivel de bienestar conseguimos” (Orozco, 2016), de igual tenga una perspectiva de género, y que se mida más a nivel de bienestar y satisfacción de la población, y no por estereotipos monetarios. Se tiene que considerar más el pensamiento acerca del feminismo y, en este caso, sus corrientes económicas, y al lograr entenderlo se conseguirá una sociedad más racional.

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