La Era De La Unidad Nacional 1939

La era de la unidad nacional 1939-1945

Al final del periodo de Cárdenas en el que buscaba consolidar sus logros, se vivía un entorno mundial difícil. Había en el país crecientes dificultades económicas, y el sector conservador y católico acrecentaba su presencia, lo que provocó la decadencia del Cardenismo. Se había creado la Unión Nacional Sinarquista, que buscaba cobrar los costos de la guerra. Así mismo la política exterior pasaba por una difícil situación complicada.

En las elecciones de 1940, Cárdenas optó por el apoyo a Manuel Ávila Camacho, mientras que la oposición estaba con Juan Andreu Almazán, al mismo tiempo que se dio la creación del Partido Acción Nacional, en 1939.

Ávila Camacho resultó vencedor en las elecciones, y en 1940, Lázaro Cárdenas, le cedió la presidencia, en un entorno pacifico, aunque ante la inconformidad de los opositores y de algunas partes de la opinión pública, por supuesto fraude electoral. Dejándole un entorno favorable para conducir el Gobierno.

El presidente electo, tomo como valor supremo la unidad nacional, externando su fe católica, dejando atrás en anticleralismo callista. Era la época de la segunda guerra mundial, y en la que se dio el acercamiento con los Estados Unidos, lo que marcó el rumbo de la década. Se dieron algunos acuerdos entre las dos naciones, en materia militar, se logró la reducción de la deuda externa, acuerdos en comercio, tratados de aguas así como de trabajadores migratorios.

La época de la guerra trajo grandes beneficios económicos a México, por la entrada de capitales extranjeros, y por el aumento de la demanda de exportaciones mexicanas en bienes y servicios, así como la necesidad de producción, lo que impulso la industrialización.

En 1943, la creación del IMSS, fue un símbolo de unidad nacional, ante el estado de guerra y con el fin de promover la industrialización.

Durante la época, hubo cambios notables como el gran aumento de población, a casi el triple en treinta años, aunque no así su calidad de vida. También se dio la preponderancia de la Cuidad de México, y la continuidad del proyecto callista, con la consolidación del Banco de México, las inversiones millonarias en materia de riego y la expansión de la educación publica.

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