La Etica Y La Abogacia
Enviado por nallelita18 • 8 de Mayo de 2015 • 6.021 Palabras (25 Páginas) • 345 Visitas
Introducción. 3
Visión General de la investigación. 4
Importancia del tema. 4
Antecedentes. 5
Objetivos generales. 7
Objetivos específicos. 7
Justificación. 7
Revisión de Literatura. 8
Metodología. 8
Cronograma de actividades. 8
El Juez. 9
El Ministerio Público 11
Notario Público. 12
Servidores Públicos. 15
El universitario. 20
Análisis y resultados. 23
Conclusión. 24
Bibliografía. 24
Introducción.
En esta investigación se abordaran temas enfocados a la ética, y en particular encaminados en la materia de derecho, antes que nada mencionare el significado de derecho, para que tengan una mejor visión y el lector pueda entender por qué es importante que los profesionales del derecho sean éticos; por lo tanto también se tratara de explicar todo lo relativo a la ética.
Se llama derecho al conjunto de normas jurídicas que regula la conducta externa del individuo en la sociedad; es el conjunto de leyes, resoluciones, reglamentos creadas por un Estado, que pueden tener un carácter permanente y obligatorio de acuerdo a la necesidad de cada una y que son de estricto cumplimiento por todas las personas que habitan en esa comunidad para garantizar la buena convivencia social para garantizar el buen funcionamiento de una sociedad.
Al hablar de ética se describe el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión.
Luego entonces, podemos afirmar que ambos temas van de la mano, pues para que un país garantice un buen funcionamiento a la sociedad debe aplicar el derecho de manera correcta, es decir que los funcionarios deben ser incorruptibles, y aquí entra la decisión de elegir entre lo bueno y lo malo; de acuerdo a los valores y a la moral que esos funcionarios tienen.
Por tanto, la importancia de abordar este tema, sin duda es que el abogado que se conduce con ética es capaz de destruir cualquier sometimiento que implique la renuncia a algún ideal; es decir, todo jurista debe ser un alma de hierro incorruptible, debe entender el significado de justicia social y luchar por ella hasta alcanzarla.
Visión General de la investigación.
Mi trabajo se trata, más que nada, de alcanzar una visión general de la función del derecho en los distintos puestos de gobierno, como lo son los jueces, funcionarios públicos, notarios públicos, e inclusive abogados y estudiantes de esta rama, desde un papel creciente del abogado como defensor de los valores sustanciales de la persona y de su orden social.
Es aquí donde se puede ver la aventura espiritual y apasionante de la abogacía, sin los cuales seguramente no habría superado todavía la fase de la violencia y del sufrimiento social cotidiano. Sin embargo solo abarcara el aspecto ético.
Importancia del tema.
Como se ha mencionado en la introducción, la abogacía y la ética son temas adjuntos y relevantes para la sociedad insertada en un país, toda vez que los seres humanos estamos a la espera de una justicia pronta y expedita otorgada por funcionarios públicos, por ejemplo una sentencia que dicta un juez, la persona afectada confía ciegamente en él para que sanciona al presunto responsable de acuerdo a las leyes mexicanas, pero si el juez o las personas encargadas de la investigación no actúan de acuerdo a la ética y valores morales, definitivamente el sistema se corrompe y no existe justicia; sino lo que nace una impunidad impuesta por el propio estado y sus funcionarios que carecen de valores morales.
Antecedentes.
Siguiendo la posición de Kant y Kelsen, el Derecho fuese totalmente independiente de la ética, la Deontología Jurídica abriría, de par en par, una puerta de acceso de la ética a la práctica jurídica.
La ética exigiría a legisladores, jueces y abogados una actuación responsable, de acuerdo a los valores jurídicos fundamentales. De este modo la ética accedería al Derecho, no por una puerta falsa, sino más que por la vía de la teoría, por el camino de la práctica.
Sin ética el hombre estaría sin "hogar", a la intemperie, desamparado en un mundo en el que sólo imperaría la ley de la selva y la de los más bajos instintos.
Así pues, urge una renovación de la moral, que en diálogo con la modernidad genere una moral de la persona, una moral concreta, una moral de actitudes y de opciones fundamentales.
Las recientes aventuras bélicas de los últimos años con las secuelas de hambre, destrucción y muerte nos están revelando la importancia y necesidad de la ética, no sólo a nivel individual y nacional, sino a un nivel planetario. Los esfuerzos humanos para construir un mundo más justo, más humano y más fraterno, van mucho más allá de los progresos técnicos, que sin la guía de la ética pueden convertirse en una amenaza para la paz y la justicia. Ahora bien, la orientación del progreso a nivel técnico y político debe pasar por la ética y especialmente por la ética de las profesiones, y entre ellas, por la ética de la profesión jurídica.
Quizá ninguna profesión, como la jurídica, esté sometida a una tan fuerte tensión: la de guiarse por los altos ideales de la justicia y la equidad, y la de dejarse arrastrar por las más bajas inclinaciones hacia la corrupción y la injusticia. Lamentablemente el problema no es nuevo, ni se circunscribe a una sola nación.
En efecto, la mala fama de la profesión jurídica ya existía desde la época de Platón. El filósofo escribió en su diálogo Las leyes: "Hay muchas cosas nobles en la vida humana, pero en la mayoría se fijan males que fatalmente los corrompen y dañan... sin embargo, a esta profesión que se nos presenta bajo el bello nombre de arte se le asigna una mala reputación... Ahora bien, en nuestro Estado este llamado arte... no debería existir jamás".
No sólo Platón, empero, los eliminó de su Estado, también Tomás Moro, un gran abogado, los desterró de su Utopía: "Ellos no tienen abogados entre sí, porque los consideran la clase de personas cuya profesión es desvirtuar las cosas".
Más radical es la proclama de los revolucionarios del drama Enrique VI de Shakespeare: "Lo primero que debemos hacer es matar a todos los abogados".
Siendo una profesión tan noble, las recriminaciones
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