La Globalización
Enviado por miichii • 26 de Agosto de 2012 • 969 Palabras (4 Páginas) • 358 Visitas
La globalización
Claudio Lomnitz
Perdonen el albur, pero no encuentro mejor fórmula.
Se trata de pensar dos cosas: primero, las ventajas sociales y económicas que pueda tener venir desde atrás (otra vez, perdón) y, segundo, las ventajas de pensar la globalización desde lo decadente (Detroit), en lugar de pensarla siempre desde lo emergente (China, por ejemplo). Paso a bosquejar la idea.
Hoy en día resulta un poco absurdo ser globalofóbico o globalofílico así, sin más. La globalización está y punto. Es un hecho, basado en una revolución tecnológica, y da lo mismo si uno la ama o la odia. Lo que sí importa es el trabajo colectivo que se haga para canalizar ese proceso de transformación, para aprovechar sus posibilidades e impedir sus efectos más devastadores. De modo que hay mucho que hacer y que inventar, y justamente para todo eso me parece que sirve bien la fórmula de: La globalización por Detroit.
Apartemos de nosotros toda imagen económica que provenga de las películas de Bruce Lee: no busquemos ser ni tigres ni dragones. Descartemos también la pesada imagen de la tabiquería: olvidémonos de una vez los brics. Pensemos la cosa como axolotes (o sea, más mexicanamente, como alegó hace años Roger Bartra), que así las cosas irán mejor, y serán más interesantes. Empecemos por lo más básico. La globalización va de la mano de un movimiento veloz de capitales, que ahora ‘fluyen’ de una parte a otra (no se habla sino de liquidez), generando booms y economías emergentes, pero dejando también estelas de la ruina más amarga –la ruina de Detroit, por ejemplo, que por casi un siglo fue la capital del automóvil y es hoy casi un enorme baldío. O la ruina de la zona industrial en torno de Osaka, que apenas ayer fue tigre; para no hablar ya de los esqueletos industriales de Inglaterra, Polonia o Rusia. Hoy son también ruinas las ciudades quebradas por burbujas inmobiliarias, los fantasmales aeropuertos en La Mancha, o las ciudades en bancarrota del interior de California. Ruina se llama, también, lo que llevó a 50 por ciento de incremento en la tasa de suicidios de italianos por causas económicas, en los últimos cinco años. Convengamos en llamar Detroit a todo aquel paisaje de desastre.
Importa pensar en ese Detroit de la imaginación, y no sólo en la envidiada China, o en Brasil, porque el día llegará en que los capitales se vayan, también, de aquellos lugares. China le comió el mandado a México porque tenía una población 10 veces mayor, muchísimo más pobre, y un gobierno autoritario capaz de controlarla. Ahora, con tanto progreso, sube el valor de su mano de obra, y el capital comienza a interesarse por Vietnam e India. Los propios capitales chinos están generando condiciones de explotación autoritaria en África, por ejemplo.
Por otra parte, a medida que se van industrializando los países, caen sus tasas de crecimiento demográfico, debido a la transformación de la condición laboral y social de sus mujeres. Esto sucedió ya en América Latina
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