La Guerra Contra El Narcotráfico.

Introducción.

El narcotráfico es una industria ilegal en México y en el mundo, el narcotráfico consiste en el cultivo, la manufactura, la distribución y la venta de drogas ilegales;

Ni el narcotráfico ni la lucha de los gobiernos mexicanos para erradicarlo o contenerlo son nuevos, sin embargo no fue un problema de primer orden en la agenda pública mexicana hasta mediados de la década de los ochenta, aun cuando México era productor de marihuana y opiáceos desde la primera mitad del siglo. A partir de entonces todos los presidentes de nuestro país han intentado resolver el problema con diferentes medios y con menor o mayor fortuna. Es indudable que esta actividad ilícita siempre ha estado relacionada con el campo político y sus transformaciones.

El año 2006, no sólo representaría para nuestro país una sucesión presidencial más, marcaría el inicio de una nuevo política de seguridad pública, en la que el gobierno mexicano mediante un ataque frontal con el fin de erradicar el problema de la delincuencia organizada y narcotráfico, mandaría al Ejército a las calles que junto con miembros de la Marina, de la Policía Federal y de fuerzas de policía estatales y locales, unirían sus fuerzas declarando la guerra a los cárteles de la droga.

Sin embargo para declarar la “guerra contra el narco” e implementar la nueva estrategia el gobierno mexicano tuvo que justificarse.

1. El consumo. La primera justificación fue la advertencia de que México ya no era solo un país de tránsito sino que se había convertido en un país consumidor de drogas, en donde el narcomenudeo afectaba a niños y jóvenes de manera creciente y alarmante.

2. La violencia

La segunda justificación fue que el aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico y el correlativo sentimiento de inseguridad que ésta causaba en la población habían alcanzado ya niveles intolerables.

3. La suplantación y la penetración

La tercera gran justificación fue la idea que argumenta que los traficantes estaban disputando el control territorial al Estado en numerosas partes del país, amenazando con suplantarlo, y habiendo penetrado en la estructura institucional estatal a un nivel nunca visto.

En general para respaldar toda esta estrategia de lucha contra el crimen era necesario convertir un tema tradicionalmente considerado de seguridad pública en un asunto de seguridad nacional.

Esta guerra contra la delincuencia organizada ha sido objeto de muchas críticas, mientras unos la respaldan y apoyan, muchos otros la reprueban.

VENTAJAS

El gobierno del presidente Felipe Calderón suele referirse a los golpes dados por las fuerzas federales contra los diversos cárteles, como acciones certeras llevadas a cabo por primera vez en el país.

Entre los logros de la guerra contra el narcotráfico destacan:

Haber descabezado a las organizaciones delictivas con 125 líderes y figuras relevantes encarceladas.

Haber dado muerte a Arturo Beltrán Leyva, líder de una de las más sangrientas mafias.

Haber incautado 93 mil armas, casi 11 mil millones de dólares en droga decomisada y más de 400 millones de dólares de dinero capturado al narcotráfico.

Debilitar al cártel de Tijuana.

El proceso judicial contra 200 soldados acusados de cometer violaciones a los derechos humanos durante estos cuatro años de lucha contra el narcotráfico.

Sin embargo estos logros, pasan desapercibidos, si ponemos mayor atención a las consecuencias negativas.

DESVENTAJAS

1. El desequilibrio entre poder civil y militar.

La primera consecuencia de inmiscuir a las Fuerzas Armadas en esta lucha, se creó un desequilibrio entre el poder civil y el militar. El empleo del Ejército como consecuencia de la ineficiencia o corrupción de las autoridades policiales es un mal remedio, pues obstaculiza la evolución normal de las estructuras civiles del Estado y dota de un poder a los militares que puede debilitar el proceso democrático.

2. Problemas de ejecución y coordinación.

La siguiente consecuencia negativa son los problemas de ejecución: los militares no actúan con una lógica adecuada para el combate a la delincuencia y el trabajo policial en sus operativos. Los militares son entrenados para allanar y matar, no siempre entregan a los criminales a la autoridad competente, convirtiendo esta «mano dura» contra los traficantes en un asunto de castigo y venganza expedita, sin participación del aparato judicial, prácticamente en algo «extralegal». Además también existen problemas de coordinación, relacionados con el desarrollo de rivalidades entre policías y militares, que en algunos casos han llegado hasta enfrentamientos abiertos.

3. Violaciones a los derechos humanos.

La estrategia militarizada de lucha contra las drogas ha venido acompañada de la violación a los derechos humanos

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