La Pobreza

NO ASOCIAR LA POBREZA A LA CRIMINALIDAD DEBERIA SER UN AXIOMA. EL DELITO SE REPITE COMO FENOMENO EN TODAS LAS CLASES SOCIALES AUNQUE LAS CARCELES ESTEN POBLADAS DE POBRES. LOS RICOS TIENEN MAS POSIBILIDADESDE DE SER INMUNES A LA LEY Y PERMANECER EN LA IMPUNIDAD. EL PERIODISTA DEBE EQUILIBRAR LOS TESTIMONIOS DE FUENTES OFICIALES Y NO OFICIALES, DE DOCUMENTOS, ANTECEDENTES; CHEQUEARLAS Y CONTRASTARLAS.

La pobreza y criminalidad no van de la mano, no hay que ser pobre para ser criminal, ni viceversa, no tener que comer, no tener cuatro paredes y un techo para cubrirse de la lluvia y del frio, no tener vestimentas nuevas o elegantes, no pueden considerarse como analogías o génesis de la delincuencia, que propiamente existe en todas las clases sociales.

Si bien, desde el poder, de la mano y al amparo del clasismo, siempre se ha buscado criminalizar la pobreza, aún cuando los delitos que mayor daño causan a los estados democráticos de derecho, no son cometidos por los pobres, asiduos clientes de la crueldad y las miserias, que se pueden llegar a conocer en nuestra actual sociedad cambiante y globalizada.

No obstante, es cierto, el delito comúnmente está presente en la pobreza y la marginalidad, pero los mayores delincuentes de un sistema, cuyos delitos afectan más nefastamente a la sociedad, no son precisamente las personas marginales, sino quienes debido a su posición, tienen la posibilidad de ser inmunes a la ley y no son, por ende, alcanzados por el Derecho Penal, por lo que la población penal, efectivamente, está compuesta en su mayoría por gente sin recursos, ni siquiera para defenderse, que repiten sus condenas cíclicamente, muchas veces hasta el fin de sus días, haciendo de los complejos penitenciarios su hogar permanente.

No se debe atacar a los sectores vulnerables como un problema a eliminar, si no que esas fuerzas se deben desviar a mejorar sus condiciones de inseguridad y exclusión social, que genera el real estado de estancamiento que han

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