La Silla Del Aguila - Carlos Fuentes

Introducción:

Ciencia y arte de gobernar, que trata de la organización y administración de un Estado en sus asuntos interiores y exteriores. p. ext. Manera de conducir un asunto para alcanzar un fin determinado. Actividad de los que rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. Cortesía y buen modo de portarse. 1 Se aplica a la persona que se dedica a la política. 2 Relativo a la actividad política: la actualidad política; un partido político. Apolítico. 3 Relativo a la ciencia política. 4 Se aplica al parentesco por afinidad y no por consanguinidad. 5 Que es hábil o diplomático para tratar un asunto y conseguir un determinado fin: es muy político a la hora de decir las cosas. Aun con las definiciones anteriores la verdadera pregunta antes de definir que es un político es preguntarnos ¿Qué hace un político en la política real?, como sabemos un político debe comer política, soñar política, sentir la política, por lo que ¿Qué existe dentro de sus vidas que resulta ser menos importante que su propia vida y es que momento la política se apodera de sus vidas.

A continuación se presentara un breve resumen de una novela realmente excepcional, se presenta de una manera un poco cómica, casi caricaturesca al político mexicano, nos muestra que hay dentro de su burbuja, conocer mas a fondo que sucede en sus vidas, sus prioridades; que sucede entre ellos, los intereses, los cómplices, dentro del texto habrá un pequeño análisis de la novela ya citada, que contiene problemas económicos, sociales, políticos y personales dentro de la gran cantidad de actores, el autor de manera acertada produce una “realidad” en donde el presidente es sumiso, demócrata, innovador, decide que se vive en una extraño mundo alternativo, pero que como puede verse en nuestra realidad el bueno no llega, que se cumple el que no tranza no avanza.

REALPOLITIK, “la realidad de la política”, busca demostrar justamente la parte oculta y descarnada del accionar político, la maquiavélica, la que no aparece en los libros, sino que muchas veces roza lo chabacano y despierta lo peor de la naturaleza humana. ¿Qué clase de animal es un político? ¿En realidad los políticos no tienen corazón más que para la política y para ellos? Lo curioso dentro de la política no solo pasa fuera de ella, sino también dentro de ella, no se busca generalizar o tipificar cada uno de los políticos de nuestro mundo. Realmente que es la realpolitik dentro de un mundo tan sur real como México que parece tan irreal que no distinguimos ni lo bueno ni lo malo, es como vivir en ingenuidad, es como vivir en un país de ciegos y mudos, donde nunca pasa nada, De una manera sencilla nos transportaremos a lo que vivimos desde un punto novelesco.

La silla del águila – Carlos Fuentes

La política es la actuación pública de pasiones privadas, pero las pasiones son formas arbitrarias de la conducta y la política es una disciplina, amamos con la mayor libertad que nos es posible en un mundo multitudinario, incierto, azaroso y necesario a la vez, a la caza del poder.

Por un lado el amor posee una fuerza sin límites que se llama imaginación, en donde todo lo que tú quieras realizaras; pero ¿de qué sirve la imaginación en la política?, lo mas esencial en la política es el poder, en la imaginación, no hay poder.

Para el político mexicano, es regla de oro no dejar nada por escrito y mucho menos comer las opiniones. Un político no debe de dejar huella de sus indiscreciones que eliminan la confianza, ni de su talento que alimenta la envidia, por lo que todo político tiene que ser hipócrita, no solo ser falso sino astuto. El gran político es el que llega alto despojándose de amarguras, rencores y malos tratos.

México está teñido de ríos ensangrentados y cavado de barrancas fúnebres y sembrado de cadáveres insepultos. Que la realidad es más importante que los valores morales en la política, que actuar más moralista nos de menos de todo, recursos económicos, eso es muy interesante, es más bien exótico pensar que realmente corre peligro nuestra “vida” como la conocemos si actuamos con rectitud, muy curioso en verdad que se necesite un presidente inmoral para ser felices.

“… un presidente bueno, bien intencionado, débil… y pasivo.”. Un gobierno entrometido acaba creando más problemas de los que resuelve y que la sociedad civil debe ser la primera en actuar; dentro de la crisis económica, política y social del presidente bueno, se le recomienda aumente los impuestos, deje el mismo salario y no suba el precio de los alimentos, para no permitir la inflación.

“La importancia de México y Latino América es que no sabemos administrar nuestras finanzas. En consecuencias somos importantes porque le creamos problemas a los demás.

Los presidentes acostumbran a mentir, a darle un caramelo a los que protestan, a no cumplir con su verdadero deber, la mayoría de veces ni siquiera son sus ideas, pero las cumplen, las hacen ciertas, normalmente eso pasa. En la política mexicana, todo es un montaje de teatro, donde todos velan por el bienestar ciudadano, donde todos repudian el mal, es una perfecta obra en donde nadie es como cree, ni entre ellos.

Cada político, los secretarios de ellos, son una gran cantidad de mascaras enmarañadas en una sola cara bonita, seria o amable. “… no hay gobierno que funcione sin la lubricación de la corrupción… La corrupción lubrica” La corrupción se ha vuelto la salida mucho más fácil al gobierno.

Los secretos no se vuelven ajenos a personas de tal rango, son personas que se alimentan de poder, de dinero que se vuelve imposible de manejar, se quiere todo y se pierde la compostura, la razón y la coherencia. La vida política es poder, miedo, alcohol, drogas, sexo y dinero.

Tomar el asiento presidencial es un alto grado lleno de emociones, subidas bajadas, montaña rusa, en muchos sentidos importante, en algunos burlesca, con grandes motivos para no seguir ahí y otros no; seis años de emociones, expectativas, la presidencia es el robo perfecto, una maraña de mentiras entre lazadas para dar la buena cara.

“Ya sabemos que esto no fue totalmente cierto. La dictadura del PRI era suavizada por un cierto margen hacia las elites mexicanas, sus criticas, sus burlas y opiniones generalmente poco informadas. Poetas, novelistas, uno que otro periodista, los cómicos de carpa, las caricaturas, nuestros inefables muralistas, podían decir y dibujar más o menos lo que quisieran. Eran críticas de elite intelectual a la elite gubernamental, o necesarios escapases de vapor, como los cómicos de Soto a Beristaín a Cantinflas y a Palillo, ellos gozaban de esa graciosa concesión. Pero los cineastas no, la mayoría de los periodistas no, los sindicatos independientes ni hablar. En cambio

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