La Violencia Sexual En El Conflicto Armado: Cuerpos Marcados Por La Guerra

La violencia sexual en el conflicto armado: cuerpos marcados por la guerra

En Colombia, las personas (mujeres en su mayoría) que sufren abuso sexual por parte de personas indiscriminadas, no suelen denunciar estos hechos por miedo a la recriminación por parte de la familia, porque sus argumento no sean creíbles o por miedo a las represalias de estos grupos armados. Algunos funcionarios del Estado, que deberían ejercer el apoyo a la víctima, hacen caso omiso… ya que para ellos o a las mujeres les gusta entregarse ante el uniforme del soldado o simplemente porque no son atractivas.

Las mujeres en el campo, suelen ser los puntos blancos más fáciles para los violadores en el conflicto armando en el país.

Sabemos que las personas que van a la selva, metiendo en la colado a la Fuerza Pública, paramilitares y guerrilla, para hacer parte de este conflicto deben renunciar a cierto tipo de costumbres y placeres a los que ya están acostumbrados. En el campo, aprovechando el ataque o la protección a pueblos, se aprovechan de las mujeres para satisfacer su placer sexual. Pero no solo en el ataque o protección a pueblos, sino, también, durante su estadía en el grupo armado… ven que hay mujeres y también se aprovechan de ellas. A algunas que quedan embarazadas, las hacen abordar y muy pocas pueden tener y quedarse con su hijo. En el caso militar, simplemente no se hacen cargo de ellas…

También, las personas que están secuestradas (como todo humano débil, debe llenar su apetito sexual). Ellos si no respetan genero ni nada… algunos forman grupos y violan al más débil (en algunos casos, al ser liberados terminan cambiando su preferencia sexual, y hasta su apariencia física). La violencia sexual no tiene etiqueta ni preferencias. Va de mano de la perversión por satisfacer el apetito sexual por parte del agravante.

Según el Centro de Memoria Histórica “el registro oficial cuantitativo resulta alarmante y rebate el falso imaginario de que la violencia sexual en el conflicto armado ha sido un fenómeno aislado, accidental o marginal.”

En el caso de los paramilitares, la violencia sexual se practicó en distintos contextos con diferentes objetivos: 1) para atacar a las mujeres por su condición de liderazgo; 2) para destruir el círculo afectivo de aquellos considerados como enemigos; 3) para “castigar” conductas transgresoras o ignominiosas desde la perspectiva de los actores armados; 4) violencia sexual articulada a prácticas culturales, y 5) violencia sexual orientada a generar cohesión entre los integrantes de grupos paramilitares y el afianzamiento de sus identidades violentas.

1- Mujeres que son líderes en su pueblo, y por ello, son blanco de violación sexual. Es una forma de callarlas, para devastar física y moralmente a las comunidades, y provocar así su destierro

2- Destruyen física, sexual y moralmente a su enemigo. Mediante actos humillantes y violencia sexual. Más, si son parejas de sus enemigos. También lo hacen como la primera, debilitamiento. “En estos casos, la identidad del adversario se transfirió a las mujeres víctimas señaladas de tener vínculos afectivos con el enemigo. A través de ellas, los paramilitares buscaron humillar, desmoralizar y herir al otro, prolongando el sufrimiento del “enemigo” en los suplicios de los suyos”

3- Los grupos al margen de la ley, impusieron sus propias reglas y leyes para afectar directamente a la mujer, que no tiene que ver nada que ver con esta guerra sin sentido. “Se documentó en Putumayo, Magdalena y los Montes de María. En esta última región, las mujeres de Rincón del Mar y Libertad, corregimientos de San Onofre, Sucre, fueron tildadas de “chismosas”, “brinconas”, “infieles”, “pelioneras” y “brujas”, señalamientos que fueron utilizados por los comandantes paramilitares para ejercer violencia sexual.”

Utilizaron la violación sexual como castigo a las mujeres que desobedecieran las ordenes de los comandantes. También, por tipos de bailes, vestimentas y conductas que a ellos les parecieran inapropiadas. “Los paramilitares también desplegaron otros castigos físicos diferenciados por sexo, que incluían desde ejercicios de estigmatización

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