La convención de Aguascalientes

La convención de Aguascalientes

La problemática prevaleciente era clara y Carranza estaba consciente de ella, para buscar una salida política a la situación armada, el Primer Jefe elaboró la convocatoria para tratar los problemas en una Convención, misma que se efectuó en la ciudad de México. Carranza estuvo presente; pero las partes oponentes, villistas y zapatistas, no aceptaron lo que en esa Convención se trataba. Sin embargo, a pesar de los dinosaurios fuertes que allí se hicieron, el acto fue conducido tan hábilmente por Luis Cabrera quien dirigió la asamblea, a reiterar su adhesión al Primer Jefe, ratificándole su confianza.

Como las cosas no se pudieron tratar de manera democrática con la convención de la ciudad de México, ésta se traslado a la ciudad de Aguascalientes, por un lugar imparcial. Allí las huestes villistas pudieron participar libremente y más tarde se incorporaron los representantes zapatistas e hicieron su arribo provocando expectación y desconcierto ante los constitucionalistas. Ya establecida la convención en Aguascalientes, los participantes acordaron que ésta fuera reconocida como “Soberana“, porque de este modo, los acuerdos que en ella se tomaran serian aceptados por las tres facciones. La proposición fue rechazada por Carranza por no convenir a su facción de burguesía terrateniente. A partir de entonces, villistas y zapatistas se identificaron como “Convencionistas“, mientras que a los partidarios de Carranza se les conoció como “Constitucionalistas“.

En dicha convención quedó claro que el apoyo a Carranza no seria posible por la posición que tomo éste en contra de los objetivos de la revolución agraria. La exigencia que hacían los villistas era precisamente que se reconociera a la Convención como Soberana, y además se proponía desconocer o eliminar políticamente a Carranza.

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