La educación, la sociedad y el trabajo en el siglo XXI

La educación, la sociedad y el trabajo en el siglo XXI

Indiscutiblemente que existe una liga, un nexo, sumamente fuerte entre la educación, la sociedad y el empleo; están tan estrechamente relacionados que cualquier cambio en uno de ellos implica cambios en los otros. Por ejemplo, sabemos que nuestra educación no es de la calidad que debería ser, eso conlleva entre otros factores, a que en la sociedad mexicana existan alrededor de 50 millones de personas con estatus de pobreza. En ese sentido considero como válida la frase de que “El antídoto de la pobreza no es el dinero, es la educación”, alguien dijo que para salir de la pobreza primero hay que salir de la ignorancia, creo que es algo cierto, por otra parte, la baja calidad educativa y preparación de la mayor parte de la población mexicana hace a la vez que la inmensidad del empleo en nuestro país sea de muy bajo ingreso.

Algunos datos concretos al respecto nos dicen que la escolaridad promedio en México es de 9.2 grados escolares, o sea que el promedio apenas cuenta con la secundaria terminada. La cobertura en educación media y superior es respectivamente 70% y 27%, de acuerdo a la prueba de PISA (2015) los resultados de nuestros estudiantes son insuficientes en ciencias, matemáticas y lectura.

En cuanto al empleo, la población mexicana ocupada que está en edad de trabajar es cerca del 94%, sin embargo las condiciones salariales son sumamente precarias: solo el 6% de la población ocupada gana más de 5 salarios mínimos, 61 % recibe entre 1 y 5 salarios mínimos (Backhoff, 2017)

Estas condiciones precarias educativas y laborales, limitan las posibilidades de aprovechar las ventajas de la globalización de la economía y de la modernización digital.

Si por causa del desarrollo tecnológico (Industria 4,0) se anticipa el desempleo de la mano de obra no calificada y una demanda de empleos sofisticados, es necesario poner atención y ver de manera responsable que la educación obligatoria satisfaga cabalmente los requerimientos de los estudiantes en cuanto a conocimientos, habilidades y competencias, en forma tal que les permitan transitar con éxito o bien a la educación superior o al mundo laboral. No es posible que sigamos egresando estudiantes de educación media superior que no sepan comprender lo que leen ni escribir lo que piensan, hablar inglés, ni resolver problemas matemáticos de la vida real, ni sean capaces de aprender por sí mismos.

La nueva industria del siglo XXI que ya cuenta con amplios bastiones en el mundo industrial de nuestro país, demanda profesionistas que dominen las habilidades digitales, programación, competencias comunicativas tanto en forma oral como escrita en dos o más idiomas, pensamiento crítico e innovador y otras competencias del siglo XXI.

Todo esto obliga a cambios imperantes en nuestras universidades e instituciones de educación superior, de manera que den respuestas pertinentes a las necesidades de un mundo laboral mucho más exigente y cambiante.

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