La escuela pública cuestionada
Enviado por benjaminbrasky • 27 de Julio de 2019 • Monografía • 1.503 Palabras (7 Páginas) • 104 Visitas
LA ESCUELA PÚBLICA CUESTIONADA
Escuela Estatal- Escuela Pública-Escuela Popular
Defender la escuela pública (propósito fundamental de este trabajo) no implica defender la “actual” escuela pública. No implica defender una escuela que, a todas luces, es obsoleta y cuyo deterioro es evidente.
La defensa de la escuela pública nos conduce no sólo a denunciar los nuevos factores generados por las políticas “neoconservadoras” que agravan ese deterioro, sino también, a señalar los problemas más relevantes que afectan desde larga data al sistema y a examinar, eventualmente, las medidas que permitan superar su situación.
La escuela pública, creada y sostenida por el estado, es Popular, ya que esta abierta a todos sin discriminación de credos, de razas o de condición social, permite el acceso a ella del pueblo. El problema es que aquellos sectores que, son poseedores de recursos económicos o por razones de diversos ordenes prefieren que sus hijos vayan a escuelas privadas pagas. Algunos autores observan que las escuelas privadas se concentran “en las provincias más ricas y en los barrios residenciales de las grandes ciudades”.
En una autentica democracia el ideal consistía en que los niños de la clase alta convivieran, por lo menos por algunas horas, con los niños de las clases menos favorecidas. Pero lo que la sociedad divide difícilmente la escuela puede unirlos.
Lamentablemente la escuela pública no cumple hoy con los requisitos exigibles a una escuela popular y, en especial, a una escuela destinada a los menos favorecidos.
Entre 1968 y 1980, la educación preescolar pasó del 20% al 60% de niños que asisten al jardín. Pero según un censo en 1980 quedaba fuera del sistema un 40%. en chaco este porcentaje era del 71%. en capital Federal era del 10%.
La tasa de crecimiento entre 1981 y 1985 fue del 7,6%.
El hecho de asistir o no al nivel preescolar establece ya una diferencia entre los niños que ingresan a la escuela primaria.
En 1980, la escuela primaria no recoge a todos los niños el 1,5% nunca ha asistido a la escuela. Esto es casi 250.000 niños, que no es menos importante.
Como es obvio, la obligatoriedad establecida por ley no se cumple. Los casos de absentismo se debe más a las condiciones económicas, sociales y culturales que a la falta de oferta educativa.
Braslavsky, considera que “muchas escuelas estatales no son verdaderamente públicas, por que, por ejemplo, algunas de ellas discriminan a los chicos que quieren inscribirse aconsejándoles dirigirse a otros establecimientos, ya sea porque esos chicos manifiestan problemas de conducta o porque tienen presuntas dificultades para aprender”.
El coste del equipamiento (guardapolvos, libros, cuadernos, útiles escolares) y el pago de la cooperadora constituyen, sin duda, factores que conspiran contra la asistencia de niños de los sectores a la escuela, pero no determinan que las escuelas dejen de ser “verdaderamente públicas” como afirma la cita de la autora anteriormente nombrada.
En 1980 se evidencia el carácter casi universal de asistencia a la escuela primaria, pero los porcentajes de adolescentes de 14 y 15 años, indican un preocupante retraso.
En 1985 se observa que los niños del nivel primarios con respecto a la tasa de repitencia, es más alta en las provincias del interior (Santa Cruz, Tierra del Fuego, Chubut, la Rioja, Chacho, etc.), que en la Capital Federal. Y en ésta ultima también se ven diferencia en lo que respecta a los diferentes sectores.
El “mapa” de la repitencia coincide con el “mapa” de las condiciones socio-económicas de los hogares, pues éstas inciden en el desarrollo intelectual del niño, en su desarrollo cultural, en su desarrollo lingüístico.
A juicio de Braslavsky “los altos indice de deserción pueden ser considerados como un ejemplo significativo de la imposibilidad de considerar la escuela estatal como pública”.
El hecho de que sea una escuela expulsora o por lo menos incapaz de retener a los niños no implica que pierda su carácter de pública, aunque evidentemente limita su carácter de populista.
Las condiciones de pobreza en que viven grandes grupos de nuestro niños, las carencias nutricionales, los niveles educativos y culturales de los padres, la necesidad de trabajar tempranamente, son algunas de las causas del fracaso escolar y de la deserción.
Heredia y Bixio denominan “distancia cultural y lingüística”, donde se destacan que las diferencias entre los ámbitos de la ciudad y el medio rural se han ido profundizando cada vez más, en tanto que los contenidos curriculares han permanecido idénticos para ambos ámbitos. El aparato educativo considera la cultura nacional como algo homogéneo y en consecuencia el mismo currículum es aplicado a actores pertenecientes a subculturas e incluso a culturas indígenas como los aborígenes, sin ninguna distinción o adaptación.
El sistema no ofrece a todos lo niños la misma ración escolar o educativa. Las áreas marginales han tenido que establecer un tercer turno debido a que no han implementado en sus zonas espacios educativos (estructuras). Estos niños reciben una ración horaria muy inferior debido a estas problemáticas.
La currícula en ciertos casos es obsoleta, muy poco flexible, no adaptados a las características culturales y lingüísticas de ciertos grupos. El empleo de metodologías tradicionales, arcaicas, que no promueven la participación del niño que no “ceden la palabra” al educando, que no generan su actividad en el proceso de aprendizaje; evaluación mediante la aplicación de patrones o estándares generales, elaborados para ese “sujeto homogéneo”.
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