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La importancia de la formación profesional integral. Seres humanos reflexivos, críticos, innovadores y productivos para el Siglo XXI


Enviado por   •  16 de Mayo de 2019  •  Ensayo  •  4.815 Palabras (20 Páginas)  •  193 Visitas

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La importancia de la formación profesional integral. Seres humanos reflexivos, críticos, innovadores y productivos para el Siglo XXI [pic 1]

Publicado en Revista Rutas de Formación número 6 ene-jun 2018 ISSN 2463-7388 Escuela de Instructores Rodolfo Martínez Tono del SENA, Bogotá.

César Enrique Sánchez Jaramillo[a]

Resumen

El presente artículo tiene como propósito describir la formación profesional integral desde sus dos ejes fundamentales: la formación de la persona humana y la formación de competencias para el desempeño ocupacional. Asume una estructura deductiva que parte de los fundamentos históricos y filosóficos de la formación integral y la educación liberal, para transitar por la caracterización que hace OIT/CINTERFOR de la formación profesional integral en América Latina y el Caribe, y culminar en una síntesis de la formación profesional integral en las experiencias vitales y profesionales del grupo de instructores e instructoras del SENA que participan en la presente edición.

Palabras clave: Formación integral, educación liberal, formación profesional, pensamiento crítico, pensamiento reflexivo, innovación, ética y moral.

Abstract

The present article pretends to describe the integral professional formation in its two fundamental axes: the formation of the human person and the formation of competences for the occupational performance. It assumes a deductive structure that starts from the historical and philosophical foundations of integral formation and liberal education, to go through the characterization that OIT / CINTERFOR makes of integral professional training in Latin America and the Caribbean,and culminate in a synthesis of the comprehensive professional training in the vital and professional experiences of the group of instructors and instructors participating in this edition.

Key words: Comprehensive education, liberal education, professional training, critical thinking, reflective thinking, innovation, moral and ethic.

Sería catastrófica una nación de gente técnicamente competente que haya perdido la habilidad de pensar de manera crítica, de examinarse a sí misma y de respetar la humanidad y la diversidad.

Martha Nussbaum

Sobre la formación

Van a cumplirse dos décadas desde que un notable directivo de la educación superior colombiana planteó que, a juzgar por los problemas de violencia, la corrupción y las deficiencias en competencias básicas y lógicas de los alumnos, la universidad tenía comprometida su función de aportar al desarrollo ético y crítico de los estudiantes (Orozco, 1999, p. 7). En nuestros días esta crítica se debe extender a todo el sistema educativo, pues la situación, con notables excepciones, no ha mejorado y, por el contrario, la educación se reduce cada vez en mayor medida a la preparación para exámenes estandarizados, a la saturación de contenidos y a la formación de competencias en ausencia del desarrollo del pensamiento crítico, la reflexión y la creatividad para enfrentar los problemas y desafíos del mundo actual.

El conocimiento de las ciencias y las técnicas, desprovistas del análisis del contexto y del compromiso social, impidió la conciencia crítica y el reconocimiento de que no hay ciencia sin cultura, y el enfoque economicista ha reducido a la institución educativa más a aquella que imparte instrucción que como espacio de formación integral (Orozco, 1999).

La formación humanística en Colombia ha atravesado varios estadios: del culto a la lengua de los filólogos del siglo XIX, pasando por la promoción de las ideas laicas, liberales utilitaristas de la universidad colonial, hasta la formación religiosa y en urbanidad de la época del Movimiento de Regeneración conservadora; en la actualidad, la formación humanística se ha debilitado en virtud de que la sociedad y el sistema económico se han rendido a la racionalidad instrumental del pensamiento técnico y de culto al consumo.

La introducción de las disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades se ha dado a la tarea de lograr un mejor conocimiento de las dinámicas sociales, aunque para Orozco no lo ha conseguido y esta tarea se ha cumplido mejor a través de las prácticas profesionales que permiten al estudiante vincularse con el mundo real y descubrir el verdadero país (1999, p. 14). La introducción de cursos electivos, o propios del componente humanístico, ha disuelto su propósito de ascenso a lo humano en una visión peyorativa de “cursos costura” prescritos por lineamientos externos a la institución educativa.

En relación con el concepto de formación integral, la educación debe formar la personalidad, lo cual persigue la emancipación del estado de naturaleza; el crecimiento como persona. El ser formado inhibe el deseo y, por tanto, conquista la libertad con respecto a los impulsos primarios, conduciendo la acción por su razón, con responsabilidad frente a sí mismo y la sociedad. Genera espacios de eticidad en los que la vida humana se hace posible: “Formación significa ascenso a la humanidad”.

Formación es un concepto que tiene un antecedente histórico en la palabra alemana bildung, referida a formarse a sí mismo; se entiende como un proceso de maduración personal y cultural en el cual intervienen la educación y la filosofía. La maduración se refiere a la armonización de la mente y el corazón, lo cual significa que no se limita a lo racional, sino que incluye el reino de lo sensible y la inteligencia emocional. También persigue armonizar lo individual con lo social, es decir, la identidad del sujeto; esto último requiere la acción de personas libres que desarrollen habilidades para este propósito.

A este tipo de formación del ascenso a lo humano, de liberarse del estado de naturaleza, de la inmediatez del deseo y del interés personal, para asumir la generalidad (referida a una comunidad concreta en un momento histórico determinado o “mundo de la vida”), le llama Hegel “formación práctica”, que es diferente de la “formación teórica”, en la cual la generalidad se asume para aprender los fenómenos y su validez. También Kant, al referirse a las dimensiones de lo humano, lo ético y lo moral, las llamó “Razón práctica”.

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