La incultura de la globalización

La incultura de la globalización

Diego Paniagua A01752468

Literatura II

Grupo 65

Prepa TEC Estado de México

miércoles 4 de mayo de 2022

1193 palabras

La incultura de la globalización

Carlos Monsiváis nacido en 1938 y fallecido en 2010 fue un periodista y escritor mexicano considerado como uno de los mejores cronistas que México ha tenido. Caracterizado por su gran interés por la investigación en aspectos como la política, la sociedad y la cultura mexicana. Enfocando sus crónicas y ensayos en temas de interés y relevancia social, principalmente en los problemas actuales y comprometidos con las luchas populares de México y América Latina debidos a aspectos como el capitalismo y la globalización.  Esta globalización es considerada como la integración de las economías a través del comercio, sin embargo, la globalización ha traído consigo el desplazamiento de personas, el intercambio de conocimiento a través de la tecnología, pero lamentablemente también ha traído una necesidad de integración y superioridad, causando una constante búsqueda de mejoría económica a cambio de un sacrificio que lamentablemente es el abandono de una identidad o cultura representativa de cada individuo.

La cultura se ha visto afectada por la modernidad, el capitalismo y la globalización. El cine y la televisión durante décadas ha sido un falso modelo a seguir, que hace propaganda de personas, ideas o movimientos para que inconscientemente el espectador se aficione, encariñe y quede atrapado en el consumismo y capitalismo de esta industria tan grande que es el cine. Del Rancho el Internet, publicado en 1999 es un ensayo literario escrito por Carlos Monsiváis y que trata de explicar las migraciones culturales, políticas y sociales en Latinoamérica del siglo XX, las cuales han cambiado el comportamiento de una sociedad, mezclado culturas, el desinterés por esta y en ocasiones la pérdida de cultura. Una etapa de transformación cultural, de construcción y destrucción, donde la cultura de las minorías se olvida, son mal vistas y se buscan cambiarlas, pero las que menos historia o características culturales son los modelos a seguir mientras las demás se olvidan y se pierden.

Las migraciones culturales representan un cambio en las normas de comportamiento y creencias de un grupo, una migración de masa influenciada por medios que promueven una mejoría económica a cambio de la identidad y cultura de cada individuo. Monsiváis (1999, p.131) menciona en el capítulo de  Marchar a ninguna parte, con la condición de que nos lleve a todos lados, “el siglo XX es entre otras cosas y muy fundamentalmente, época de migraciones, voluntarias y forzadas, causadas por el ansia de alternativas, la urgencia de mejorar el nivel de vida, el afán de aventura, las ganas de sobrevivir”  El capitalismo junto con los movimientos de izquierda siempre interesados en el dinero y poder se han encargó de crear y resolver estos problemas, convirtiendo la propaganda en entretenimiento, los actores en modelos a seguir, el éxito en riqueza y así mismo conseguir que cualquier sacrificio valga la pena mientras se consiga lo que supuestamente es conocido como el éxito.

No es coincidencia que la imagen de riqueza en México y Latinoamérica se le atribuya a Estados Unidos, que el sueño de todo latino es vivir en Estados Unidos y tener una vida resuelta, una casa ordinaria, un trabajo ordinario y una familia. Monsiváis (1999, p.139) destaca que los productos de Hollywood, utopía a bajo precio, se vuelven modelos del comportamiento ideal, pero los pobres no confían su imagen en Hollywood (...) para eso está el cine mexicano (...) así se expresan, se mueven, y se comportan nuestros semejantes”. El cine ahora es el entretenimiento de su población, el cine ahora es una oportunidad de negocio y para hacer negocio hay que darle al cliente lo que pida. El cliente, el pobre necesita y quiere esperanza, y eso se le vende, se le vende esperanza en películas mexicanas, hechas por mexicanos que viven en Estados Unidos, que carecen de conocimiento sobre la situación de su público, vendiendo la única idea de que Estados Unidos está lleno de oportunidad y por eso han llegado al éxito, que los protagonistas mexicanos de cada película son guapos y ricos después de haber “encontrado la oportunidad” de vivir, trabajar y cobrar en dólares.

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