La influencia de la OCDE en la Reforma Educativa en México

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Lic. En Ciencias de la Educación.

1° Cuatrimestre.

Realidad Educativa en México

Profesor Aldo Jurado.

INFLUENCIA DE LA OCDE EN LA REFORMA EDUCATIVA.

Vivanco Alonso Norma Angélica.

28 de abril del 2018

INTRODUCCIÓN.

El presente documento, plantea un análisis sobre la Reforma Educativa en México desde la perspectiva del Acuerdo de cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas y cómo este acuerdo, que al final se traduce en un compromiso internacional, influye en la toma de decisiones de las autoridades educativas, con respecto a las acciones a implementar para lograr una transformación de la educación que afronte efectivamente retos económicos y sociales, así como el combate a las altas tasas de pobreza, la fuerte desigualdad y el aumento de la criminalidad.

INFLUENCIA DE LA OCDE EN LA REFORMA EDUCATIVA.

El objetivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se basa en el trabajo conjunto entre sus miembros para afrontar aquellos desafíos que resultan de la globalización. Con el objetivo de identificar prácticas políticas efectivas para la resolución de conflictos comunes en sus integrantes, ofrece alternativas a los gobiernos para conseguir la evolución de las naciones, así como la difusión de los proyectos de la Organización y los resultados obtenidos sobre los distintos rubros desarrollados por sus países miembros.

En el caso específico de México, uno de los proyectos más impulsados por la OCDE desde hace algún tiempo, es el fortalecimiento del sistema educativo mexicano a través de estrategias de acción enfocadas a las políticas públicas con el fin de mejorar los resultados en educación. Este proyecto conjunto, se desarrolla a partir de la comparación de sistemas escolares éxitos y pretende adaptarlo tanto al contexto como a la realidad del país.

Reconociendo que el rezago educativo en México es el factor principal de freno a su desarrollo económico, la OCDE recomienda un rediseño de la política educativa donde tanto las escuelas como los estudiantes se encuentren al centro y considera también la participación de directores, docentes y padres de familia, proporcionándoles las herramientas necesarias para realizar sus funciones.  Este acuerdo de cooperación educativa, identifica deficiencias en el personal docente, y sugiere resaltar la importancia del maestro en el proceso educativo, entendiendo la urgencia de profesionalizar el servicio a través de elevar el estándar en la contratación y evaluación del docente, así como su desarrollo profesional proporcionando objetivos claros que facilite su gestión y  vuelvan más accesible la participación social. Así mismo, identifica la inminente necesidad de proporcionar a las escuelas, los recursos económicos suficientes para responder a sus necesidades específicas.

Estos cambios necesarios en el sistema educativo, requieren de circunstancias específicas para garantizar su éxito. Estas circunstancias giran en torno a implementar a corto plazo, acciones que resulten significativas en la mejora de la enseñanza y del aprendizaje: currículum, habilidades docentes y evaluación que consideren el contexto y sus posibilidades de implementación, dando énfasis en la rendición de cuentas y de informes para un análisis objetivo de los resultados.

Emprender la realización de todos estos puntos es un gran desafío para cualquier país. Las mejoras de todo un sistema educativo sólo pueden darse si existe un apoyo político consecuente y un liderazgo continuo durante un cierto plazo de tiempo.

Como todo proyecto, la Reforma Educativa debe partir desde el diagnóstico de su estructura. En años recientes todavía una alta proporción de jóvenes no finalizan la educación media superior y el desempeño de los estudiantes no es suficiente para proporcionar las habilidades que México necesita: la mitad de los jóvenes de 15 años de edad no alcanzó el nivel básico 2 de PISA (el promedio de la OCDE fue de 19.2% en 2006).1  En cuanto a la estructura del sistema, se detecta falta de capacidad que se ve reflejada en una distribución poco clara de responsabilidades, escasos recursos, y falta de instituciones que garanticen el cumplimiento de acuerdos producto del diálogo entre sus principales actores.

Desde ese punto, es necesario definir las primeras estrategias de acción para que esta reforma y reestructura del sistema sean coherentes y funcionales. Una de las primeras condiciones necesarias es establecer un reducido número de objetivos claros, medibles y de alta prioridad, enfocados en la mejora el desempeño de los estudiantes, reducir las tasas de deserción, asegurar el egreso y reducir las desigualdades dentro del sistema educativo.

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