La inmigración en Chile y las reacciones de la sociedad chilena

En este ensayo se tratará el tema de la inmigración en Chile y las reacciones de la sociedad chilena, como discriminación y racismo, frente a esta.

La inmigración es un fenómeno que se ve desde tiempos remotos en nuestra sociedad, ya sean conquistadores, refugiados, asilados, etc. Según la Real Academia Española, esta se define como “Dicho de una persona: llegar a un país extranjero para radicarse en él”.zx Un gran número de países forman parte de este fenómeno ya sea recibiendo extranjeros (inmigrantes), o saliendo de su país de origen (emigrantes). Las causas de estas migraciones son variadas, yendo desde la búsqueda de mejores oportunidades de las que su país ofrece, huyendo de políticas extremistas u otras condiciones que dificulten la vida en su país de origen. Chile, por su parte, no se queda atrás. Según una estimación del Departamento de Extranjería y Migración (DEM), del Ministerio del Interior, en el año 2014, la cantidad de extranjeros regulares residentes en Chile llega a unos 441 mil. De acuerdo al organismo, la mayoría son peruanos (37,8%), seguidos por argentinos (15%) y bolivianos (7,7%), en total la tasa de inmigrantes corresponde al 2,7%. Aunque este porcentaje se encuentra bajo el promedio mundial (3,2%), la población lo percibe como una cifra alarmante.

Las personas que tienen un pensamiento más conservador creen que la inmigración retrasa al país, argumentando que la tasa de criminalidad y prostitución ha ido en aumento con la llegada de extranjeros, que por culpa de ellos ya no hay trabajos y que las empresas bajan los sueldos debido a que los inmigrantes trabajan por menos salario. Creemos firmemente que el rechazo hacia los inmigrantes es infundado y no nace más que del prejuicio, racismo e individualismo que tiene tan enraizado gran parte de la sociedad chilena, estos derivados de la época Colonial y de un Estado-Nación que incesantemente buscó un desarrollo “blanco” que lograra acercarse al europeo, por ello se invitaba a trabajadores venidos del norte de Europa para “mejorar la raza”. Esta búsqueda de “mejoría racial” se hizo en contra de “negros” e “indios”, contra esos sujetos negados y castigados históricamente. Esta negación de las raíces y afán de superioridad son indicios de un nacionalismo extremo que se puede apreciar especialmente en las personas de generaciones anteriores: el aporte cultural que nos han otorgado y la importante mano de obra que son para nuestro país, es algo que esta colectividad suele negar.

Los primeros inmigrantes europeos aportaron a la arquitectura presente en la zona sur del país, como lo fue la llegada de alemanes a Chile en 1845 quienes colonizaron esta parte del país, dotándola de una arquitectura netamente germánica. En la actualidad, la mayor parte de inmigrantes  provienen de países vecinos, Perú, Argentina, Bolivia, quienes nos ayudan a enriquecer nuestra cultura, ya sea con aportes culinarios o con nuevas tendencias.

 Los aportes culturales no sólo radican en los nombrados anteriormente, sino también dentro del marco de la religión. Debido a la similitud de creencias que existe entre Bolivia y Chile, en la ciudad de Arica se realiza uno de los festivales más grandes de Latinoamérica, el Festival del Sol, en el cual participan estos dos países con sus respectivos bailes religiosos, logrando un sincretismo cultural entre ambos.

Respecto a lo nombrado anteriormente, muchos de los inmigrantes vienen en búsqueda de mejores condiciones de vida, esto implica, en variadas ocasiones, un deseo de mejorar su situación económica actual. La población que se encuentra en contra de la llegada de gente fuera del país, razonan que los extranjeros vienen a quitar trabajos y disminuir los salarios, mientras que ellos vienen a tomar cargos que los chilenos no desean por la precariedad que presentan, como lo es el obrero de sectores privados. Los inmigrantes no sólo vienen en búsqueda de empleos pequeños, sino que un variado número viene a emprender a nuestro país; deciden no trabajar para alguien en particular, toman sus propias riendas y crean sus propias empresas en nuestro país, a modo de ejemplificar, los inmigrantes de Asia Oriental, en su mayoría, tienen locales propios, destacándose aquellos en la zona de Arica, Iquique y Antofagasta.

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