La innovación y el emprendimiento
Enviado por SIUNI • 14 de Mayo de 2019 • Síntesis • 4.513 Palabras (19 Páginas) • 111 Visitas
INTRODUCCION:
La innovación en nuestro país es un horizonte a mediano y largo plazo, y que requiere del desarrollo de un verdadero ecosistema para la innovación. Pero para hacer frente a los desafíos de la innovación se requiere de un protagonismo en los sectores privados y de la participación del Estado.
Hoy en día hemos visto como el avance científico y tecnológico ha impactado en todas las áreas de nuestra sociedad y sabemos que lo seguirá haciendo. Esto ha creado de igual forma que estos avances en innovación no solo sean de gran apoyo a nuestras necesidades si no que a su vez nuestros grandes desafíos públicos, entre otros.
Nos hemos vistos desafiados a colaborar con la nuestro pais y diseñar e implementar las iniciativas de avances para el desarrollo, formando una nueva manera de construir políticas desde lo público, combinando las Artes, las ciencias, las tecnologías y la sustentabilidad, de la mano con el Consejo Nacional del Desarrollo.
Siempre se ha hablado de innovación en las empresas para aumentar su competitividad, pero ahora que hay que abrirnos hacia el ámbito social, transformando el hecho al hacernos parte de una preocupación pública, involucrándonos y ofreciendo nuevas posibilidades de hacernos todos cargos de preocupaciones compartidas, como por ejemplo la educación.
Cabe decir que La innovación social no sólo trae beneficios en la calidad de vida de las personas, sino además tiene la capacidad de involucrar a los jóvenes y movilizar nuevos talentos.
Nuestro mundo actual, incierto, nos ha dejado expuestos a los límites de nuestras capacidades de comprensión y acción y pese que al hacer algo nuevo pueden aparecer múltiples problemas puntuales que forman parte de esa preocupación, se trata de dar la pelea y no darnos por vencidos porque bien se dice que “en base a las preocupaciones se configuran mundos”.
La innovación y el emprendimiento es un área que siempre ha estado como uno de los mayores desafíos en cuanto a país y fue una de las metas manifestada por el Presidente Sebastián Piñera desde los inicios de su primer gobierno y justamente fue ahí cuando se crea (en el 2005) bajo un decreto presidencial elaborado por el ex presidente Ricardo Lagos- el Consejo Nacional para la Innovación y la Competitividad (CNIC), un organismo público-privado integrado por personajes que se desempeñan en áreas de la ciencia, tecnología, políticas públicas y emprendimiento,(además de representantes del sector público) que buscaba asesorar al gobierno de turno en la identificación, formulación y ejecución de políticas que fortalezcan en el emprendimiento e innovación en Chile y que su principal objetivo es busca hacer de Chile un país desarrollado al 2020, movilizando a la nación y conectándola con el resto del mundo.
Todo esto convencido de que Chile puede dar un gran salto hacia el desarrollo humano y económico, transformándose en una sociedad más equitativa, con más y mejores empleos y con una mayor calidad de vida para sus ciudadanos, proponiendo centrar las tareas en el desarrollo de oportunidades y desafíos para la innovación y el emprendimiento del país. Pero para ello se requiere de un cambio cultural profundo y salir del estado de resignación e indiferencia que quizás impedían ver esas nuevas posibilidades y para materializar estas posibilidades es que se supone realizar acciones que nos impulsen a relacionarnos de manera diferente y/o con mundos diferentes, señalando el tema de la innovación como una de las 4 grandes transformaciones que necesita el país.
Uno de los ejemplos en innovación social es la preocupación por abordar los desafíos socio ambientales a través de la creatividad, las tecnologías y por supuesto la colaboración, donde se busca solución a través de innovadores tanto en agentes del Estado como en las Comunidades apuntando a las nuevas posibilidades que se pueden abordar y abrir para atenderla.
La posibilidad de innovar, requiere que todos los actores involucrados modifiquen sus prácticas.
Otro mundo es el de los jóvenes involucrados en las ciencias que comparten la preocupación de abrirse una identidad y un espacio de futuro en este mundo.
Pero no se habla solo de soluciones a problemas, sino de posibilidades de hacerse cargo de preocupaciones que nos reúnen.
De los 35 estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sólo cinco países invierten menos del 1% del PIB en Innovación y Desarrollo: Polonia, Eslovaquia, Grecia, México y Chile. Y de ellos, por lejos, el peor posicionado es Chile, donde el gasto llega al 0,39% del producto, tomando como referencia datos de 2015.
En términos concretos, los números muestran que si bien en 2015 el gasto subió 4,4%, hasta los $607.408 millones, todavía está muy lejos del estándar de los países OCDE -donde el promedio es de 2,38% del Producto Interno Bruto- o de potencias como Corea del Sur e Israel, donde supera el 4% .
Bien se cree que Chile tiene que incorporar conocimiento a los bienes y servicios que produce, siendo un paso fundamental para alcanzar el desarrollo, y en ese proceso el Estado está cumpliendo su rol al financiar la I+D, pero se necesita que los privados se sumen al desafío.
En el caso local, los datos muestran que en 2015 el sector público invirtió $258.734 millones -un 42,6% del total-, mientras que las empresas llegaron a $199.083 millones, equivalentes al 32,8%. Con ellos vemos que el Estado sigue aumentando sostenidamente el financiamiento en I+D, pero se necesita que sean los privados los que lo lideren, como ocurre en los países desarrollados. Si los privados invierten en I+D, se fomenta la competencia, lo que beneficia al mercado y a los consumidores. Con más competencia, las empresas deben usar la I+D para diferenciarse del resto o crear nuevos productos (Más innovación).
Existe un gran contrasta con los países desarrollados, donde las empresas doblan e incluso triplican la inversión pública en I+D.
Para incentivar la inversión en Innovación y Desarrollo en las empresas, el Estado ha implementado instrumentos como la Ley de Incentivo Tributario a la I+D, que busca promover una cultura más innovadora en las compañías chilenas, pero que aún no logra atraer a empresas suficientes.
En cuanto a quienes ejecutan los gastos, encuestas muestran que el principal rubro es la Educación y más atrás vienen las empresas.
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