La inserción de menores de edad en la delincuencia organizada; origen en la desintegración familiar y la falta de valores que esto ocasiona.”

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Licenciatura en Seguridad Pública

Evidencia de aprendizaje “La primera parte de la investigación: Mi barrio, mi Colonia, Mi Escuela, etc.”

Alumno: Alfredo César García Quevedo

 “La inserción de menores de edad en la delincuencia organizada; origen en la desintegración familiar y la falta de valores que esto ocasiona.”

INTRODUCCIÓN

Para la correcta comprensión del problema emplearemos la teoría expuesta por Emile Durkheim en el libro Las reglas del método sociológico, a la cual denomina “Teoría de las relaciones estructural-funcionales en la criminología”, de donde se desprende que desde que la conducta social es regulada existe la posibilidad de conductas irregulares como la que pretendemos estudiar, por lo que no puede considerarse anormal la existencia del crimen en la sociedad.

La relación de esta teoría y las causas de la violencia en México, las podemos encontrar en los problemas creados por el proceso de desarrollo económico, principalmente la desproporción de la riqueza y la pobreza, que mediante las crisis económicas y la industrialización incipiente provocan conductas antisociales.

La explosión demográfica, en la cual encaja el concepto de “anomia”, el cual consiste en el quiebre de las relaciones entre metas sociales y caminos para alcanzar esas metas.

Las adicciones, como engendradoras de violencia en la que vemos tipificada la manera de comportamiento denominada retraimiento o huida del mundo.

La agresividad, debido a las raíces históricas con las que cuenta, el fenómeno más conocido es el “machismo” en el que el hombre debe mostrar su masculinidad, por medios violentos, y que muchos jóvenes adolescentes interpretan mediante la rebelión, formando bandas delincuenciales, que rechazan las estructuras y las prescripciones sociales creando una propia cultura.

La desintegración familiar  en su conjunto, con factores que han contribuido a la ruptura familiar y que son de diversa índole, en lo económico se encuentra la falta de empleo, la pobreza extrema y el ocio; en lo emocional, la falta de amor entre la pareja o cualquiera de sus integrantes, los vicios y la desviación de costumbres; en lo cultural, la falta de escolaridad, educación y buenos modales.

Sin embargo de este ambiente familiar que pudiera decirse hostil, se desprenden los primeros problemas importantes y que han impactado a la sociedad, esto es, la generación de núcleos familiares monoparentales, que si bien resultaron desde cierto punto de vista la solución a los embarazos prenupciales o los abandonos casi masivos de la pareja, dieron el inicio a un ambiente más hostil para la segunda generación, que por dichas causas provocó en cada individuo de esta, una especie de sentido de la supervivencia o “anomia”, quien salió a la calle y se encontró con grupos de individuos en su misma situación, lo que si bien alejó a una cantidad muy reducida de individuos de una conducta socialmente aceptable, abono la semilla ya germinante del desvalor humano por la vida.

Desde un tercer punto de vista la influencia negativa de los medios masivos de comunicación, donde se pondera el enriquecimiento fácil, la violencia como salida alterna a cualquier conflicto y toda una parafernalia mediática que en nada contribuye el restablecimiento de los valores humanos fundamentales.

Factores que en conjunto han generado en los menores de edad, cada vez con mayor incidencia, un interés menor por la vida humana, una pérdida de las figuras jerárquicas, un desinterés por el cumplimiento de las normas sociales, morales y legales, que a la par, ha funcionado como semillero de sicarios como los que se vieron hace algunos años atrás en países como Colombia, así como violencia tan extrema como la provocada en conflictos civiles como los ocurridos en El Salvador.

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