La integración social de los migrantes con fundamento de la ciudadanía democrática. Una mirada desde las ciencias sociales europeas

Katerine Bridgith González Jiménez                Filosofía Política Internacional

Carné 201315615        

La integración social de los migrantes con fundamento de la ciudadanía democrática. Una mirada desde las ciencias sociales europeas

Dr. Luis Callado

En la actualidad la mayoría de los países son culturalmente diversos, los miembros de grupos étnicos están protegidos contra la discriminación y los prejuicios, por lo tanto tienen libertad para intentar mantener  todos aquellos aspectos que los identifiquen, siempre y cuando, no intervengan con los derechos de los demás. Sus esfuerzos son puramente privados, por lo que no les corresponde a organismos únicos conceder identidades o discapacidades legales a la pertenencia culturar o a la identidad étnica. La globalización ha hecho que el mito de un estado culturalmente homogéneo sea más irreal y asociado a que la mayoría, dentro de cada estado, sea más abierta al pluralismo y a la diversidad en un mundo de libre comercio y comunicaciones globales como en el que vivimos.

En el caso de España, los inmigrantes acostumbran a unirse en asociaciones poco rígidas que se suelen denominar en grupos étnicos, dichos grupos desean integrarse a la sociedad de la que forman parte y que se les acepte como  miembros en pleno derecho de la misma, un estado multicultural en la que sus miembros pertenecen a naciones diferente, sería el caso de un estado multinacional o bien, si estos han emigrado de diversas naciones, estado poliétnico.

El Dr. Luis Callado, llevó a cabo una investigación en la Universidad de Alicante, sobre la integración de las hijas de los inmigrantes magrebíes en el contexto Metropolitano de Alicante, y se encontró que ellas eran musulmanas, pero querían serlo a su manera y no querían que sus derechos ciudadanos y sociales, estuvieran decididos con la nacionalidad o el origen de sus ancestros, querían vivir en la diversidad pero con plenitud de derechos sin que el ancestro pudiera suponer un estigma de muchas condiciones.

Bien sabemos que lo que distingue a las naciones cívicas de las naciones étnicas no es la ausencia de todo componente cultural en la identidad nacional sino el hecho de que cualquier persona puede enterrarse en la cultura común sea cual sea su raza o su color.

El objetivo de las políticas es permitir que los inmigrantes expresen su identidad étnica, si así lo desean, y reducir alguna de las presiones externas que se ejercen sobre ellos para asimilarlos, es perfectamente lógico aceptar este objetivo y dejar, al mismo tiempo, que los grupos tengan derecho  a imponer determinadas prácticas.

Las democracias occidentales rechazan enérgicamente la idea de que los inmigrantes procedentes de países árabes o asiáticos deberían poder continuar prácticas tradicionales que implica restringir los derechos básicos de sus propios miembros tales como los matrimonios concertados forzosos o la discriminación sexual o el derecho familiar. Los hijos de inmigrantes y los recién llegados tienen el derecho a crecer como plenos participantes en una cultura que les proporcione diversas opciones y los progenitores no pueden alienar ese derecho, por esa razón, si no se permite que los inmigrantes recreen su antigua cultura entonces se debe trabajar exhaustivamente para asegurar que sus hijos se integren en la nueva cultura, esto no significa que los inmigrantes voluntarios no

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