La oferta y la demanda de cambio tecnológico
Enviado por exocn200916 • 15 de Octubre de 2021 • Apuntes • 2.490 Palabras (10 Páginas) • 64 Visitas
La oferta y la demanda de cambio tecnológico
- R.M Hartwell señaló que las causas de la revolución industrial todavía siguen sin conocerse completamente.
- Según Graeme Snooks, se necesita una visión de la Revolución Industrial desde un punto de vista distinto al de los que han sido tradicionalmente adoptados. Pues la mayoría de autores buscan las raíces de las causas sólo en Europa.
- Alrededor de 1800 hubo una serie de conocidos avances tecnológicos, los cuales no deberían ser vistos como realizaciones solamente europeas, pues en lugar de ello deberían ser entendidos como desarrollos mundiales.
- La cuestión sigue siendo, por qué y cómo los europeos occidentales y los norteamericanos después derrotaron a los asiáticos en su propio juego a través de los avances tecnológicos de la misma revolución industrial.
- Se ha argumentado que en los siglos XIX y XX, los incentivos para invertir, innovar y emplear maquinaria, ahorradora de mano de obra, fueron cruzando el Atlántico desde Europa a América para reducir costes de producción y debido al alto costo de la mano de obra.
- La reducción de la población de Europa debido a la emigración a América, sirvieron para generar incentivos a favor de la maquinaria ahorradora de fuerza de trabajo en Europa, de un modo muy superior a como lo hizo Asia.
- Adam Smith señaló que los salarios de trabajo son un estimulante de la actividad productiva, pues donde los salarios son altos, los trabajadores son más activos, diligentes y expeditivos que donde son bajos. Pero, el alto precio de las materias primas, provoca que se disminuya el capital destinado al salario de los obreros.
- Smith compara Europa, la India y China, comparando costes de producción, en donde señala que la India y la China ya tenían medios ahorradores de fuerza de trabajo que reducían el precio real y nominal de muchas manufacturas respecto a 1776.
- El empleo del carbón como fuente de energía para la revolución industrial fue sin duda convertido en método económico debido a la creciente escasez de madera para hacer carbón vegetal (dicha escasez se daba también en China, pero allí el capital era aún más escaso y el carbón más caro).
- Snooks señala que la revolución industrial emergió tras un milenio de fiera competición entre un gran número de pequeños y dotados reinos europeos occidentales.
- En el mercado de textiles (primer escenario de la revolución industrial), Gran Bretaña y Europa occidental tenían que competir en primer lugar con la India y China, y Asia occidental. De manera que las diferencias relativas entre oferta y demanda generaron costes comparativos diferenciales a escala regional y ventajas competitivas de unos respecto de otros a lo largo de todo el mundo.
Argumento de Giovanni Arrighi: La principal conexión histórica entre los momentos de la expansión industrial en Inglaterra era inseparable de una continuada expansión, reestructuración y reorganización financiera de la economía-mundo capitalista a la que Inglaterra estaba incorporada. Períodos de expansión financiera eran momentos de presiones competitivas cada vez más intensas sobre las instituciones gubernamentales y de negocios dentro del comercio europeo y del sistema de acumulación. Bajo estas presiones, la producción agro-industrial decayó en algunas localidades y creció en otras en respuesta a las desventajas posicionales y a las ventajas de las localidades dentro de la cambiante estructura de la economía-mundo.
La estructura y el proceso económico mundial abarcaba el mundo en su totalidad. Arrighi, define el fenómeno como de «expansión» industrial de siglos de duración, no como «revolución». El locus sectorial esencial fue siempre el de los textiles. Sin embargo, este primer ajuste sólo mejoró la posición competitiva de Inglaterra frente a Flandes, y el siguiente lo hizo sólo en relación con la Europa del norte y la del sur. El tercer ajuste consiguió alterar la posición competitiva de Gran Bretaña a escala mundial. Esto exigió más de un siglo para completarse, pues las importaciones netas de textiles procedentes de la India, sólo fueron superadas por las exportaciones a esa región a partir de 1816.
El Tratado de Methuen entre ingleses y portugueses en 1703, consolidó el acceso de Gran Bretaña al mercado portugués, el cual ya había sido abierto por otros tres tratados anteriores desde 1642. El estadista británico J. Methuen en 1702: «Este acuerdo tendrá como consecuencia para Portugal que todas sus manufacturas, que producen una enorme cantidad de tejido de mala calidad y caro, serán inmediatamente abandonadas y totalmente paralizadas, y ni la ropa ni los tejidos de ninguna otra nación podrán entrar a competir con los de Inglaterra» en el mercado portugués. Luis da Cunha, quién criticó desde Portugal el tratado, estaba al menos de acuerdo en que «lo que los ingleses quieren es mejorar sus manufacturas, y arruinar las que se habían establecido en Portugal, y así resultó ser, según relata Frank, un siglo después Ricardo defendería la industria británica poniendo precisamente el ejemplo para su «ley de ventajas y costes comparativos» del intercambio de textiles británicos por vino portugués.
Braudel: El incentivo operaba, al contrario, estimulando la industria de Europa amenazada. El primer paso de Inglaterra fue cerrar sus fronteras a los textiles de la India durante buena parte del siglo xviii, los cuales reexportaba a Europa y América. Después trató de hacerse con este mercado, algo que sólo podía hacerse efectuando drásticas reducciones en mano de obra. Inglaterra, frenada por los elevados precios y los costes laborales internos que la convertían en el país más caro de Europa, no podía ya hacer frente a la competencia de los franceses y los holandeses en los mercados más cercanos. Estaba siendo golpeada en el Mediterráneo, en el Levante, en Italia y en España, pero se mantuvo por delante en Portugal, que era una de sus más antiguas y sólidas conquistas y en Rusia.
En 1776, Adam Smith: «la perfección de la industria manufacturera depende en conjunto de la división del trabajo la cual se encuentra necesariamente regulada por el tamaño del mercado»; a continuación, Smith añadió que «sin un gran mercado exterior, no podría florecer adecuadamente».
A la altura de 1800, cuatro de cada siete piezas de tejido de algodón producidas en Gran Bretaña iban destinadas a la exportación y éstas a su vez suponían la cuarta parte de todas las exportaciones británicas, y la mitad a la altura de 1850. A la altura de 1839, el belga Natalis Briavoinne fue capaz de señalar que:
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