La organización como burocracia

LA ORGANIZACIÓN COMO BUROCRACIA

En su artículo “Diez formas de concebir las organizaciones: Una valoración”, Morales Gutiérrez reflexiona sobre las diversas imágenes organizativas que se han sucedido a través del tiempo. Dice el autor que los aportes más significativos sobre La Teoría de la Organización se han ido desarrollando a lo largo de este siglo en que la perspectiva de los estudios se amplía. Como parte de esta evolución, las organizaciones dejan de ser estudiadas solo desde un sistema cerrado –enfoque racional- y los estudios atienden también al contexto en que estas se encuentran inmersas –enfoque social-.

Desde el enfoque racional, se concibe a la organización como burocracia, es decir, que se entiende que una estructura “ideal” funciona como herramienta para conseguir objetivos de manera eficaz y eficiente. Este modelo rígido y formal de funcionamiento tiene como exponente al sociólogo alemán Max Weber quien no toma en cuenta los aspectos informales de la organización.

Weber realiza sus estudios entendiendo que la burocracia surge como una forma de dominación del Estado sobre los ciudadanos, y legitima ese poder mediante distintas formas de organización: la carismática, basada en el liderazgo; la tradicional, sustentada en la tradición histórica, y la dominación legal, sostenida en la racionalidad de la ley. La burocracia funciona entonces como un “tipo ideal” de organización disciplinada, demarcada por normas y reglamentos racionales, legales y escritos que establecen cómo debe funcionar la estructura de trabajo, dividida racionalmente con responsabilidades altamente diferenciadas y especializadas entre sus miembros que mantienen a su vez una comunicación formal e impersonal por el tipo de relaciones jerárquicas que demanda esta organización, que tiene como objetivo lograr la máxima eficiencia y eficacia mediante el sometimiento de todos los empleados a un sistema de sanciones, vigilancia, y control.

Mencionábamos que este enfoque no toma en cuenta los aspectos informales de la organización, y además, mencionan autores críticos del modelo burocrático como  Merton, que este enfoque reduce las relaciones personales, promueve la falta de creatividad, y decanta en la rigidez organizativa. Agrega Selznick, otro estudioso y crítico de la organización como burocracia, que como consecuencia de la estructura jerárquica de subunidades, los diferentes subgrupos van desarrollando intereses que desplazan a los objetivos generales de la organización, a la vez que emergen por ello, de forma simultánea, conflictos entre departamentos. Por último, Gouldner, critica el aspecto normativo cerrado y preestablecido de la organización burocrática que al tener determinado aquello que puede o no realizarse no da margen a las órdenes personales, debilitando las relaciones subjetivas de  autoridad, y la tensión  entre directivo-subordinado, entre otras.

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