Burocracia

La muerte de un burócrata

Parece que la palabra burocracia ha tenido siempre cierto carácter despectivo, dicha palabra de origen grecolatinas y francesas nos refiere en su significado al ejercicio del poder a través del escritorio de las oficinas públicas. Este término ha pasado a formar parte del lenguaje cotidiano. Se le usa en el ámbito de las oficinas públicas que constituyen al Estado, olvidando que la burocracia en cualquiera de sus sentidos operan también en el sector privado.

Personalmente considero la burocracia como un modelo de organización. Como lo indica Max Weber, es la organización eficiente por excelencia, la organización llamada a resolver racional y eficientemente los problemas de la sociedad; está diseñada científicamente para funcionar con exactitud, precisamente para lograr los fines para los cuales fue creada, no más, no menos.

En la película la muerte de un burócrata, nos muestran con cierta exageración, como son percibidos los empleados públicos por la sociedad civil en general. Probablemente no haya un adjetivo mas ultrajante para un empleado, oficinista o trabajador público e inclusive privado, que el que lo llamen burócrata. Esta palabra conlleva una carga semántica poco dignificante. Significa que nos están diciendo flojos, perezosos, holgazanes, irresponsables, improductivos, mantenidos por el Estado y los impuestos de la sociedad. Significa lentitud, exceso de trámites, distanciamiento total entre el empleado público y los usuarios, producto de una exagerada adherencia del funcionario público a los reglamentos y rutinas. La burocracia es vista como un “mal irremediable” que el ciudadano percibe como un fantasma que pesa demasiado y que le resulta muy costoso.

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