La región centroamericana es poseedora de una gran cantidad de recursos naturales
Enviado por Dondany • 6 de Abril de 2017 • Tesina • 5.237 Palabras (21 Páginas) • 229 Visitas
Universidad Autónoma De Honduras
Grupo: #2
Sección: 15:00
Catedrática: Lilian Sierra
Integrantes: N#
Amy Carolina Medina________________________60
Norma Andrea Martínez______________________59
Yoselyn Paola Sánchez______________________10
Shery Jarizell Avilez_________________________15
Estefany Nicole Duron_______________________33
Gerson Oniel Sánchez_______________________09
Juan Carlos Betanco________________________49
Dany Josué Hernández______________________40
Introducción
La región centroamericana es poseedora de una gran cantidad de recursos naturales, y entre ellos vemos que existe una gran concentración de minerales a lo largo y ancho de su extensión territorial. Por ser una región céntrica, ésta se ha convertido en el centro de atención de grandes naciones que han venido para invertir en ella, con el fin de dar una base sólida a su economía y desarrollo.
(CEPAL 2001)
Esta acción, en su forma original, vendría a traer beneficios a las partes negociantes, elevando así su nivel de desarrollo, pero en la realidad no ocurre así. Vemos que el país más desarrollado, quien invierte en el país subdesarrollado, se aprovecha de la situación ventajosa que posee, imponiendo a éste a exportar el material a un precio con el cual sale perjudicado, convirtiéndolo así en un país más dependiente.
(CEPAL 2001)
Este trabajo busca enfocarse en definir la industria extractiva, sus diversas formas, las causas por las cuales este fenómeno ha surgido y las consecuencias que ésta ha traído en la sociedad. Describe además la relación entre los países que invierten en ello (emisores) y los países en los que se invierten (receptores), y dicha relación se sustenta con datos estadísticos que ayudan a comprender lo que se ha planteado.
(CEPAL 2001)
A pesar de que Centroamérica ha conocido la actividad extractiva desde hace siglos (desde la época colonial), no es hasta hace unos años que se produce en la región una entrada sin precedentes de empresas extractivas con una capacidad significativa de operación y con el objetivo de llevar a cabo grandes proyectos.
La incursión de corporaciones transnacionales mineras ha sido impulsada por la implementación por parte de los gobiernos centroamericanos de medidas coherentes con los principios del Consenso de Washington para la liberalización de sus economías. En ese sentido, a partir de los años ochenta del siglo XX se llevaron a cabo un conjunto de reformas en los países de Centroamérica cuyo resultado ha sido, entre otros, la configuración de un esquema de incentivos a las inversiones externas (CEPAL, 2001).
Uno de los principales cambios a este respecto fue el establecimiento de nuevas leyes de inversión, que incluyen en el mismo marco la inversión nacional y la extranjera y que en todos los casos otorgan trato nacional para el inversionista extranjero. Se impulsaron además normas de un marcado carácter desregulador en torno al tipo de actividades en las que puede invertir el capital foráneo, también en los requisitos de desempeño –por ejemplo, sobre transferencia de tecnología, constitución de capitales mixtos o cuotas de exportación–, en las transferencias de capital al exterior, etc.,
así como las reformas tributarias necesarias para ofrecer escenarios suficientemente incentivadores a los inversores extranjeros en un marco de competencia crecientemente globalizado . Otro de los elementos que ha promovido la entrada de las corporaciones mineras en los países centroamericanos ha sido el tratado de libre comercio con Estados Unidos.
El CAFTA DR (Central América Free Trade Agreement-Dominican Republic, en inglés), que entró en vigor en 2006 tras la ratificación de los gobiernos de El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y República Dominicana, regula cuestiones como el tratamiento arancelario, la contratación pública y los derechos de propiedad intelectual.(CEPAL 2006)
El resultado de la aplicación de la doctrina neoliberal en Centroamérica, junto con el alza en los precios de los metales, especialmente el oro, han tenido como resultado una entrada sin precedentes de inversión extranjera directa (IED) dirigida al sector minero en las tres últimas décadas. Esta tendencia es común a toda Latinoamérica. Según datos del Banco Mundial, la inversión en minería en la región creció alrededor de un 400% entre 1990 y 1997 (Hurtado, 2008)
y la evolución se ha mantenido a lo largo de los primeros años del siglo XXI. De acuerdo con el informe de la CEPAL de 2013 sobre La Inversión Extranjera Directa en Amé- rica Latina y el Caribe, el récord histórico batido en 2012 por la región, que recibió 174.546 millones de dólares de IED –esto es, un 5,7% más que en 2011, fue el reflejo y resultado de un interés creciente hacia los recursos naturales, particularmente los mineros. Uno de los factores determinantes en esta tendencia es la altísima rentabilidad de las inversiones en minería, significativamente superior a la que ofrecen otros sectores desde hace varios años.(CEPAL 2013)
Efectivamente, tomando los datos que arroja la CEPAL para 2012, se encuentran en Súdame- rica porcentajes muy altos de inversión minera sobre el total de IED entrante, si se observa por países: en Chile, el mayor productor de cobre del mundo, el 49% del total y en Colombia –donde la IED experimentó un crecimiento del 18% respecto a 2011– el 14% fue para minería y casi el 34% para el sector petrolero.(CEPAL 2012)
También en Brasil, Perú y Ecuador creció la inversión en recursos naturales. Respecto a Centroamérica, sigue la misma tendencia y ha experimentado en 2012 un crecimiento significativo de la IED. La mayor parte de ella sigue estando orientada al sector logístico, la manufactura y los servicios. Sin embargo, se aprecia cómo en los últimos años están aumentando los porcentajes de inversión en la industria de hidrocarburos y minería metálica (CEPAL 2013).
Así, en Guatemala, cuya IED aumentó un 18% respecto a 2011, los recursos naturales fueron el principal sector de atracción de las inversiones –el 26%–, entre las cuales destaca la de la minera canadiense Tahoe Resources. También en Panamá, el país centroamericano que más IED recibió en 2012, la inversión más alta recibida este año correspondió al incremento de la participación de la transnacional suiza Glencore International en la minera Samref Overseas (CEPAL, 2013)
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