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La solidaridad en el hombre fue perdiendo importancia por su egoísmo


Enviado por   •  21 de Agosto de 2022  •  Ensayo  •  1.014 Palabras (5 Páginas)  •  110 Visitas

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TRABAJO ÁREAS INTEGRADAS

FILOSOFÍA – EDI – LENGUA Y LITERATURA

III

APELLIDO Y NOMBRE: Brian Balbuena

CURSO: 5° Naturales

TÍTULO DEL TRABAJO: La solidaridad en las personas

TESIS: ‘’La solidaridad en el hombre fue perdiendo importancia por su egoísmo’’

CICLO LECTIVO: 2022


La solidaridad en el hombre fue perdiendo importancia por su egoísmo

     Al día de hoy, en este mundo globalizado, la solidaridad en el hombre fue perdiendo importancia por su egoísmo debido que cada vez somos personas más frías, competitivas, individualistas. La solidaridad es una actitud personal, una disposición constante de tomar una responsabilidad por las necesidades ajenas, es ponernos en el lugar del otro sin importar su raza, color, situación económica.

     La solidaridad nos invita compartir con todos los que nos rodean, el valor de la solidaridad es actuar a favor de otras personas desinteresadamente, y con alegría, teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad del aporte para estas personas, aunque cueste un esfuerzo. La solidaridad es un comportamiento que nos inclina a responder favorablemente a las necesidades de nuestro grupo, de los demás y una forma de conducta cuando se concretiza en acciones. Implica sentirse afectado por las necesidades de los otros como si fueran propias.

     Nos une el paisaje, la carne, y la sangre; nos une el trabajo y la lengua que hablamos. Sin embargo, no siempre reconocemos esos vínculos. Cuando nace la solidaridad se despierta la conciencia y aparece el lenguaje y la palabra. En ese instante sale a la luz todo lo que estaba escondido, lo que nos une se hace visible para todos. Y entonces, el hombre carga a sus espaldas el peso del otro.

     La forma más simple, pura y cercana de la solidaridad la encontramos entre seres humanos próximos. Para buscar una solidaridad con alcance social, que tenga repercusión tangible en la comunidad, no podemos dejar de lado la solidaridad personal entre individuos que se sienten iguales. Sería mentira decir que nos preocupamos por la sociedad, o por los necesitados en general, si cuando se nos presenta la ocasión de ayudar a una sola persona necesitada, no adoptamos una verdadera actitud solidaria. El empeño por la solidaridad social adquiere valor y fuerza en una actitud de solidaridad personal.          Y, si la solidaridad no es impulsada por la convicción y la virtud, ¿qué pasa? Cuando a un acto materialmente solidario le falta alguno de estos dos elementos, está viciado y no puede llamarse formalmente solidaridad. Esa persona que le da plata a una persona de la calle, materialmente hace algo bueno: el indigente podrá comer o comprarse unos zapatos; pero si este acto lo hace para que otras personas lo vean, para aparentar caridad, para ganar unos cuantos votos, entonces ese acto, que es materialmente bueno y solidario, se convierte no sólo en un acto inútil, sino además en un acto definitivamente egoísta, que lejos de engrandecer a la persona, la empobrece. La solidaridad debe ser en todas las personas una constante. Ser una realidad diaria.

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