La trayectoria de los programas de transferencias condicionadas en América Latina y el Caribe

1. La trayectoria de los programas de transferencias condicionadas en América Latina y el Caribe

El concepto de inclusión social es multidimensional y se refiere a la realización de los derechos, la participación en la vida social, el acceso a educación, salud y cuidado, así como a los servicios básicos de infraestructura y a la vivienda, y la disponibilidad de ingresos.

Se basa especialmente en un mejoramiento de las condiciones que permitan satisfacer las necesidades básicas de la población, junto con la participación activa en el mercado laboral donde las condiciones de trabajo sean las adecuadas.

Cepal efectúa mediciones constantes sobre la inclusión en dos aspectos importantes como son lo social y lo laboral, ya que estos apuntan a garantizar acceso universal a los servicios sociales de calidad.

Según estadísticas de Cepal (2019) en el año 2016 solo el 23.5% de los hogares de América latina se encontraban en una situación de doble inclusión tanto laboral como social. la tendencia a disminuido en cuanto a los hogares que se encuentran en situación de doble exclusión.

En términos absolutos, en 2016 más de 46 millones de hogares habían alcanzado niveles de doble en contra posición a los 60 millones que se encontraban aun en situación de doble exclusión tanto social como laboral.

• Cuando se considera un hogar en situación de inclusión social principalmente:

1. Cuando los mayores de 65 años tienen estudios primarios completos.
2. Que los miembros de la familia en edad escolar se encuentren asistiendo a la escuela.
3. Que las viviendas cuenten con electricidad y redes de agua y saneamiento.

• Cuando se considera un hogar en situación de inclusión laboral principalmente:

1. que los ingresos laborales divididos entre los integrantes de la familia sean iguales o superiores al 50% del valor mediano del ingreso per cápita.
2. Que las personas integrantes de la familia mayores de 15 años que trabajan estén afiliados a algún sistema contributivo de seguridad social.
3. Que las personas mayores de 65 años reciban una pensión contributiva.

Los especialistas coinciden que, para alcanzar la doble inclusión, es necesario realizar ajustes en el diseño de los programas, las condiciones de entrada y de salida, y la articulación con el resto de la oferta de promoción y protección social, pero, sobre todo, con el mercado laboral.

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