Las Encuen

“El contexto negativo actual hace delicada la reflexión sobre los medios y su relación con la esfera política. Las señales de duda o de repudio se acumulan. Los sondeos indican de manera reiterada la creciente reducción del crédito que se da a los actores de las dos esferas, denunciados por sus prácticas de connivencia. Las elecciones políticas confirman regularmente esta tendencia con una tasa de participación imprevisible que refleja la insatisfacción popular. 1*PP 25

La política ya no es la esfera de las agrupaciones y de los intercambios de ideas, característica hasta ahora de los sistemas democráticos. La regular declinación de la militancia, alimentada por el rechazo casi sistemático de las ideologías y por la desconfianza epidérmica respecto de los partidos y de los políticos, refleja la complejidad de nuestras sociedades que ha podido ser definidas como “sociedades individualistas de masas” (Wolton 1990). Como corolarios de esta tendencia, las rupturas radicales producidas en los hábitos electorales con tasas de participación imprevisibles y decisiones partidarias ajenas a las expectativas tradicionales, parecen inaugurar un nuevo orden de lo político. La era de la sospecha es propicia a la volatilidad de las condiciones.

La reducción de las relaciones directas entre los protagonistas de la vida política exige una compensación. En lo sucesivo el responsable político trabaja a la luz de los indicadores estadísticos. Suponiéndose que son eficaces captadores de las reacciones de la opinión pública, los indicadores presentan las cifras instantáneas de las adhesiones , de los repudios y, accesoriamente, de las incertidumbres de los gobernados. PP 89

El hombre visionario y carismático, que antes tomaba decisiones, se transmuta en un contador de lo cotidiano, y su relación con el público está sometida en consecuencia con los cánones del marketing aplicando a la gestación de las opiniones (Champagne, 1990).

Consustancial con esta redefinición del juego político, la televisión es ahora una tribuna (Coulomb, 1993) en la que se suceden las formas más contrarias de la comunicación”. 1*PP 90

“En nuestro país todo cambia, menos la estructura de la Televisión. Concentración , discrecionalidad y contenidos de baja calidad son las tres coordenadas que describen esa industria. Su poder e influencia crecieron al apara y en consonancia con las del presidente de la república y el partido gobernante. Ahora no es exagerado señalar que se han convertido en un poder fáctico con tanta o mayor influencia que las instituciones que la cobijaron. La televisión es la fuente más importante de información, entretenimiento y cultura para millones de mexicano; generadora y reproductora de valores, expectativas, ilusiones y, sobre todo, de imagen y credibilidad para los políticos instalados en la era del espectáculo y la popularidad.

La televisión considera la información no un bien público sino una mercancía, un valor de cambio que, ante todo, debe reflejar los intereses de los dueños de la pantalla. Salvo en momentos excepcionales, la televisión ha sintonizado con las demandas democratizadoras y cívicas de sectores de la sociedad, pero nunca se ha colocado a la vanguardia de ellas. Busca legitimidad, pero no mantiene su legitimidad. Construye figuras públicas con las reglas de lo efímero y luego las desecha o las utiliza con buena dosis de escándalo. 2*PP 9 Y 10

La televisión mexicana nunca se plantó como uno de sus objetivos promover los valores de la democracia (la diferencia, la diversidad, la crítica, la tolerancia, la limitación del poder, la libertad de expresión y de creación, etc). Por el contrario, se promovieron los valores de la sumisión al poder establecido. Desinformando, la televisión ayudó a crear y mantener el llamado consenso autoritario que legitimó a los gobiernos priistas y permitió a la televisión ser el instrumento de propaganda mapas favorables al régimen. 2*PP 129 Y 130”

“Las encuestas sobre preferencias electorales reflejan marcadas diferencias que rebasan, por mucho, el margen de error de cada sondeo.

Por ejemplo, la más reciente encuesta de El Universal sobre preferencias electorales publicada este lunes, ubica a Enrique Peña Nieto en primer lugar con 48 puntos, seguido de Josefina Vázquez Mota, con 32 y, en último lugar, Andrés Manuel López Obrador, con 20.

En cambio, la empresa Covarrubias y Asociados, que utilizó el PRD para elegir a su candidato presidencial, da a Peña Nieto 42 puntos, a Vázquez Mota 27 y a López Obrador 30.

Estas diferencias también se han reflejado en las más recientes encuestas de Mitofsky, El Sol de México y Parametría, Buendía y GEA-ISA.

Buendía ubica a Peña Nieto en primer lugar con 36 puntos y Mitosfky, en comparación, le da 43, siete más. En otro contraste, El Sol de México y Parametría le dan a López Obrador 18 puntos y Buendía lo ubica con sólo 14.”3*

“Peligrosa es también la manipulación de las encuestas y para demostrarlo el sonorense Claudio Escobosa Serrano relata en su sitio ContactosX, lo sucedido en las elecciones de 2009 en Sonora, después del atroz incendio de la guardería ABC propiedad de la prima de Margarita Zavala de Calderón , y opina, sobre Mitofsky - en el nombre lleva la fama- empresa contratada por el PRI entonces:

"No cabe duda. En el ambiente político actual, las distintas y diferentes casas encuestadoras están dejando mucho que desear en lo que respecta a su confiabilidad, trayendo como consecuencia confusión y distracciones en el mejor de los casos, si no es que tienen otros fines que no sean los propios de un negocio de este tipo. Existen, según mi percepción personal, encuestadoras oficialistas, otras más independientes pero cargadas más a un aspirante u otro, más las que son serias, pero por su tamaño no pueden difundir sus resultados por falta de espacios de cobertura nacional. Lo anterior puede parecer simplista, sin embargo, investigue usted quiénes son los propietarios de las encuestadoras más "sonadas" o más conocidas por sus contratos de difusión con Televisa u otro medio de alto rating nacional, aparecen nombres de políticos relacionados con un partido u otro, generalmente del PAN y del PRI, o personas muy relacionadas con los poderes de facto. Tomando en cuenta lo anterior, se puede pensar que algunas casas encuestadoras se han convertido en nuevas armas de manipulación masiva (...).*3

“Después del 2 de julio se ha manejado que México ha entrado de lleno a la democracia, sin embargo, todavía quedan cuestiones importantes en el tintero -que si bien no he leído o he dejado a un lado-, es que: ¿Realmente existe la democracia en México, con el simple hecho de que otro partido político detente la Presidencia de la República?

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